Ponerse en la piel del otro
El espacio de la feria del F¨®rum alberga m¨¢s de 50 propuestas de ONG sobre cooperaci¨®n y prevenci¨®n de conflictos
"Entre 1975 y 1999 se comercializaron 1.398 nuevos medicamentos. De ellos, ?cu¨¢ntos crees que fueron desarrollados espec¨ªficamente para el tratamiento de enfermedades tropicales, que afectan a los pa¨ªses m¨¢s pobres?", lee una voluntaria de M¨¦dicos sin Fronteras a un curioso visitante. Sin estar muy seguro, el chico elige la ¨²ltima opci¨®n y acierta. "Muy bien, 11, lo que s¨®lo representa el 1% del total. El resto fue para productos de ¨ªndole militar o para uso veterinario", asegura la voluntaria.
Desde ayer, la feria del F¨®rum de las Culturas alberga m¨¢s de 50 propuestas e iniciativas de varias organizaciones no gubernamentales que dedican sus esfuerzos a la cooperaci¨®n para el desarrollo y la prevenci¨®n de conflictos. Para exponer su trabajo llevar¨¢n a cabo tareas de sensibilizaci¨®n desde la plataforma que les ofrece el Speaker's Corner o bien desempe?ando acciones m¨¢s imaginativas, como la campa?a de vacunaci¨®n contra la indiferencia de M¨¦dicos sin Fronteras o la reproducci¨®n de un campo de minas en el pabell¨®n de la Cruz Roja.
Pero si algo sensibiliza es ponerse en la piel del otro. El campo de minas de la Cruz Roja no es, ni mucho menos, tan vasto como los territorios sembrados de artefactos en los Balcanes y Afganist¨¢n, pero reproduce a peque?a escala el sufrimiento diario de las v¨ªctimas de las minas antipersonas. Ivonne Vernet, cooperadora de la Cruz Roja, cruza el campo ficticio mientras suena el estallido de estos explosivos. "Podr¨ªa haber perdido la pierna o bien el brazo. Y dependiendo de la altura de la persona, se puede llegar a perder la vida", explica Vernet.
La cooperadora de la Cruz Roja se sabe de memoria todos los n¨²meros posibles. Sabe que adquirir estos artefactos es barato -cuestan entre 3 y 30 euros-, pero que retirarlos es ya m¨¢s caro, puesto que se requiere una inversi¨®n de hasta 3.000 euros por mina. As¨ª que el remedio no s¨®lo es desactivarlos, sino promover la Convenci¨®n de Ottawa, por la que los 143 pa¨ªses firmantes se comprometen a desechar la idea de usar estos artefactos. "Estados Unidos, China y Rusia no han estampado su firma", lamenta Vernet.
A los conflictos armados, que suponen en muchos casos p¨¦rdidas humanas en campos minados, y las enfermedades que castigan a los pa¨ªses empobrecidos, se a?ade otra de las epidemias a las que las Naciones Unidas quieren poner fin en 2015: la hambruna. Pedro V¨¢ldez es miembro de Planet Finance Iberoam¨¦rica, una organizaci¨®n que desde hace seis a?os promueve la financiaci¨®n de peque?as empresas a trav¨¦s del microcr¨¦dito, del que opina que es "un excelente instrumento para apoyar a millones de personas en todo el mundo". "Nuestra contribuci¨®n no s¨®lo se da a trav¨¦s de la financiaci¨®n, sino que promovemos la transparencia de las empresas y de las instituciones por medio de su calificaci¨®n", asegur¨®.
Las ONG reconocen, no obstante, que su papel puede servir para aliviar la pobreza, pero que la erradicaci¨®n de ¨¦sta depende de la voluntad de los gobiernos. Por ello, algunos de sus representantes pidieron ayer al Gobierno central que aumente la ayuda oficial al desarrollo y encamine estos recursos a la lucha contra la pobreza y por el bienestar social de las sociedades empobrecidas, y no a los intereses estrat¨¦gicos espa?oles en estos pa¨ªses.
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