El triunfo de Ch¨¢vez
M¨¢s all¨¢ de la suerte de Hugo Ch¨¢vez, la verdadera importancia del refer¨¦ndum celebrado en Venezuela radica en si permitir¨¢ o no que el pa¨ªs caribe?o salga de la profunda crisis pol¨ªtica y social en la que vive inmerso desde hace m¨¢s de dos a?os. Los primeros indicios, pese a la holgada victoria del presidente venezolano sobre sus oponentes -la octava en las urnas en menos de seis a?os-, sugieren lamentablemente que la pugna no tiene visos de cerrarse. La oposici¨®n denuncia como un gigantesco fraude el resultado del voto, pese a que sus resultados han sido avalados por los observadores internacionales.
El veredicto aprobatorio de los dos m¨¢s importantes, la Organizaci¨®n de Estados Americanos y el Centro Jimmy Carter, que han mediado durante m¨¢s de un a?o para tratar de reducir el creciente foso social del pa¨ªs caribe?o, deber¨ªa resultar clave para calmar los ¨¢nimos en el quinto exportador mundial de petr¨®leo. En la celebraci¨®n del triunfo ante sus partidarios, y en su peculiar estilo, un euf¨®rico Ch¨¢vez ha tendido aparentemente la mano a sus oponentes. El jefe del Estado venezolano est¨¢ obligado a que su gesto de ayer sea m¨¢s que un gesto.
Con todas las cr¨ªticas que el populismo de Ch¨¢vez pueda merecer en sus casi seis a?os al frente de Venezuela -y son muchas en diferentes ¨¢mbitos-, los venezolanos han dispuesto de un recurso inusual que les otorga la posibilidad de destituir a un presidente en ejercicio mediante el voto popular. Fue el propio Ch¨¢vez quien, en un momento de fervor democr¨¢tico, lo introdujo en su Constituci¨®n de 2000. Pero las potencialidades de este mecanismo, ejercido el domingo de forma masiva y b¨¢sicamente ordenada por los ciudadanos, se ver¨¢n viciadas si quienes tan denodadamente han batallado para conseguir el refer¨¦ndum -sorteando en el proceso innumerables escollos gubernamentales- deciden ahora sin argumentos convincentes ignorar su resultado. Pese a su tenacidad, la dividida oposici¨®n a Ch¨¢vez no ha conseguido todav¨ªa plantear con ¨¦xito un proyecto alternativo consistente ni alumbrar un l¨ªder capaz de aglutinar el rechazo a los procedimientos presidenciales.
El mayor m¨¦rito de la consulta, que asegura a Ch¨¢vez la permanencia en la jefatura del Estado hasta 2006, ser¨ªa devolver a Venezuela la estabilidad pol¨ªtica y una convivencia civilizada. En los ¨²ltimos a?os, bordeando a veces los precipicios del marasmo econ¨®mico y el enfrentamiento civil, los venezolanos han perdido una inmensa parte de sus energ¨ªas en pol¨¦micas sobre el r¨¦gimen instaurado por el antiguo paracaidista golpista. Para la oposici¨®n parece llegado el momento de dedicar sus esfuerzos a reagruparse ante las elecciones parlamentarias del a?o pr¨®ximo. Y para todos los venezolanos -pro y anti-Ch¨¢vez- es la oportunidad de sacar al pa¨ªs de una postraci¨®n en la que m¨¢s de las dos terceras partes de la poblaci¨®n coquetea con el hambre, pese al r¨ªo de dinero que proporciona la bonanza petrol¨ªfera.
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