La dama y su doble
Yo no puedo compartir el entusiasmo que muestra el diputado socialista Carlos Gonz¨¢lez por esa r¨¦plica de la Dama de Elche que ordenara realizar Julio de Espa?a tiempo atr¨¢s. Sinceramente, si me ofrecieran ahora mismo la escultura, no sabr¨ªa muy bien qu¨¦ hacer con ella. Como tampoco lo sabr¨ªa cualquier museo respetable al que acudi¨¦semos con la pretensi¨®n de que la acogiera en su salas. Por muy extraordinaria que sea la perfecci¨®n de la obra, no deja de tratarse de una reproducci¨®n y ya sabemos el escaso valor que alcanza una copia art¨ªstica en el mercado. ?Colgar¨ªa el se?or Gonz¨¢lez un duplicado del Guernica en las paredes del IVAM, argumentado la maestr¨ªa del acabado?
Por ello, no me parece mal que Jos¨¦ Joaqu¨ªn Ripoll guarde esa copia de la Dama en los s¨®tanos del Museo Arqueol¨®gico de Alicante: es, sin duda, el lugar id¨®neo para almacenar la escultura y donde menos molestias puede provocar. En cambio, si, presionado por las cr¨ªticas, Ripoll decidiera colocarla en el vest¨ªbulo del MARQ, da?ar¨ªa el prestigio del museo que perder¨ªa buena parte de su fama internacional. No entiendo, pues, por qu¨¦ el diputado Carlos Gonz¨¢lez se refiere a este asunto como "una aut¨¦ntica atrocidad cultural".
La "atrocidad cultural", en todo caso, fue que Julio de Espa?a se gastara 180.000 euros del presupuesto p¨²blico en la copia de una escultura. Sobre todo, cuando el ¨²nico objetivo de la empresa, como todo el mundo sabe, era acosar al alcalde de Elche, Diego Maci¨¢, y hacerse un poco de publicidad. Aunque, a estas alturas, ya conocemos el particular concepto que Julio de Espa?a tiene del dinero p¨²blico y la generosidad con que acostumbra a gastarlo. Quiz¨¢ cuando se discuti¨® el sueldo del presidente de las Cortes, Carlos Gonz¨¢lez dispuso de una magn¨ªfica oportunidad para denunciar al Partido Popular. En mi opini¨®n, en un asunto de mayor gravedad que el actual.
En cuanto a la defensa que el diputado hace del Proyecto Duple, me lleva a pensar que no lo ha estudiado con suficiente atenci¨®n. Tal vez, deber¨ªa repasar las hemerotecas y averiguar en qu¨¦ consist¨ªa realmente dicho proyecto. Para que pueda hacerse una idea aproximada, le transcribir¨¦ las declaraciones que realiz¨® Julio de Espa?a el d¨ªa de su presentaci¨®n a la prensa. Dicen as¨ª: "Estamos ante un trabajo pionero que nos va a situar a la vanguardia en el estudio cient¨ªfico del arte ib¨¦rico tan importante para el mundo de la arqueolog¨ªa y de la cultura".
?Reconoce la m¨²sica, se?or Gonz¨¢lez? Efectivamente, es la misma que ha sonado sin interrupci¨®n durante todos estos a?os en la Comunidad Valenciana. Cada vez que se acomet¨ªa un proyecto descabellado, se anunciaba una idea ilusoria, o se nos vend¨ªa un plan irrealizable con el que unos cuantos avispados deb¨ªan hacerse ricos, resonaba con m¨¢s y m¨¢s fuerza. Y ha sido as¨ª como, de vanguardia en vanguardia, los pioneros valencianos nos hemos ido endeudando, al tiempo que rod¨¢bamos estad¨ªsticas abajo. Convendr¨¢ usted en que no deja de tener gracia que sea un diputado del Partido Socialista quien defienda, a estas alturas, un proyecto que nos iba situar, nada menos, en cabeza de los estudios del arte ib¨¦rico. ?Admirable oposici¨®n!
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