La cuadratura del c¨ªrculo period¨ªstico

No se lo puso f¨¢cil ayer el premio Nobel de Literatura Jos¨¦ Saramago a la tribu period¨ªstica en su conferencia Informaci¨®n, la cuadratura del c¨ªrculo, con la que clausur¨® un seminario sobre la prensa, organizado por la Agencia Efe en la Universidad Internacional Men¨¦ndez Pelayo. En poco m¨¢s de una hora, el escritor conden¨® "el concubinato" entre los medios de comunicaci¨®n y los poderes pol¨ªticos y econ¨®micos; cuestion¨® la independencia del periodista ("es una ficci¨®n de buenas intenciones"), despotric¨® contra la figura del creador de opini¨®n ("con qu¨¦ derecho por tener un espacio en los medios ambiciona que otros piensen como ¨¦l"), afirm¨® que "la comunicaci¨®n ha dejado de ser una forma de comuni¨®n" y lapid¨® -as¨ª, sin m¨¢s- la ambici¨®n de objetividad del gremio: "Todo es cuesti¨®n del punto de vista", dijo.

El t¨ªtulo ya promet¨ªa batalla: "Durante siglos se busc¨® reducir el c¨ªrculo a un cuadrado. Reci¨¦n en 1882", precis¨® Saramago, "se demostr¨® que es imposible". La cuadratura del periodismo, seg¨²n el escritor portugu¨¦s, no es la informaci¨®n en s¨ª, "de la cual vivimos rodeados m¨¢s all¨¢ de los medios, incluso", sino la objetividad como ambici¨®n.

"Toda la informaci¨®n es subjetiva y no puede evitarlo. Subjetiva en su origen, en su transmisi¨®n y en su recepci¨®n", dispar¨® implacable, porque existen "tantos entendimientos como receptores". Esta trampa no es salvable, para Saramago, limit¨¢ndose a "la descripci¨®n de los hechos", puesto que en la elecci¨®n del lenguaje se filtrar¨¢, otra vez, lo subjetivo. Con una an¨¦cdota reciente explic¨® por qu¨¦ tampoco la imagen escapa al velo subjetivo. "La foto de las Azores: en la que vieron aqu¨ª, estaban los se?ores Bush, Blair y Aznar. En Portugal, aparec¨ªa un cuarto personaje que pasaba por all¨ª, que entonces gobernaba el pa¨ªs y que hoy preside la Comisi¨®n Europea: Dur?o Barroso. Claro, entonces era s¨®lo el que abr¨ªa y cerraba la puerta", sostuvo.

Esa subjetividad inevitable y omnipresente se nutre tambi¨¦n, seg¨²n el escritor, del entorno: "?Por qu¨¦ pensamos lo que pensamos? ?Por qu¨¦ pienso esto y no lo que se pensaba en el siglo XIX o lo que se pensar¨¢ en el XXIV", pregunt¨® a un auditorio en el que se encontraban, hipnotizados por igual, el fil¨®sofo Emilio Lled¨®, los escritores Javier Cercas y Jordi Gracia, los alumnos inscritos en el curso y un racimo de periodistas.

"El pensamiento es el conjunto de ideas propias de una persona o colectividad, dice el diccionario", continu¨® Saramago. "Esto significa que pensamos lo que hay que pensar, no podemos pensar fuera de lo pensado. Estamos otra vez en el reino de la subjetividad. Pensamos lo que piensa nuestra ¨¦poca y lo expresamos en su lenguaje. Pensamos la parte de pensamiento com¨²n que hemos sido capaces de asimilar". Un panorama que, asegur¨®, lleva a preguntarse por el verdadero espacio de libertad de cada uno: "Hay 8.000 millones de personas en el mundo. Ser¨ªa rid¨ªculo pensar en 8.000 millones de independencias, ?verdad?". Llegados a ese punto, el escritor se confes¨® superado: "Ahora es cuando Emilio Lled¨® deber¨ªa sentarse aqu¨ª y yo all¨ª para aprender". Gentileza que el fil¨®sofo sevillano agradeci¨® con una sonrisa.

"De una forma u otra, los periodistas no pueden dejar de ver lo que pasa", sostuvo Saramago. Algo que alimenta, dijo, "la conciencia infeliz" de los profesionales de la informaci¨®n obligados por "razones de supervivencia" a "cambiar de opini¨®n cuando cambian de medio" y a ser "peque?os camaleones".

Seg¨²n su an¨¢lisis, "entre el jefe y el obrero, el periodista palpa el terreno m¨¢s o menos inestable que lo sostiene y se pregunta si est¨¢ m¨¢s o menos dentro de la verdad del d¨ªa que maneja su medio". Por eso es "mucho m¨¢s ¨²til que el debate sobre la independencia sea analizar las franjas de independencia relativa que les son permitidas a los profesionales". Un estudio que no puede perder de vista aquella vieja frase de que "los peri¨®dicos sirven para vender clientes a los anunciantes". ?Cu¨¢l es la soluci¨®n? Saramago hizo mutis por el foro: "No lo s¨¦, yo soy un m¨¦dico incapaz de curar pero hago diagn¨®sticos estupendos", brome¨®.