Compromiso crucial
La Organizaci¨®n Mundial de Comercio (OMC) ha logrado evitar un desastre al acordar en Ginebra, contrarreloj y en el ¨²ltimo minuto, un compromiso que abre el camino a la reactivaci¨®n del comercio mediante el recorte de las subvenciones agr¨ªcolas en los Estados m¨¢s ricos. El fracaso de las negociaciones hubiera constituido una seria amenaza al crecimiento de la ya desequilibrada econom¨ªa mundial.
La ruptura con que se sald¨® la reuni¨®n ministerial de Canc¨²n, en septiembre del a?o pasado, ilustr¨® la hipocres¨ªa y el doble lenguaje que pueden llegar a exhibir los Gobiernos de las principales econom¨ªas cuando se trata de defender los intereses de peque?os grupos a costa de la prosperidad de la mayor¨ªa y de la estabilidad del propio sistema de relaciones comerciales internacionales. A la persistencia de las ayudas agr¨ªcolas en las econom¨ªas m¨¢s ricas, estimadas en m¨¢s de 250.000 millones de euros anuales, se opusieron all¨ª de forma resuelta un amplio grupo de pa¨ªses en desarrollo liderados por Brasil, paralizando la ronda de negociaciones liberalizadoras en curso.
En la vuelta al entendimiento entre los 147 miembros de la OMC, la pasada madrugada, el cambio de actitud de la Uni¨®n Europea ha sido fundamental. El comisario Lamy se comprometi¨® en mayo pasado a la eliminaci¨®n de los subsidios a la exportaci¨®n de productos agrarios, favoreciendo as¨ª la disposici¨®n estadounidense a reducir de forma significativa sus ayudas a la agricultura. Los beneficiarios inmediatos ser¨¢n los pa¨ªses menos desarrollados productores de esos bienes, los de algod¨®n de forma particular. Pero las ventajas de la recuperaci¨®n de la credibilidad de la OMC pueden ser mucho mayores si los avances se extienden a otros bienes y servicios contemplados en la ronda de negociaciones iniciada en Doha hace tres a?os.
Estimaciones del Banco Mundial sit¨²an en 520.000 millones de d¨®lares (a precios de 1997) las ganancias globales derivadas del libre comercio a partir de 2015, con una parte importante de las mismas localizadas en las econom¨ªas emergentes. La reducci¨®n de la pobreza derivada de la extensi¨®n de esas ganancias a un n¨²mero cada vez mayor de pa¨ªses ser¨ªa la demostraci¨®n m¨¢s elocuente de que la globalizaci¨®n en curso no es otra forma de dominaci¨®n de los grandes. Constituir¨ªa tambi¨¦n la credencial m¨¢s importante para la m¨¢s joven de las instituciones multilaterales, la OMC, que ahora en Ginebra ha vuelto a respirar.
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