Buen ensayo para Somarriba
La australiana Carrigan sorprende y se adjudica la victoria tras una fuga con la alemana Arndt

Las mujeres del equipo espa?ol, y medio mundo con ellas, se hicieron una ligera idea de lo que les esperaba ayer en las calles de Atenas la noche anterior, mediada la cena, cuando en la mesa de al lado oyeron un estruendo. Se giraron para verlo -todo el comedor de la Villa Ol¨ªmpica con ellas- y se encontraron con el t¨ªmido Iv¨¢n Guti¨¦rrez ca¨ªdo en el suelo. No era la primera vez que se mareaba, se desvanec¨ªa, el bravo c¨¢ntabro que hab¨ªa corrido casi 200 kil¨®metros con el cuerpo herido, magullado, despellejado. En el hospital donde le curaron las heridas tambi¨¦n se cay¨® redondo. Y m¨¢s tarde, tambi¨¦n en la cama. "Se juntaron el calor con que no comi¨® para que tuviera problemas", dice Jes¨²s Hoyos, el m¨¦dico de su equipo; "la glucosa no le llegaba bien al cerebro y se ca¨ªa, pero en cuanto le levantaban un poco las piernas y la sangre le circulaba bien se recuperaba". En la cama se qued¨® ayer Guti¨¦rrez mientras sus compa?eras se dirig¨ªan al matadero, a lo que se tem¨ªan ser¨ªa un nuevo horno, al centro de Atenas, que deber¨ªa de arder.
La australiana Carrigan sorprende a las favoritas y se adjudica la victoria tras una fuga con Arndt
As¨ª, ardiente a las tres de la tarde, una caldera, esperaba encontr¨¢rselo, anhelaba encontr¨¢rselo, la galesa Nicole Cooke, la gran favorita, la ni?a prodigio del ciclismo, que llevaba meses aclimat¨¢ndose para calores inhumanos, que estrenaba un maillot liger¨ªsimo y superhumectante, de una textura similar a la de las bolsas del t¨¦, fin¨ªsima.
As¨ª no se lo encontr¨® nadie. A las tres soplaba el viento. El cielo estaba cubierto. La temperatura andaba por debajo de los 30 grados. Aquello era jauja. En la salida les llegaban noticias de que los arqueros estaban que trinaban porque el viento se llevaba sus flechas lejos del blanco, que los del voley-playa hab¨ªan acabados ciegos de arena en sus ojos, que los remeros navegaban en medio de un temporal... Todos los desastres ol¨ªmpicos a ellas -a todas menos a la moh¨ªna Cooke- les sab¨ªan a gloria. Se iban a librar de pedalear en el infierno. Joane Somarriba resplandec¨ªa. Radiante estaba Eneritz Iturriaga.
A Somarriba no le gustaban ni el calor ni el circuito. Ni siquiera le gustaba c¨®mo se sent¨ªa ella misma. Estaba preparada para un d¨ªa de nones, lo que tampoco, en teor¨ªa, era tan importante: su objetivo, su vida, su sue?o, su trabajo est¨¢n preparados para el mi¨¦rcoles en la contrarreloj. Lo de ayer iba a ser una puesta a punto sin mayores ambiciones. Hasta que el viento, la ausencia de calor, le despert¨® el apetito. Hasta que vio c¨®mo su amiga Iturriaga, de 23 a?os, debutante, se daba el lujo de escaparse un par de vueltas, de poner al pelot¨®n en fila india, de mostrarle que algunas de las favoritas sufr¨ªan, que ella podr¨ªa tener sus oportunidades. Se anim¨® Somarriba, dej¨® de ser una presencia an¨®nima. Y con ello cambi¨® la carrera.
Fue en la pen¨²ltima vuelta. En la subida de Licabet¨®s, en el mismo lugar en que Bettini se hab¨ªa ido la v¨ªspera con Paulinho. All¨ª se puso en cabeza Somarriba, all¨ª tens¨® la carrera, all¨ª intent¨® irse y no pudo: "Me cre¨ª Bettini, pero no soy Bettini", dijo; "no tuve sus fuerzas". All¨ª se hizo la gran selecci¨®n. Ocho kil¨®metros m¨¢s tarde, un grupo de ocho mujeres, entre ellas Somarriba, atravesaba destacada el ¨²ltimo paso por meta. Entre ellas, m¨¢s otras dos que se les unieron poco despu¨¦s, se jugar¨ªan la victoria.
Un par de kil¨®metros despu¨¦s, subiendo por Alexandras, frente al parque, atac¨® la australiana Sara Carrigan. Doscientos metros m¨¢s tarde tambi¨¦n se fue la alemana Judith Arndt. Somarriba mir¨® a los lados, pidi¨® ¨¢rnica, relevos, ayuda. Nadie se movi¨®. Las dos de delante se fueron. Ellas se jugar¨ªan la victoria. Gan¨® la australiana -Carrigan: 23 a?os, 1,68 metros, 60 kilos, ninguna victoria de relevancia en su palmar¨¦s salvo una prueba de la Copa del Mundo en su pa¨ªs. En la ¨²ltima recta atac¨® a Ardnt cuando ¨¦sta se volvi¨® a mirar hacia atr¨¢s. Las ocho de detr¨¢s se jugar¨ªan el bronce. Somarriba, agotada, aguant¨®. Fue la s¨¦ptima. D¨¦cima lleg¨® Jeannie Longo, que podr¨ªa ser la madre de Carrigan. La francesa, campeona en Sidney 2000, tiene 45 a?os. Los de Atenas son sus sextos Juegos.

Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.
Sobre la firma
