Morientes y Casillas socorren a un triste Real Madrid

Ocurri¨® que apareci¨® Casillas en su mejor versi¨®n, con lo que ello significa. Y ocurri¨® tambi¨¦n que apareci¨® a tiempo Morientes, inspirado como est¨¢ desde su periplo en M¨®naco. De no ser por esas dos apariciones, este Madrid que no se sabe bien si viene o va, lo que no deja de ser preocupante a seis d¨ªas vista de su estreno en la ronda previa de la Liga de Campeones, hubiera cosechado una derrota de las que escuecen.

Porque hubiera escocido caer ante el Getafe por mucho amistoso del que se tratara. Y no porque no tenga m¨¦rito la labor del conjunto que entrena Quique Flores, sino por la forma en que se hubiera producido. El Madrid hizo un pobre ejercicio futbol¨ªstico, inesperado por cuanto parec¨ªa que el equipo iba creciendo. Esa impresi¨®n, al menos, dio en su mini gira asi¨¢tica. Pero como en Jap¨®n no juega el Getafe, pues habr¨¢ que deducir que aquello era mentira y que la realidad es la de anoche en Alicante.

Y esa realidad despierta serias dudas. No jug¨® Zidane, que sigue recuper¨¢ndose de su lesi¨®n aunque llegar¨¢ a tiempo para el choque de la Champions ante el Wisla Cracovia polaco, y tampoco lo hizo Figo. Por el franc¨¦s entr¨® Guti, su recambio natural, y en el puesto del portugu¨¦s, en la derecha, apareci¨® sorprendentemente Solari. No funcion¨® el experimento. El Getafe, valiente, presion¨® arriba, suficiente arma ¨¦sta para enterrar las ideas del Madrid. Ni sacaron la pelota los centrales ni lo hicieron Beckham y Helguera, que no sab¨ªan si avanzar, si retroceder, si utilizar el pase largo para un Ronaldo cuya producci¨®n se limit¨® a un duro disparo que sac¨® Sergio S¨¢nchez y otro suave que se fue fuera.

Visto el panorama, el Getafe apret¨®. Y ah¨ª estuvo Casillas para sacar de la escuadra un tiro de Pernia o para aguantar como s¨®lo aguanta ¨¦l una llegada en solitario de Pach¨®n, a quien le birl¨® el bal¨®n desde el suelo. No marc¨® el Getafe cuando m¨¢s f¨¢cil lo tuvo y en la siguiente acci¨®n lleg¨® el gol. Celades se vio con confianza y prob¨® a enviar un bal¨®n en profundidad a Morientes, que se fue hacia la izquierda y solt¨® un zurdazo alto, duro, de lujo. Fue la ¨²nica ocasi¨®n digna de llamarse as¨ª del Madrid en lo que se llevaba de segundo tiempo. Y bast¨®. En vista de los hechos, Camacho retir¨® a Ronaldo y sac¨® en su lugar a Mej¨ªa, una estratagema t¨¢ctica, quiz¨¢, descartado como est¨¢ que lo que quisiera fuera conservar al resultado.