La chica de Afganist¨¢n
Rubina Muqimyar, primera atleta afgana en unos Juegos, competir¨¢ con la peor marca en los 100 metros y uniformada seg¨²n los preceptos del Cor¨¢n
![Diego Torres](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/https%3A%2F%2Fs3.amazonaws.com%2Farc-authors%2Fprisa%2F905d2291-3bc7-4951-9b10-14c4000df79f.png?auth=71540af241da7b2d45e7ccd8aac79de09feb0b15263f9f39b72b24c67ae654b5&width=100&height=100&smart=true)
Rubina Muqimyar tiene la mirada traviesa y altiva de muchas chicas de 17 a?os. Pero es ¨²nica. Hace apenas unos meses no hab¨ªa o¨ªdo hablar de los Juegos Ol¨ªmpicos. Tampoco sab¨ªa qui¨¦n era Marion Jones. Pero el pr¨®ximo viernes 20, durante las primeras pruebas de clasificaci¨®n de los 100 metros, se convertir¨¢ en la primera atleta en representar a Afganist¨¢n en unos Juegos. Si corre en 15,06 segundos, su ¨²nico tiempo registrado en competici¨®n, se convertir¨¢ en la atleta m¨¢s lenta del torneo. Pero ni la marca ni la tosquedad de su t¨¦cnica reducir¨¢n el efecto de su participaci¨®n en uno de los pa¨ªses menos desarrollados del planeta.
Da la impresi¨®n de que Rubina no sabe exactamente la dimensi¨®n pol¨ªtica de su papel. Dice estar "muy orgullosa" de ser la primera mujer en representar a Afganist¨¢n en unos Juegos. Tambi¨¦n dice que est¨¢ convencida de su religiosidad y reivindica al Islam remiti¨¦ndose a un momento de la vida del profeta Mahoma. "En un pa¨ªs isl¨¢mico las chicas hacen muchas cosas", explica Rubina, con tono sobresaltado; "dicen que el propio Mahoma y su mujer Bibi Isha corrieron una carrera y Bibi Isha gan¨®; luego volvieron a correr dos a?os m¨¢s tarde, pero como Bibi Isha hab¨ªa engordado, el que gan¨® fue Mahoma".
"Debemos cuidar la imagen porque mucha gente en Afganist¨¢n podr¨ªa escandalizarse"
Rubina se pasea por la Villa Ol¨ªmpica descubriendo las piernas por arriba de las rodillas, con unos pantalones cortos, un par de sandalias y el pelo desatado bajo las gafas de sol levantadas. Prendido en el polo lleva un pin con el escudo de Afganist¨¢n. El pin es la ¨²nica parte del uniforme que no es un regalo del comit¨¦ organizador. Ni las zapatillas conque correr¨¢ cuando llegue el gran d¨ªa son una excepci¨®n. Todo lo que se pone Rubina se lo debe a la caridad de la familia ol¨ªmpica. Shapur Amiri, su entrenador, tambi¨¦n le debe mucho a la caridad del olimpismo. En el pecho de su camiseta se lee un bordado: Solidaridad del Movimiento Ol¨ªmpico.
El d¨ªa en que Rubina se presente ante la multitud del estadio de Atenas para correr sus 100 metros lo har¨¢ observada por muchos de sus compatriotas por televisi¨®n. Algunos de ellos, especialmente susceptibles. Como dice Amiri: "Debemos cuidar la imagen porque mucha gente en Afganist¨¢n podr¨ªa escandalizarse si la atleta va con la cabeza descubierta o muestra su cuerpo. As¨ª es nuestra cultura".
Para evitar esc¨¢ndalos, Rubina correr¨¢ con pantalones largos pues el Cor¨¢n manda "alargar las vestiduras". El libro sagrado de los musulmanes tambi¨¦n prescribe que las mujeres deben "cubrirse los senos" y la velocista afgana lo har¨¢ con creces, utilizando una camiseta que le tape los hombros. Adem¨¢s, Rubina correr¨¢ con un pa?uelo que le cubrir¨¢ la cabeza y le ocultar¨¢ el cabello. Ella no se muestra especialmente feliz al explicarlo. Pero no ser¨¢ la primera en correr de esa manera. El a?o pasado, en los Mundiales de Atletismo de Par¨ªs, la pionera del atletismo afgano en una gran competici¨®n, Lima Azimi, corri¨® medio cubierta. Hizo 18,37 segundos en los 100 metros. Una marca que Rubina se ha encargado de rebajar a niveles m¨¢s contempor¨¢neos. Aunque los 15,06 segundos que consigui¨® en mayo, en los Juegos Asi¨¢ticos, no se corresponden ni con las marcas m¨¢s mediocres de principios del siglo pasado.
En la primera final ol¨ªmpica femenina de 100 metros, en los Juegos de Amsterdam de 1928, la campeona, la estadounidense Elizabeth Robinson, hizo un tiempo de 12,2 segundos. Ninguna de aquellas finalistas super¨® los 12 segundos. Pero las condiciones en que Robinson y sus compa?eras fundadoras, Fanny Rosenfeld, Ethel Smith y Erna Steinberg, se prepararon para competir son muy superiores a las que encontr¨® la atleta afgana en Kabul.
Rubina nunca practic¨® el atletismo fuera del colegio hasta que hizo los mejores tiempos de una selecci¨®n de 60 chicas realizada por la federaci¨®n afgana, en mayo de 2003. De hecho, hasta el a?o pasado, Rubina no practic¨® el atletismo. S¨®lo jug¨® al baloncesto. Y entre los 12 y los 15 a?os se pas¨® la mayor parte del tiempo metida en su casa. Fue en la ¨¦poca en que el Mul¨¢ Omar encabez¨® el r¨¦gimen talib¨¢n afgano. Durante esos a?os, su padre perdi¨® la f¨¢brica de ropa, y tres t¨ªos suyos resultaron heridos, amputados o muertos en la guerra que sucedi¨® a la invasi¨®n estadounidense del pa¨ªs.
Desde hace meses, Rubina se ha entrenado en las pistas de concreto del vetusto estadio de Ghazi, en Kabul, tambi¨¦n empleado por distintos reg¨ªmenes para ejecutar disidentes. Lo ha hecho tres veces por semana con su entrenador espec¨ªfico, alternando escuela y atletismo. No ha cobrado nada. Tampoco recibir¨¢ nada por participar en los Juegos. S¨®lo esos 15 segundos de exposici¨®n que la convertir¨¢n en una pionera.
![Rubina Muqimyar, a la derecha, con sus compa?eros del equipo afgano, Freba Rezai y Massud Azizi.](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/L263LFE6VYNE3RTOET5WMC37PA.jpg?auth=ac68402b2350e0ef691d824155605ab517c07f699669f1ca05bc02d4ee60e564&width=414)
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