El escenario de la historia
Una exposici¨®n ant¨®logica re¨²ne en el Museo Extreme?o e Iberoamericano de Arte Contempor¨¢neo de Badajoz m¨¢s de cien obras de Godofredo Ortega Mu?oz. Marcado por el ascetismo cl¨¢sico de la pintura italiana, el artista extreme?o fue uno de los renovadores de la pintura espa?ola de paisajes.
Una de las mayores perversiones de la reciente historia de la cultura es la que consiste en aplicar al arte la noci¨®n cient¨ªfica de progreso. De esa aplicaci¨®n se deduce -m¨¢s all¨¢ de la cronolog¨ªa estricta pero a su abrigo- que unos artistas son m¨¢s contempor¨¢neos que otros, atendiendo a su grado de aproximaci¨®n a una idea de modernidad -m¨¢s plat¨®nica que hegeliana a la postre- en cuyo templo se sacrifica a todo aquel que se atreva a salirse del camino trazado por la escol¨¢stica ortodoxia vanguardista. El desaguisado es completo cuando se confunde la ¨¦tica con la est¨¦tica para identificar, contra todas las pruebas que ofrece la historia misma, vanguardia art¨ªstica y vanguardia pol¨ªtica.
ORTEGA MU?OZ
MEIAC
Calle del Museo, s/n. Badajoz
Hasta el 30 de septiembre
Nacido en el pueblo fronterizo de San Vicente de Alc¨¢ntara (Badajoz) en 1899 -aunque en sus biograf¨ªas se repita 1905- y muerto en Madrid en 1982, Godofredo Ortega Mu?oz fue durante a?os uno de esos sacrificados en el altar de la historia lineal. De ah¨ª la importancia de la exposici¨®n comisariada para el MEIAC (www.meiac.org) por su propio director, Antonio Franco. El m¨¢s de un centenar de piezas reunidas en Badajoz -y el cat¨¢logo que las acompa?a- permite recorrer la obra de uno de los mayores int¨¦rpretes modernos del paisaje espa?ol -en la l¨ªnea de Benjam¨ªn Palencia y Juan Manuel D¨ªaz-Caneja- tanto como reconstruir un cap¨ªtulo que, hasta no hace mucho, la tendencia dominante hab¨ªa condenado a los m¨¢rgenes, en parte por ce?irse a esa cortante idea de progreso y en parte por llevar al purgatorio una obra que se identificaba con la parda Espa?a de la posguerra. De ah¨ª, por ejemplo, las citas ir¨®nicas de paisajes de Ortega Mu?oz en algunos cuadros del Equipo Cr¨®nica.
Esta muestra, en fin, devuelve ¨ªntegro a un pintor n¨®mada y autodidacta que recorri¨® toda Europa en los a?os veinte -incluidos Escandinavia y los Balcanes- y que, aprendida la lecci¨®n de C¨¦zanne, tan presente en su obra, opt¨® por Italia frente a Francia, con todo lo que eso significa de ahondamiento en la v¨ªa cl¨¢sica -no necesariamente clasicista- de la pintura moderna. Despu¨¦s de tanteos muy marcados por la escuela metaf¨ªsica -figuras, bodegones-, sus paisajes resumen, a partir de los a?os cincuenta, su traducci¨®n personal de una larga l¨ªnea de intereses que suman la ¨¢spera inocencia de los primitivos italianos al ascetismo de Giorgio Morandi. A?adiendo una parte de memoria a la dosis de cultura que convierte la naturaleza en paisaje, Ortega Mu?oz se enfrenta a los campos de Extremadura y Castilla, como luego a los de Lanzarote o La Rioja, sin pose, sin belleza a?adida, sin confundir lo pict¨®rico y lo pintoresco. Las de sus cuadros son tierras de labor -olivares, vi?edos-. Y tierras exigentes, duras, secas: de ah¨ª sus limitados grises, ocres, amarillos, blancos sucios. El escenario de la historia privada. Nada m¨¢s lejos, por cierto, de una supuesta esencia de los pueblos vinculada al paisaje, esa nost¨¢lgica y rom¨¢ntica ocurrencia de los urbanitas.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.