Marruecos reconoce haber perdido el control de 400 extremistas entrenados en Afganist¨¢n

S¨®lo 200 de los 600 marroqu¨ªes que entrenaron o combatieron como muyahidin en los campos terroristas de Al Qaeda en Afganist¨¢n, Bosnia o Chechenia est¨¢n identificados o controlados, seg¨²n el censo elaborado por las autoridades de ese pa¨ªs para combatir la amenaza del terrorismo islamista. Autoridades marroqu¨ªes confesaron a una delegaci¨®n judicial espa?ola que acaba de visitar Rabat que las dos terceras partes de estos ex combatientes est¨¢n en paradero desconocido. La mayor amenaza para Espa?a proviene de Marruecos, seg¨²n se?alan todos los expertos.

El juez Baltasar Garz¨®n, titular del juzgado de instrucci¨®n n¨²mero uno de la Audiencia Nacional, y el fiscal Pedro Rubira, los principales expertos en terrorismo islamista de la Audiencia Nacional, asistieron durante la primera quincena de julio a una reuni¨®n con autoridades marroqu¨ªes en la que les comunicaron estos datos y revelaron la falta de control sobre centenares de posibles suicidas, seg¨²n se?ala uno de los asistentes al encuentro.

La elaboraci¨®n de ¨¦ste y otros censos de ex muyahidin, que se est¨¢n confeccionando en varios pa¨ªses, se ha logrado gracias a la localizaci¨®n en Afganist¨¢n de parte de las listas de combatientes que los dirigentes de Al Qaeda guardaban en sus cuarteles militares. Desde 1984, el palestino Abdalla Azzam y el saud¨ª Osama Bin Laden abrieron una oficina de reclutamiento denominada Maktab Al-Khidamat (MAK) para ayudar al movimiento de resistencia afgano. En ¨¦sta y otras oficinas repartidas por EE UU (existi¨® una en Nueva York) y Europa se anotaron los datos de filiaci¨®n de miles de combatientes.

Un informe de la Unidad Central de Informaci¨®n Exterior de la polic¨ªa que dirige el comisario Mariano Ray¨®n cifra en 15.000 los muyahidin que combatieron s¨®lo en Afganist¨¢n. Una docena de ellos han sido detenidos en Espa?a en diversas operaciones policiales desde 2001. Los ¨²ltimos atentados de Al Qaeda han sido protagonizados o dirigidos por ex muyahidin, a los que se denomina "¨¢rabes-afganos".

Cuarenta de los 61 presuntos autores o colaboradores del 11-M eran marroqu¨ªes, en su mayor¨ªa de Tetu¨¢n y T¨¢nger. Los 13 suicidas que asesinaron en mayo de 2003 a 45 personas en Casablanca, cuatro espa?oles, eran de esa nacionalidad. En el 11-S, Said Bahaji, Zacar¨ªas Essabar, ambos huidos, y Zacar¨ªas Moussaoui, detenido en EE UU, eran tambi¨¦n originarios de ese pa¨ªs. El pueblo marroqu¨ª es uno de los pa¨ªses que ha aportado m¨¢s islamistas radicales a la yihad, seg¨²n estimaciones de distintos servicios de inteligencia europeos.

Cuando Garz¨®n compareci¨® el pasado d¨ªa 16 ante la comisi¨®n parlamentaria del Congreso que investiga el 11-M, el magistrado se?al¨® a los diputados que en Marruecos hay cien c¨¦lulas de integristas, compuestas por grupos de cinco a nueve personas, dispuestas a cometer atentados. Esa informaci¨®n se la proporcionaron las autoridades marroqu¨ªes durante el mencionado encuentro, seg¨²n se?alan fuentes judiciales.

Los interlocutores marroqu¨ªes comunicaron al juez y al fiscal que hay "m¨¢s de 2.000 terroristas islamistas" en su pa¨ªs. S¨®lo por el atentado de Casablanca han sido detenidas unas 7.000 personas, seg¨²n estimaciones oficiosas. Alrededor de 2.000 fueron procesadas por apoyar a grupos fundamentalistas y 17 condenadas a muerte, seg¨²n asegur¨® en mayo Mohamed Buzubaa, ministro de Interior.

Interrogatorio

Garz¨®n y Rubira viajaron a Rabat para cumplimentar una comisi¨®n rogatoria relacionada con la actividad de los muyahiahin. Interrogaron a los presuntos miembros de Al Qaeda Mustaf¨¢ Maymouni y Salaheddin Benyaich, Abu Muhjen, ambos presos en c¨¢rceles marroqu¨ªes por su presunta relaci¨®n con los atentados de Casablanca. Ninguno de los dos presos colabor¨® con la justicia espa?ola ni aportaron datos de relevancia.

Maymouni viv¨ªa en Madrid antes de ser detenido durante un viaje a Marruecos, su pa¨ªs natal, y pertenec¨ªa a la c¨¦lula de Imad Eddin Barakat, Abu Dahdah, desarticulada por la polic¨ªa en noviembre de de 2001. Era el representante en Espa?a del grupo Salafia Jihadia y se dedicaba a reclutar muyahidin marroqu¨ªes. Alquil¨® durante un a?o, hasta 2003, la casa en el municipio madrile?o de Chinch¨®n, en la que los terroristas del 11-M montaron las bombas que causaron la matanza.

Salaheddin Benyaich dirigi¨® un campo de entrenamiento militar en Bosnia y perdi¨® un ojo al resultar herido de bala en un combate contra los serbios. Apareci¨® en Espa?a en 1999 y con la ayuda de Abu Dahdah se oper¨® en una cl¨ªnica madrile?a. Utiliz¨® un pasaporte falso a nombre de un ciudadano brit¨¢nico. En octubre de 2000 fue detenido en Estambul (Turqu¨ªa) junto a Amer El Azizi, otro ex muyahidin, y Said Berraj, uno de los presuntos autores materiales del 11-M, cuando preparaban nuevas rutas para enviar combatientes a Afganist¨¢n. Benyaich fue entonces deportado a Londres.

Su hermano Abdelazziz, otro combatiente procesado por Garz¨®n por su vinculaci¨®n con la c¨¦lula de Abu Dahdah, fue detenido en Algeciras en junio de 2003, y est¨¢ reclamando por Marruecos por colaborar con una organizaci¨®n terrorista que coloc¨® bombas en locales comerciales de T¨¢nger.

En el Reino Unido la tarea de contabilizar a ex muyahidin residentes en el pa¨ªs se inici¨® tras el 11-S. Representantes de Scotland Yard confesaron a sus h¨®mologos espa?oles que el M15, servicio secreto, estima en 1.500 el n¨²mero de combatientes de diversos pa¨ªses. Los 50 m¨¢s peligrosos est¨¢n siendo vigilados por un "ej¨¦rcito" de 500 nuevos agentes. En Espa?a no hay una estimaci¨®n pese a que ha sido uno de los escenarios donde m¨¢s "j¨®venes" han sido reclutados para viajar a Afganist¨¢n, Bosnia o Chechenia.