El Madrid de Camacho se despereza

Camacho aline¨® en el primer tiempo a todos sus pesos pesados y con el mismo dibujo en el c¨¦sped que sus predecesores. Con la excepci¨®n de N¨²?ez, que supli¨® la ausencia de Figo por la derecha. Beckham, por tanto, conserv¨® su plaza en el medio junto a Guti. Pero con una ligera diferencia con respecto al equipo que perdi¨® todos los t¨ªtulos la temporada pasada. El ingl¨¦s, seg¨²n la circunstancia -una jugada ensayada, un c¨®rner, o un ataque est¨¢tico con la pelota circulando por la frontal del ¨¢rea rival- se escoraba hacia cualquiera de las dos bandas para meter sus c¨¦lebres centros de rosca. De uno de esos centros naci¨® el gol de Ronaldo. En el segundo tiempo Helguera ocup¨® una de las plazas del eje y su presencia se not¨®. El Madrid control¨® un poco mejor al Benfica.

Y si los nombres de los jugadores en ese primer tiempo no variaban mucho de los que se cantaban el a?o pasado, tampoco vari¨® la costumbre de que el portero, Casillas, salvase un buen n¨²mero de ocasiones muy claras del rival. Dos de ellas a Sokota. Una, deslizando un pie, veloz, hacia el poste cuando el bal¨®n ya entraba.

Zahovic conserva algunas de sus virtudes -el regate, el zurdado presto, la visi¨®n de juego- y todos sus defectos -la dispersi¨®n, la desgana defensiva, la intermitencia-. El esloveno apareci¨® en el primer minuto para colocar un disparo lejano en la escuadra. Parec¨ªa que el Benfica mov¨ªa mejor el bal¨®n que el Madrid. De hecho, lo mov¨ªa mejor. Pero apareci¨® Ronaldo dos minutos m¨¢s tarde para aprovechar un rechace del franc¨¦s Yannick, que hab¨ªa sacado milagrosamente un cabezazo de Zidane, y empatar.

El Madrid mantiene la pegada. Pero tambi¨¦n conserva sus lagunas defensivas -el gol del empate final lleg¨® tras un saque de esquina, algo familiar en el equipo blanco-. Sin embargo, Samuel dio una buena imagen. Un central duro y con intuici¨®n para el cruce. Pero no fue capaz de sujetar a Sokota en bastantes ocasiones.Tampoco le benefici¨® la clara superioridad f¨ªsica del conjunto portugu¨¦s.

Una superioridad, y no s¨®lo f¨ªsica, que principalmente encarn¨® Miguel. El lateral diestro tiene much¨ªsimo recorrido, un gran regate y una predisposici¨®n al asociacionismo muy beneficiosa para su equipo.

De Portillo, para continuar con los paralelismos con el a?o anterior, no se supo nada. No jug¨® ni un minuto. La novedad, sin embargo, fue Morientes, que rubric¨® su decisi¨®n de seguir en el club blanco con un gol.