Dar explicaciones

El fiscal jefe de la Audiencia Nacional, Eduardo Fungairi?o, tendr¨¢ que dar explicaciones a los grupos parlamentarios que se sintieron ofendidos por su ins¨®lito comportamiento durante su comparecencia ante la comisi¨®n de investigaci¨®n del 11-M. As¨ª lo ha decidido el fiscal general del Estado, C¨¢ndido Conde-Pumpido, que s¨®lo tras conocer esas explicaciones, y las que tambi¨¦n deber¨¢ darle a ¨¦l, decidir¨¢ sobre eventuales acciones legales contra Fungairi?o.

Es bastante discutible el criterio de llamar a declarar ante una comisi¨®n parlamentaria a un fiscal que puede tener intervenci¨®n en el proceso penal abierto sobre la misma cuesti¨®n investigada. Por ejemplo, ahora mismo, en relaci¨®n al conflicto de competencias entre dos jueces instructores de sumarios relacionados con el 11-M. Pero eso no justifica la actitud adoptada por Fungairi?o en su comparecencia. Decir que desconoc¨ªa todo sobre el caso, incluida la existencia de la famosa furgoneta del 11-M, s¨®lo se entiende como deseo expreso de mostrar su desd¨¦n hacia la comisi¨®n. Es l¨®gico, por tanto, que varios grupos representados en ella pidieran explicaciones, y no parece descaminado que lo hicieran a trav¨¦s del fiscal general.

Sin embargo, suena algo forzado considerar delictivo el comportamiento de Fungairi?o. Para que lo fuera habr¨ªa que identificar su displicente actitud con el delito de injurias graves a las Cortes Generales del art¨ªculo 496 del C¨®digo Penal. De momento, la petici¨®n de explicaciones planteada por Conde-Pumpido implica dar por insuficiente el escrito en el que Fungairi?o se limitaba a decir que no hab¨ªa sido su voluntad ofender a nadie. La decisi¨®n del fiscal general parece prudente. Consiste en que, con independencia de que haya o no delito, el ofensor se vea obligado, por muy fiscal jefe que sea, a responder a las acusaciones concretas incluidas en la denuncia de los grupos parlamentarios. Porque su actitud no s¨®lo ofendi¨® a los diputados, sino a los millones de espa?oles que representan.