Arabia Saud¨ª entra en el mundo del cine de la mano de una mujer
Haifaa Al-Mansour, directora y guionista, tiene que exhibir sus cortometrajes a trav¨¦s de Internet porque en su pa¨ªs no existen las salas de cine
Si seguimos bien el mapa, llegaremos en cuatro horas. ?Si Al¨¢ lo quiere!", exclama un joven barbudo. Un todoterreno surge del desierto. El conductor, con gorra y pelo largo, no hace caso a la dureza del tono de su compa?ero. As¨ª empieza An¨¢ u'al ?jar (Yo y el Otro), tercer cortometraje de Haifaa Al-Mansour. Ganadora del mejor gui¨®n en el Festival del Filme de los Emiratos ?rabes Unidos en 2003 y presentada en los Festivales del Filme ?rabe de Rotterdam y Par¨ªs en junio y julio pasados, la pel¨ªcula refleja el malestar que sacude a la juventud saud¨ª. En la soledad del desierto dos visiones, islamista y liberal, se enfrentan. Los dos chavales est¨¢n a punto de pegarse cuando el tercer tripulante del todoterreno, un indeciso, les invita a escuchar la voz del di¨¢logo.
El primer director de cine en Arabia Saud¨ª es una mujer. Y hab¨ªa que atreverse. En Arabia Saud¨ª, el cine est¨¢ reservado a la m¨¢s estricta intimidad. No hay cines y quien quiere ver pel¨ªculas lo hace en su casa, con v¨ªdeos o DVD. Considerada como un objeto sacro, la mujer saud¨ª tiene que ocultarse detr¨¢s de una abay¨¢, un largo vestido negro, e ir acompa?ada siempre por alg¨²n familiar. Todo se cubre. Al tratar temas sociales con una c¨¢mara, Haifaa Al-Mansour rompe tab¨²es y costumbres: "M¨¢s all¨¢ de los estereotipos, Arabia es diversa y el cine es la oportunidad de ense?arla al mundo".
"El cine es el mejor instrumento para transmitir las pasiones y los miedos de la gente", afirma. Su primera pel¨ªcula, ?Man? (?Qui¨¦n?), se inspira en una leyenda urbana que sacudi¨® a toda la sociedad saud¨ª. Disfrazado con una abay¨¢, un hombre penetra en una casa y asesina a su due?a. En Al Rah¨ªl al Mur (Despedida amarga), un ni?o debe abandonar su pueblo y a su madre, que nunca volver¨¢ a ver, para encontrar un futuro mejor en la capital. Yo y el otro invita a una reflexi¨®n sobre las diferencias y c¨®mo respetarlas. Gracias al apoyo de su familia -su padre es un poeta afamado en Arabia-, Haifaa consigue vivir de y por una pasi¨®n que descubri¨® en El Cairo, donde estudiaba literatura inglesa.
Hoy la directora espera que se puedan ver sus pel¨ªculas, hasta ahora difundidas en Internet (www.haifaa.com/Films.html), en Arabia Saud¨ª. Yo y el otro fue rodada con una c¨¢mara de 16 mil¨ªmetros que Haifaa tuvo que comprar en Dubai. Los comienzos no fueron f¨¢ciles. "El problema es la casi ausencia de industria cinematogr¨¢fica y la falta de material", confiesa. "El digital ha revolucionado la manera de hacer cine. Ahora se puede producir y rodar una pel¨ªcula con poco dinero", afirma. La pr¨®xima pel¨ªcula de Al-Mansour narrar¨¢ c¨®mo una mujer busca su fuerza interior.
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