Madelaine Robinson, actriz del teatro y cine franceses
Madelaine Robinson, fallecida en Vaud (Suiza) el pasado 1 de agosto, era el equivalente franc¨¦s de la m¨ªtica Tallulah Bankhead, esa gran actriz americana que, a pesar de haber intervenido en numerosos filmes, nunca logr¨® en la pantalla el prestigio y el ¨¦xito que obtuvo en los escenarios. Robinson, que en realidad se apellidaba Svoboda -su padre era un pastelero checoslovaco-, hab¨ªa nacido en 1916 y en 1930 se qued¨® hu¨¦rfana y responsable de dos hermanos menores. A los 14 a?os empez¨® a trabajar en la f¨¢brica y, por la noche, acud¨ªa a los cursos teatrales de Charles Dullin, uno de los cuatro grandes renovadores de la escena francesa entre 1927 y 1939.
En 1935 el cine le ofrece un primer papel, y el a?o siguiente el azar -sustituir a la estrella enferma- la hace protagonista de Le Mioche. Siempre seguir¨¢ alternando teatro y cine, pero no es hasta 1942, con Jean Gremillon y Lumi¨¨re d'¨¦t¨¦ y 1943, con Douce a las ¨®rdenes de Autant-Lara, que Madelaine Robinson no se transforma en un nombre cotizado. Los cineastas m¨¢s respetados del momento -Christian Jacque, Henri Decoin, Jean Delannoy, Juli¨¢n Duvivier, Yves Allegret- la escogen para sus pel¨ªculas, mientras ella estrena en el teatro piezas de Andr¨¦ Roussin, Marcel Achard, Marc Gilbert Sauvageon o protagoniza montajes de textos m¨ªticos como Les Parents terribles, de Cocteau, Un tranv¨ªa llamado deseo, de Tennessee Williams o, ya en los a?os sesenta, ?Qui¨¦n teme a Virginia Woolf?, de Edward Albee.
Temperamental y conflictiva, las disputas de Madelaine Robinson con sus directores o compa?eros de reparto son c¨¦lebres y, en algunos casos, acabaron en los tribunales. Jos¨¦ Luis de Villalonga, que fue su amante y esposo durante un par de a?os, la recuerda en sus memorias como "el Mal Absoluto por haber vivido junto a ella dos largos a?os de frenes¨ª sexual, de enga?os, traiciones y mentiras". Ella ser¨¢ la estrella de Le jeu de la verit¨¦, obra de teatro del propio Villalonga que Jos¨¦ Mar¨ªa Forqu¨¦, con la ayuda de varios guionistas, adaptar¨¢ al cine, situando la acci¨®n en el Madrid de principios de los sesenta. Madelaine Robinson es en el filme Luc¨ªa, una mujer madura que sufre porque su amante -Samy Frey- empieza a fijarse en chicas m¨¢s j¨®venes. La pel¨ªcula, con una insufrible m¨²sica de Adolfo Waitzman y rezumando moralina y mala conciencia, es insoportable. En cualquier caso, en los t¨ªtulos de cr¨¦dito, no consta Villalonga, que 10 a?os antes hab¨ªa escrito Les Ramblas finissent ¨¤ la mer, una novela que describ¨ªa con mucha mala leche y precisi¨®n el franquismo desde dentro.
La Nouvelle Vague no quiso saber nada de Madelaine Robinson, que s¨®lo rod¨® con Chabrol en A double tour. Eso hizo que durante la d¨¦cada de los sesenta su rostro se desvaneciera lentamente de las pantallas. En su filmograf¨ªa consta que trabaj¨® para Bardem en Siete d¨ªas de enero, sobre la matanza de los abogados de Atocha, al principio de la transici¨®n espa?ola, pero son dos intervenciones en papeles de madre -en J'ai ¨¦pous¨¦ une ombre y Camilla Claudel, con Natalie Baye y Isabelle Adjani como hijas- los mejores momentos de cine de la Madelaine Robinson de los ¨²ltimos a?os que, como no, tambi¨¦n obtuvo un gran ¨¦xito como Folle de Chaillot en un en¨¦simo montaje teatral.
Mujer de gran clase, precedente f¨ªsico de Delphine Seyrig, Madelaine Robinson hab¨ªa obtenido diversas distinciones en los festivales, pero puede que el galard¨®n m¨¢s importante, reconocimiento de toda una carrera, lo gan¨® el 2001, cuando sus compa?eros del teatro la eligieron para el Moli¨¨re d'honneur.-
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