S¨®lo cinco agentes de la Polic¨ªa Local patrullan a diario los 42 barrios de Alicante
Grupos de vecinos organizan batidas nocturnas para ahuyentar a los delincuentes
El sindicato de Polic¨ªa Local inform¨® ayer de que un m¨¢ximo de cinco agentes patrullan a diario la ciudad de Alicante, de 316.178 habitantes, distribuidos en 42 barrios. Trece asociaciones de la zona norte, la m¨¢s insegura, han acordado un calendario de movilizaciones para exigir m¨¢s polic¨ªa. Los vecinos ya han realizado espont¨¢neas batidas nocturnas para ahuyentar a los delicuentes. Los residentes advierten de que el deterioro social de estos barrios, con 64.000 habitantes y un 30% de inmigrantes, ha convertido la zona en un polvor¨ªn "a punto de estallar".
Las patrullas vecinales surgen de manera espont¨¢nea y su acci¨®n escapa al control legal
Los elevados ¨ªndices de inseguridad ciudadana y los constantes conflictos de convivencia entre la poblaci¨®n aut¨®ctona y la colonia inmigrante en la periferia norte de Alicante siguen sin movilizar al Ayuntamiento de la ciudad. Las trece asociaciones vecinales de la zona norte, representadas en la junta de distrito n¨²mero 4, acordaron el jueves un calendario de concentraciones, que comenzar¨¢n el pr¨®ximo 21 de agosto, en un nuevo intento de exigir la intervenci¨®n de la Administraci¨®n. La escasa presencia policial, denunciada reiteradamente por los vecinos y sindicatos del Cuerpo Nacional de Polic¨ªa y de la Polic¨ªa Local, convierte a la zona en el santuario de gamberros, carteristas y asaltantes de coches y motos. "Cuando vemos a un polic¨ªa local creemos que estamos en carnavales y que es alguien que se ha disfrazado", se?al¨® con iron¨ªa Manolo Medina, portavoz de la Asociaci¨®n Juan XXIII, con 11.270 habitantes.
Esta barriada es paradigma del deterioro de la zona norte de Alicante. Juan XXIII fue en la d¨¦cada de los setenta un n¨²cleo residencial obrero en auge, con amplias zonas ajardinadas y poblado de gente obrera. Hoy es un barrio del extrarradio de la capital en claro deterioro y con graves problemas de convivencia. Fuentes policiales califican la barriada como un foco importante de delincuencia de la ciudad. En octubre de 2002, la alta criminalidad provoc¨® manifestaciones espont¨¢neas de los vecinos que imputaban a la colonia rumana de la creciente delincuencia. La intervenci¨®n policial evit¨® entonces que la protesta arrojase consecuencias mayores. Pero los ¨¢nimos han vuelto a caldearse en toda la zona norte. "Se va a liar una gorda como no metan mano" advirti¨® Medina. Rabasa es otro n¨²cleo poblacional de la periferia con 3.000 residentes y con problemas de delincuencia. En este barrio los vecinos ya desarrollado batidas nocturnas para echar a los delicuentes que a diario asaltan sus viviendas. Las patrullas vecinales surgen de manera espont¨¢nea y su acci¨®n escapa a cualquier tipo de control legal.
El portavoz de la Junta de distrito n¨²mero 4, Manuel Hern¨¢ndez, manifest¨® que la desesperaci¨®n ha llevado, incluso, a los residentes a plantearse la posibilidad de presentar una candidatura conjunta a las pr¨®ximas elecciones locales. "La dejadez es total, no s¨®lo por parte del gobierno local sino tambi¨¦n de la oposici¨®n", dijo el dirigente. El Sindicato Profesional de Polic¨ªas Locales y Bomberos de la Comunidad Valenciana coincide con los vecinos en que la situaci¨®n de la zona norte es "explosiva". Seg¨²n el secretario local del sindicato, Pedro Soriano, un m¨¢ximo de cinco agentes son los ¨²nicos encargados de patrullar diariamente una ciudad que ya concentra a 316.000 habitantes, distribuidos en una cuarentena de barrios. Soriano denunci¨® que el d¨¦ficit de agentes implica que, durante la temporada estival, entre el 80% y el 90% de los efectivos se destina a las playas, situaci¨®n que, a juicio del sindicalista, deja "desamparadas" a las barriadas. A su entender, para una asistencia policial ¨®ptima son necesarios, al menos, 200 efectivos m¨¢s.
La carencia de polic¨ªas lleva a situaciones esperp¨¦nticas, seg¨²n Soriano. En ocasiones se llama a los agentes destacados en las playas para intervenir en asuntos de la ciudad. "As¨ª, podemos ver agentes en chanclas y pantal¨®n corto patrullando la ciudad", lament¨®. A la inseguridad se suman los conflictos de convivencia provocados por las dificultades de adaptaci¨®n de populosa colonia inmigrante.
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