El empate en los sondeos entre Bush y Kerry lleva a los candidatos a endurecer la campa?a

En el forcejeo electoral que ha hecho desaparecer las vacaciones pol¨ªticas de este verano en EE UU, el aspirante dem¨®crata a la Casa Blanca, John Kerry, logra peque?os avances en Estados que se consideran vitales para la victoria, como Florida, Michigan y New Hampshire. Pero las diferencias son muy peque?as y el empate contin¨²a, lo que acent¨²a la dureza de la campa?a: el vicepresidente Dick Cheney ha ridiculizado la supuesta pretensi¨®n de Kerry de librar "guerras delicadas" y el dem¨®crata ha arremetido contra el Gobierno por la situaci¨®n econ¨®mica de EE UU.

El vicepresidente Cheney, que dedica todo su tiempo a la campa?a y que ha asumido el papel del doberman que asesta las dentelladas m¨¢s fieras, ha tomado como centro de sus ataques a Kerry la declaraci¨®n que el senador ha hecho sobre su intenci¨®n de librar una guerra contra el terrorismo "m¨¢s eficaz, m¨¢s pensada, m¨¢s estrat¨¦gica y con m¨¢s sensibilidad". Seg¨²n Cheney, "no tenemos que tratar con m¨¢s sensibilidad a los que nos amenazan y matan inocentes en todo el mundo; lo que tenemos que hacer es destruirlos". Abundando en el mismo argumento y citando a generales y presidentes, Cheney a?adi¨®: "Una guerra sensible no destruir¨¢ a los malvados que mataron a 3.000 norteamericanos y que quieren armas qu¨ªmicas, nucleares y biol¨®gicas para matar a cientos de miles m¨¢s". "Con todos los respetos para el senador, contempla el mundo como si no hubi¨¦ramos sufrido los atentados del 11 de septiembre de 2001", remach¨®. En la nueva ofensiva de dureza sin cuartel, el presidente Bush utiliza similares argumentos, aunque menos despectivos.

A pesar de que 10 altos militares retirados protestaron inmediatamente por "los irresponsables ataques personales", y aunque un portavoz de Kerry denunci¨® el uso de la expresi¨®n fuera de contexto y acus¨® al equipo presidencial de moverse s¨®lo en el terreno de lo negativo, Cheney y Bush saben lo que hacen: uno de los elementos que definir¨¢n la victoria el pr¨®ximo 2 de noviembre es el de la percepci¨®n que los estadounidenses tienen de qui¨¦n de los dos adversarios es m¨¢s fuerte, m¨¢s de fiar en la lucha contra el terrorismo. Y por ahora sigue siendo Bush, aunque Kerry ha recuperado posiciones. Casi diariamente el dem¨®crata es acusado de d¨¦bil y chaquetero, mientras que la Administraci¨®n sigue filtrando que los servicios de seguridad creen que habr¨¢ un atentado antes de las elecciones.

La artiller¨ªa m¨¢s pesada contra el Gobierno en las ¨²ltimas horas ha tenido argumentos econ¨®micos, tanto por la triste cifra de creaci¨®n de empleos en julio -Kerry nunca olvida decir que desde hace 70 a?os un presidente no cumpl¨ªa su primer mandato destruyendo puestos de trabajo- como por las propuestas fiscales de Bush. "Ya es hora de que el sistema fiscal refleje el c¨®digo moral", dijo, criticando los recortes fiscales para los que ganan m¨¢s de 200.000 d¨®lares al a?o. En su apoyo, ayer, la Oficina Presupuestaria del Congreso confirm¨® que los recortes han transferido la carga fiscal que ten¨ªan los m¨¢s afortunados a las clases medias: los m¨¢s ricos, que representan el 1% de la poblaci¨®n y que tienen una media de ingresos de 1,2 millones de d¨®lares anuales, tendr¨¢n este a?o un alivio fiscal de 78.000 d¨®lares.

En el intercambio de golpes, los sondeos arrojan alg¨²n motivo de satisfacci¨®n para los dem¨®cratas, pero la situaci¨®n sigue siendo de empate. Una encuesta de Gallup publicada por USA Today indicaba ayer que el presidente Bush ha recuperado un nivel de aprobaci¨®n del 51%. Ese mismo sondeo dice que todo est¨¢ empatado: Bush tiene un 48% de respaldo, Kerry un 46% y el ecologista Ralph Nader un 3%.