Maragall tiende la mano a los nacionalistas en la clausura del congreso del PSC

El Partit dels Socialistes de Catalunya clausur¨® ayer su primer congreso desde el poder con una proclama federalista de Pasqual Maragall. El presidente del Gobierno catal¨¢n y del PSC tendi¨® la mano a los nacionalistas en el viaje hacia la Espa?a plural. "No exigimos a ning¨²n nacionalista que deje de serlo para acompa?arnos. Simplemente les decimos que nuestro proyecto tiene como horizonte final el federalismo" y dar prioridad a las pol¨ªticas sociales, dijo Maragall. El 10? Congreso del PSC refrend¨® al propio Maragall y a Jos¨¦ Montilla como presidente y primer secretario, respectivamente.

El c¨®nclave socialista que se desarroll¨® a lo largo del fin de semana ha consagrado, precisamente, el poder de Montilla -ministro de Industria en el Gobierno central- sobre la maquinaria del partido que gobierna en coalici¨®n la Generalitat y dirige los ayuntamientos del 71% de los ciudadanos de Catalu?a. Esta vez, al contrario que en 2000, no hubo pulso Maragall-Montilla. Es m¨¢s, fue el propio presidente de la Generalitat quien no repar¨® en elogios hacia el primer secretario del PSC: "No hay cabeza pol¨ªtica al sur de los Pirineos tan bien ordenada como Jos¨¦ Montilla".

Ahora el poder y el ¨¦xito han actuado de cemento cohesionador del proyecto socialista, que, como dijo Maragall, "es tan raro como Catalu?a". El presidente del PSC y de la Generalitat abundaba cuando hizo esa afirmaci¨®n en su tema predilecto: las relaciones Catalu?a-Espa?a. "Y el PSOE tan raro como Espa?a", agreg¨®, y "quien no lo quiera entender que se lo haga mirar". Maragall distingui¨® entre el nacionalismo espa?ol y "los nacionalismos catal¨¢n o vasco, que se reconocen como tales sinceramente", mientras que aquel "no necesita llamarse nacionalismo, porque su fuerza deriva de que no es preciso esa denominaci¨®n".

A pesar de la distancia, el presidente del partido quiso hacer un gui?o a los nacionalistas al tenderles la mano hacia ese final de trayecto federal. Pero puso condiciones. Esa colaboraci¨®n debe ser "para arreglar los barrios, integrar bien a la inmigraci¨®n", la sanidad o la educaci¨®n.

El ¨¦nfasis social de Maragall fue reforzado por el de Manuel Chaves, presidente del Gobierno andaluz y del PSOE, quien asegur¨® que "cualquier reforma en los estatutos debe garantizar la igualdad de los espa?oles vivan donde vivan y trabajen donde trabajen". "Lo que es bueno para Catalu?a es y debe ser bueno para Andaluc¨ªa y para el resto de Espa?a", agreg¨®.

El presidente del PSOE aludi¨® a las complicidades entre Andaluc¨ªa y Catalu?a en la consecuci¨®n de esa Espa?a plural, impulsada por el l¨ªder socialista, Jos¨¦ Luis Rodr¨ªguez Zapatero, gracias, entre otras cosas, a la amplia victoria sobre el PP lograda en las citadas comunidades aut¨®nomas.

El asunto auton¨®mico fue obviado por el hombre que lidera el PSC, el ministro de Industria, Jos¨¦ Montilla, quien prefiri¨® dirigir su artiller¨ªa dial¨¦ctica contra Converg¨¨ncia Democr¨¤tica de Catalunya (CDC) por lo que los socialistas consideran una deriva soberanista que corta puentes con Europa. En plena pugna por lograr hacerse con la centralidad pol¨ªtica en Catalu?a, Montilla asegur¨®, sobre la futura Constituci¨®n europea, que "votar no o jugar a inhibirse en el pr¨®ximo debate ser¨ªa una aut¨¦ntica frivolidad".