Las vacaciones de Carmen Pombero

El pasado domingo, en la contraportada del cuadernillo dedicado a Andaluc¨ªa (La Costa Literaria), aparec¨ªa una peque?a narraci¨®n titulada Las vacaciones que no tuvimos, firmada por Carmen Pombero, un tanto desconcertante y dif¨ªcil de encajar. En ella, tras declarar su predilecci¨®n por cierta playa de la costa gaditana, evoca una escena familiar muy bonita y de mucho alm¨ªbar, muy empalagosa; una escena que no desmerece nada en comparaci¨®n con los mejores momentos de "La casa de la pradera", en la que una madre, estimulando h¨¢bilmente la imaginaci¨®n de sus hijas, consigue hacerlas disfrutar de un ficticio d¨ªa de playa sin salir de su habitaci¨®n.

Para rematar su texto, situada de nuevo en su playa favorita, se plantea una serie de cuestiones que nos dejan perplejos y desorientados sobre cu¨¢l ser¨¢ la perspectiva desde la que la autora contempla el asunto. Por ejemplo, al ver a su alrededor "...familias que se gastan una pasta y alemanes quem¨¢ndose al sol", se confiesa sorprendida de que "...tantos vivan por encima de sus posibilidades". Y cabe preguntarse ante estas elucubraciones: ?Posee esta mujer datos sobre cu¨¢les sean las posibilidades del grueso de los usuarios de dicha playa sobre los que establecer tan categ¨®ricamente que viven por encima de ellas? ?Acaso est¨¢ sencillamente molesta porque considera que es demasiada la chusma que masifica esta playa y envilece la exclusiva urbanizaci¨®n adjunta? ?Piensa quiz¨¢ que quienes tienen menos posibilidades deben permanecer en sus casas durante todo el verano cont¨¢ndoles a sus hijas e hijos la milonga de la playita inventada para que crezca su imaginaci¨®n y, gracias a ella, lleguen a adquirir en un futuro posibilidades para poder ir a la playa de verdad?