Jerry Goldsmith, compositor de grandes ¨¦xitos de Hollywood
Jerry Goldsmith, compositor de 75 a?os, falleci¨® la noche del mi¨¦rcoles mientras dorm¨ªa en su mansi¨®n de Beverly Hills, v¨ªctima de un c¨¢ncer que arrastraba desde hace tiempo. Con su muerte, Hollywood pierde a uno de sus aut¨¦nticos titanes, un creador tan prol¨ªfico y adaptable como efectivo durante los pasados cuarenta y cinco a?os.
Nacido en Pasadena (California) el 10 de febrero de 1929, Goldsmith gravit¨® hacia el mundo del cine cuando comprendi¨® que los encargos para los compositores de formaci¨®n cl¨¢sica eran escasos y mal pagados. El descubrimiento de que aqu¨¦l era un campo con potencial para la expresi¨®n le lleg¨® asistiendo a las clases del legendario Miklos Rosza, del que admiraba especialmente su trabajo con Alfred Hitchcock.
En la cadena televisiva CBS, Goldsmith debut¨® musicando programas de radio y televisi¨®n, muchas veces tocando en directo con un peque?o grupo. Desde finales de los a?os cincuenta, se dedic¨® a componer para pel¨ªculas, ganando su primera candidatura al oscar en 1962, por su partitura para Freud, retrato del joven doctor vien¨¦s que dirigi¨® John Huston y protagoniz¨® Montgomery Clift. Su talento llam¨® la atenci¨®n del ilustre Alfred Newman, que us¨® su posici¨®n para que los principales estudios supieran de la llegada de un digno sucesor a los grandes autores de los a?os dorados. Goldsmith termin¨® en 20th Century Fox, donde supo adaptar las f¨®rmulas cl¨¢sicas de la m¨²sica cinematogr¨¢fica a la sensibilidad de los nuevos directores y su p¨²blico.
A diferencia de otros autores, Goldsmith no rechaz¨® la invasi¨®n de los instrumentos electr¨®nicos y, a partir de 1985, desarroll¨® scores usando la nueva tecnolog¨ªa o, m¨¢s frecuentemente, fundi¨¦ndola con la masa orquestal. Curiosamente, la Academia -que le nominaba casi todos los a?os- s¨®lo le premi¨® por uno de sus trabajos m¨¢s vanguardistas, para La profec¨ªa (The Omen, 1976), una historia de terror sobre la reencarnaci¨®n del Anticristo en un ni?o. Pero Goldsmith era un autor polivalente, que brillaba tanto en el cine policiaco (Chinatown, compuesta y grabada en diez d¨ªas) como en el de aventuras (El viento y el le¨®n), sin olvidar la tem¨¢tica militar (Patton) o el machismo de Rambo. La ciencia ficci¨®n le result¨® un campo especialmente f¨¦rtil: Goldsmith firm¨® la m¨²sica de El planeta de los simios, Alien y toda la serie de Star trek.
En un buen a?o, Goldsmith hacia cinco o seis bandas sonoras, sin olvidar alg¨²n encargo para televisi¨®n (se enorgullec¨ªa de haber participado en miniseries de historia jud¨ªa como QB VII o Masada). Tambi¨¦n compuso la cantata Christus Apollo y m¨²sica para el ballet, aparte de viajar a cualquier lugar del mundo donde pudiera dirigir sus grandes ¨¦xitos al frente de una sinf¨®nica. Aceptaba sin rechistar que, en al menos cinco ocasiones, su score fuera rechazado por directores o productores, uno de los gajes de trabajar en un Hollywood cada vez m¨¢s pendiente de la mercadotecnia. Eso s¨ª, se entusiasmaba si alguien le implicaba en todo el trabajo de elaboraci¨®n de una pel¨ªcula, en vez de requerir sus servicios deprisa y corriendo despu¨¦s del rodaje. Fue fruct¨ªfera su relaci¨®n con Paul Verhoven, con ¨¦l que hizo Desaf¨ªo total (Total recall, 1990) e Instinto b¨¢sico (1992), un verdadero tratado sonoro de erotismo fr¨ªo. Tambi¨¦n se emocion¨® con Curtis Hanson y su L.A. confidential (1997), que retrataba una ¨¦poca que ¨¦l hab¨ªa conocido.
Jerry Goldsmith tuvo cinco hijos, resultado de sus matrimonios con Sharon Hennigan y Carol Heather, ambas cantantes. De su descendencia, s¨®lo Joel Goldsmith ha seguido sus pasos.-
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.