Ozono en el aire
Los corredores sufrir¨¢n hoy en sus pulmones la contaminaci¨®n ateniense
A Igor Astarloa le molestaba el calor. "No s¨¦", dec¨ªa el campe¨®n del mundo al mediod¨ªa del ferragosto ateniense, calles desiertas, sol de plomo, ni una brizna de brisa; "estoy como mareado por el calor, pero no..., no he notado dificultades respirando". Desde luego, a Igor Gonz¨¢lez de Galdeano respirar le cuesta m¨¢s de lo habitual desde que lleg¨® a la capital griega. Es la contaminaci¨®n, le dicen. "?Contaminaci¨®n?", responde; "entonces tendr¨¦ que llevar el Ventol¨ªn bien a mano por si me llega una crisis". Gonz¨¢lez de Galdeano forma parte de ese 20% de los ciclistas profesionales que oficialmente son asm¨¢ticos, que cuentan con una justificaci¨®n terap¨¦utica para utilizar medicamentos, como el Ventol¨ªn, prohibidos para los dem¨¢s deportistas. Sus pulmones podr¨¢n, por lo menos, luchar contra los perniciosos efectos de la contaminaci¨®n ateniense.
El l¨ªmite de los 120 microgramos por metro c¨²bico se superaba ayer en la zona de la prueba
Peor lo tendr¨¢n los dem¨¢s.
Y, aunque ni Astarloa, ?scar Freire, Alejandro Valverde o Iv¨¢n Guti¨¦rrez -el resto del equipo ol¨ªmpico espa?ol, que ayer conoci¨® el circuito de la carrera de hoy- citaron problemas respiratorios, los dem¨¢s ser¨¢n muchos. Seg¨²n la revista Nature, aparte de ese 20% de asm¨¢ticos, hasta un 30% m¨¢s de los atletas de fondo que compitan en Atenas -con m¨¢s probabilidad a¨²n, los ciclistas, que lo har¨¢n en el centro urbano, por las calles, y que respiran m¨¢s y m¨¢s profundamente- presentar¨¢n s¨ªntomas asm¨¢ticos, agarrotamiento del pecho, falta de aliento... La culpa no es, en contra de lo que podr¨ªa pensarse viendo el parque automovil¨ªstico ateniense, del mon¨®xido de carbono emitido por cientos de miles de viejos veh¨ªculos que, captado por la hemoglobina, baja la saturaci¨®n de la sangre, como explica el fisi¨®logo Ricardo Mora, de la Universidad de Castilla-La Mancha, sino del ozono y de algunas part¨ªculas, como el holl¨ªn, que se quedan en el aire y, cargadas de m¨ªnimas porciones de hierro o cobre, irritan los pulmones, disparan los temibles radicales libres, inflaman y asfixian a quienes en el aire buscan ox¨ªgeno, buscan la vida para sus m¨²sculos exigidos al m¨¢ximo.
La soluci¨®n est¨¢ en el viento.
Los atenienses dicen que como media, en agosto, sopla unos 13 d¨ªas el meltemia, el viento del norte que limpia la atm¨®sfera, que se lleva la amarillenta capa de smog, el nefos, la contaminaci¨®n, hacia el mar. Si no sopla, habr¨¢ problemas, admiten. Ayer no sopl¨®. Para hoy la previsi¨®n habla de viento sur. En seis de las 15 estaciones medidoras del centro de Atenas, el ozono superaba ayer el l¨ªmite de los 120 microgramos por metro c¨²bico de aire fijado por la Organizaci¨®n Mundial de la Salud. Y la zona de la Acr¨®polis, la colina que hoy bordear¨¢n los ciclistas, era la m¨¢s contaminada de todas.
Los especialistas recuerdan que los pulmones de los ciclistas en pleno esfuerzo -y la carrera de hoy, por pronunciados repechos, por estrechas calles, lo requerir¨¢ durante bastante tiempo- procesan unos 150 litros de aire por minuto, unas diez veces m¨¢s que un ciudadano normal. Y son 150 litros no inspirados y expirados tranquilamente, superficialmente, por la nariz, sino inhalados profundamente, desde la boca reseca a las regiones m¨¢s profundas de los pulmones. Esto agrava el problema.
Un escenario catastr¨®fico habla de desvanecimientos en mitad del esfuerzo, al estilo del Steve Ovett, a quien la contaminaci¨®n de Los ?ngeles condujo hasta el hospital en camilla despu¨¦s de la final ol¨ªmpica de los 800 metros en 1984 y le convirti¨® de por vida en un enfermo de asma inducido por el esfuerzo. No parece probable que se repitan casos similares, pero s¨ª que algunos deportistas vean lastrado su esfuerzo en un 3% o un 4%. Y la diferencia entre la medalla y la miseria suele estar en menos del 1%.
S¨®lo los asm¨¢ticos oficiales, como Igor Gonz¨¢lez de Galdeano, podr¨¢n tomar betaagonistas, medicamentos que relajan las v¨ªas respiratorias y libran del agobio. Los dem¨¢s deber¨¢n aguantarse o recurrir a medicamentos permitidos pero menos eficaces, como los antagonistas del leukotriene, que bloquean los receptores pulmonares que disparan la inflamaci¨®n, o a agentes antioxidantes, como las vitaminas C y E, que barren a los radicales libres antes de que puedan hacer da?o.
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