Bush visita a los afectados por el hurac¨¢n de Florida en plena campa?a electoral
El temporal deja cientos de miles de damnificados en un Estado decisivo para la presidencia
Las secuelas del hurac¨¢n Charley en Florida son de proporciones catastr¨®ficas. El impacto pol¨ªtico se sabr¨¢ en las elecciones del 2 de noviembre, pero todo apunta a que los vientos pueden empujar a este Estado a convertirse, una vez m¨¢s, en el que elija al pr¨®ximo inquilino de la Casa Blanca. Ayer, el presidente George W. Bush recorri¨® las zonas devastadas acompa?ado de su hermano Jeb, gobernador de Florida, tras ordenar millones de d¨®lares en ayuda. El candidato dem¨®crata John Kerry ha ofrecido "todo su apoyo" a los Bush, pero no visitar¨¢ las ciudades arrasadas.
Los cientos de miles de damnificados estaban ayer demasiado ocupados tratando de rehacer sus vidas como para atender a la pol¨ªtica. La mayor¨ªa no tiene electricidad, ni agua, ni tel¨¦fono, y varios miles ni siquiera techo.
El corredor central del Estado, desde la costa occidental a la altura de Punta Gorda hasta casi Daytona, en la costa oriental, era un reguero de escombros y vegetaci¨®n que los equipos de emergencia sorteaban como pod¨ªan para rescatar a personas todav¨ªa desaparecidas e iniciar las labores de limpieza y reconstrucci¨®n. El fen¨®meno meteorol¨®gico forz¨® la evacuaci¨®n de casi dos millones de personas en todo ese ¨¢rea.
C¨¢lculos preliminares sit¨²an las p¨¦rdidas en torno a los 20.000 millones de d¨®lares en los 25 condados azotados y el ¨²ltimo recuento de v¨ªctimas cifra en 16 los fallecidos. Antes, el hurac¨¢n acab¨® con la vida de otras cuatro personas en Cuba y una en Jamaica.
Los afectados estadounidenses quiz¨¢ tampoco lo sepan todav¨ªa, pero dentro de su tragedia ha sido una bendici¨®n que les haya ocurrido en temporada electoral, porque la ayuda ha empezado a llegar con una rapidez sorprendente. Inmediatamente se establecieron 250 refugios, se repartieron ocho millones de litros de agua mineral, cuatro toneladas de hielo y otras varias de alimentos y art¨ªculos de primera necesidad.
M¨¢s de 5.000 efectivos de la guardia nacional ayudaban a los damnificados y patrullaban las calles para evitar el pillaje; e igualmente se desplazaron equipos m¨¦dicos, policiales y de tasadores de seguros.
La diligencia y la organizaci¨®n son en parte lecciones aprendidas de la mayor cat¨¢strofe natural de la historia de Estados Unidos, el hurac¨¢n Andrew, que arras¨® el sur de Florida en 1992, pero en gran medida tienen que ver con las consecuencias pol¨ªticas de la lentitud y confusi¨®n con que se abord¨® aquel desastre.
Como si se tratara de una iron¨ªa pol¨ªtica del destino, Andrew ocurri¨® en agosto, el primer George Bush era presidente y estaba en plena campa?a electoral contra Bill Clinton. Bush tard¨® en actuar, no hizo enseguida acto de presencia para consolar a los damnificados y cuando le llovieron las criticas por ello trat¨® de aplacarlas a base de millones, pero ya era demasiado tarde. Perdi¨®.
Bush hijo se ha dado prisa en borrar los fantasmas de su padre. Ayer se le vio en mangas de camisa consolar a las gentes en medio de los restos de los que fueron sus hogares. Es conocida su facilidad para conectar con la gente com¨²n, a diferencia de su padre, pero en momentos de tanto dolor corre el riesgo de que le acusen de oportunista. Es un equilibrio delicado en el que su rival Kerry no ha querido ni entrar, optando en su lugar por no visitar las ¨¢reas devastadas "para no causar distracciones" en las labores de rescate.
La Casa Blanca dijo ayer que Bush estaba actuando como presidente y no como candidato. "Es parte de sus obligaciones", se?al¨® un portavoz, subrayando al mismo tiempo que ning¨²n operativo de su campa?a ha participado en el viaje a Florida. El propio presidente respondi¨® durante el recorrido a preguntas de la prensa sobre las implicaciones pol¨ªticas: "Si hubiera tardado en venir me habr¨ªan criticado", agreg¨®.
Como en pol¨ªtica las percepciones lo son casi todo, ser¨¢n los electores los que eval¨²en el gesto humano del presidente.
De lo que no hay duda es de que el hurac¨¢n se ha cruzado en el camino a la Casa Blanca en momentos en los que Kerry parec¨ªa superar a Bush en las encuestas de intenci¨®n de voto. Los polit¨®logos analizaban el posible impacto y el papel que su hermano Jeb, el gobernador del Estado de Florida, desempe?ar¨¢ en esa ecuaci¨®n. Jeb Bush ha estado omnipresente en las pantallas de televisi¨®n ya antes de que llegara Charley, ofreciendo consejos y ayuda.
Ayer se formaron otras dos tormentas tropicales que parecen apuntar a Florida.
Tormenta pol¨ªtica
La que es segura es la tormenta pol¨ªtica, que se anuncia implacable. Florida fue el Estado decisivo para que Bush ganara las elecciones anteriores, pero despu¨¦s de un controvertido recuento que s¨®lo se zanj¨® cuando intervino la Corte Suprema.
Los analistas pol¨ªticos sostienen que Bush necesita ganar en este Estado si quiere ser reelegido en las elecciones del pr¨®ximo 2 de noviembre. De momento, las encuestas est¨¢n muy igualadas, pero con un ligero despegue de Kerry.
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