La n¨¢usea
Los encapuchados iraqu¨ªes con el cuchillo en la garganta de un p¨¢lido y horrorizado reh¨¦n dan n¨¢useas y el vivo sentimiento de horror y piedad de la tragedia. Es lo que buscan, y consiguen: en Filipinas se han retirado las tropas al servicio de Estados Unidos en una guerra injusta, mentirosa y no menos criminal que la que muestran los encapuchados. Las torturas por el Ej¨¦rcito sobre prisioneros no daban menos n¨¢useas. Tienen ahora los encapuchados un egipcio: y Egipto no mandar¨¢ tropas. No dice si dejar¨¢ de adiestrar a la polic¨ªa colaboracionista iraqu¨ª. En Estados Unidos gritan que no hay que ceder ante el chantaje: sus soldados de papel en los peri¨®dicos del mundo, ?h¨¦roes de celulosa!, les acusan de traidores, de desertores, de cobardes. Los Gobiernos no tendr¨¢n exceso de inter¨¦s en retirar las tropas americanizadas, como ellos mismos, por un pobre tipo, pero s¨ª en no perder votos, que a¨²n en las malas democracias cuentan.
Las manifestaciones contra la guerra fueron mundiales; el descubrimiento de que todo era mentira recrudece esa opini¨®n, incluso en Estados Unidos, donde la comisi¨®n investigadora parlamentaria se ha hecho con seriedad y sinceridad: a¨²n con los votos a cuatro meses de distancia, y dicen los cronistas que nunca hubo tanta pasi¨®n como ahora. Leo en el Times de Nueva York que la gente que pasa las barreras de polic¨ªa y de detectores y registros y llega a primera fila para ver a un candidato (el suyo; uno u otro) lloran convulsos, le quieren besar. ?Pobre pa¨ªs! Es verdad que el clima lo cre¨® Bush: el terror lo envi¨® ¨¦l, y sigue peri¨®dicamente dando mensajes de miedo para que se aferren al poder constituido. No es Kerry menos diligente: no niega el riesgo del terror, pero se ofrece como el m¨¢s capacitado. Un pa¨ªs como Marruecos le contin¨²a: ayer en cuatro columnas de la primera de este peri¨®dico Marruecos alertaba a Espa?a de que hay cuatrocientos terroristas suyos sueltos, y entrenados en Afganist¨¢n. ?En qu¨¦ Afganist¨¢n? ?En el destruido por la ONU, por nosotros, que reforzamos nuestras tropas all¨ª, como si ¨¦sa no fuese tambi¨¦n la guerra de Bush?
Es igual, porque en nuestra comisi¨®n de investigaci¨®n nadie explica que el PP entr¨® en guerra sin permiso, y contra el pueblo en la calle. Tampoco valdr¨ªa: contestan lo que les da la gana, o bromean. Noto la n¨¢usea. Pero en las encuestas de los cien d¨ªas sin ellos se ve que el nivel electoral se les va de las manos.
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