"?Por qu¨¦ nos matan si somos iraqu¨ªes?"
L¨ªderes iraqu¨ªes denuncian que la guerra entre 'yihadistas' y EE UU se libre en su territorio
Los periodistas que primero llegaron al lugar del atentado se toparon con decenas de j¨®venes con los ojos desorbitados, impactados por el horror de lo vivido que, mes¨¢ndose los cabellos, preguntaban a las c¨¢maras: "?Por qu¨¦ nos matan si somos iraqu¨ªes?". ?sta es la obsesiva pregunta que se hace la mayor¨ªa de los 25 millones de habitantes del pa¨ªs. "Estamos en un momento muy peligroso. La poblaci¨®n necesita comprender lo que est¨¢ pasando", afirma el ayatol¨¢ Husein al Muayad, que volvi¨® a Irak en junio de 2003 despu¨¦s de 21 a?os de exilio y formaci¨®n en Ir¨¢n.
"La resistencia iraqu¨ª est¨¢ en contra de todos estos ataques indiscriminados, pero alguien mantiene abierta la puerta a los yihadistas (extremistas isl¨¢micos) que han hecho de Irak su campo de batalla contra Estados Unidos", dice Al Muayad que, como muchos otros iraqu¨ªes, sostiene que mientras no haya un Gobierno verdaderamente independiente de Washington no se podr¨¢ abordar con eficacia la cuesti¨®n de la seguridad.
A nivel popular, los primeros gestos de Ayad Alaui tuvieron una buena acogida: acudi¨® a un centro de reclutamiento, a una base militar y emiti¨® un decreto que le dotaba de poderes extraordinarios para luchar contra la inseguridad. Pero tambi¨¦n prometi¨® una amnist¨ªa, incluso para la resistencia que lucha contra los 160.000 soldados de la Coalici¨®n, y Washington se la impidi¨®.
"Estados Unidos es el ¨²nico responsable de la situaci¨®n actual. No se puede invadir un pa¨ªs y desmantelar todas sus instituciones. El vac¨ªo de poder creado entonces -los mismos soldados norteamericanos instigaron a la gente a saquear y robar en los primeros d¨ªas- se ha vuelto contra todos nosotros", afirma el doctor Hayder al Safar, subdirector del hospital Al Yermuk, que cubre toda la zona noroeste de Bagdad, incluido Faluya, n¨²cleo de la resistencia sun¨ª.
"Cada familia iraqu¨ª ten¨ªa un miembro en el Partido Baaz y era precisamente a ese al que recurr¨ªan a la hora de buscar trabajo y ventajas. No les odiaban, pero las tropas ocupantes satanizaron a todos sin distinci¨®n. Pod¨ªan habernos preguntado a nosotros. Nosotros sabemos qui¨¦nes eran los malos", a?ade. En parecidos t¨¦rminos se expresa Hadi Altaie, de 51 a?os, antiguo profesor de ingl¨¦s que ahora es gerente de Al Hura, la cadena de televisi¨®n financiada por el Departamento de Estado para mejorar la imagen de EE UU en el mundo ¨¢rabe. "Washington no ten¨ªa ning¨²n plan para despu¨¦s de la ca¨ªda de Bagdad. Dej¨® que todo se hundiera. Tach¨® a todos de enemigos y ellos se hicieron enemigos", dice. Altaie se?ala que "todo mejorar¨ªa bastante" si se volviera a dar trabajo a los cientos de miles de hombres que se han quedado sin nada que hacer porque eran de los servicios secretos, el Baaz, el Ej¨¦rcito o la polic¨ªa.
Conferencia Nacional
Los ataques de ayer sucedieron cuando en Bagdad ya est¨¢n los 1.000 notables designados para participar en la Conferencia Nacional de la que saldr¨¢ el Parlamento interino, que legislar¨¢ hasta las elecciones generales previstas en enero. "No es leg¨ªtimo, ni su elecci¨®n ha sido democr¨¢tica, pero es un paso hacia delante necesario", afirma el jeque Ahmed al Shaadi, jefe de la Coalici¨®n Nacional de Tribus y Clanes de Irak y uno de los participantes. Para Al Shaadi, la ventaja del Parlamento interino sobre el actual Gobierno es que la mayor¨ªa de sus 100 miembros ser¨¢n iraqu¨ªes que han vivido en Irak todos estos a?os. "Tanto Alaui, como casi todos sus 32 ministros, proceden del exilio. No conocen la realidad de Irak. Son como extranjeros", afirma.
Los iraqu¨ªes se rebelan tanto contra el hecho de que George Bush eligiera su pa¨ªs para "luchar contra el terrorismo internacional" como contra que "extremistas de los m¨¢s diversos pa¨ªses" se den cita en Irak para luchar contra Estados Unidos, el "gran sat¨¢n".
Hasta los cristianos, que en los ¨²ltimos meses han visto c¨®mo colocaban bombas en sus negocios o secuestraban a una veintena de ellos, se?alan que la invasi¨®n s¨®lo ha venido a complicarles la vida. "Antes los iraqu¨ªes ¨¦ramos, por encima de cualquier diferencia, iraqu¨ªes, y ahora unos y otros nos apuntan con el dedo clasific¨¢ndonos. Instigar las diferencias dentro de los iraqu¨ªes es muy mala pol¨ªtica a largo plazo y perjudicial para todos", afirma ?mer Petrus Namo, de 39 a?os y p¨¢rroco de la iglesia cat¨®lica caldea en el barrio bagdad¨ª de Al Gadir. En esta zona oriental de la capital, donde el 25% de la poblaci¨®n es cristiana es donde m¨¢s ataques contra esta comunidad se han registrado.
"?Qui¨¦nes son? ?Por qu¨¦ nos atacan?", se pregunta la absoluta mayor¨ªa de los iraqu¨ªes que quiere que se vayan tanto las tropas norteamericanas como los extremistas radicales. "Queremos que unos y otros nos dejen en paz. ?Que se vayan!", afirma el farmac¨¦utico Jalid Mohamed Al¨ª.
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