Se hunde el 'Titanic'
Humillaci¨®n de los estadounidenses al no tener siquiera un semifinalista en su carrera m¨¢s querida, los 100 metros libres
Estados Unidos vivi¨® un momento humillante por inesperado. Como el Titanic, se hundi¨® en su prueba m¨¢s querida, los 100 metros libres, la distancia que representa el ideal norteamericano: r¨¢pida, directa, sin concesiones. Dos d¨ªas despu¨¦s de caer aplastados por los fogosos velocistas surafricanos en la final de relevos 4x100, ninguno de los nadadores estadounidenses se clasific¨® para las semifinales de los 100. La noticia tiene el rango de una bomba. Nunca los norteamericanos hab¨ªan faltado a una final y rara vez no han logrado alcanzar uno de los tres primeros puestos. Pues en esta ocasi¨®n no lograron estar entre los 16 mejores. El mazazo es de tal calibre que siempre se asociar¨¢ a Ian Crocker y Jason Lezak, los dos representantes del equipo en una prueba que se cobr¨® otra v¨ªctima ilustre en la semifinal. Alexander Popov, el genio de las distancias cortas, no nadar¨¢ hoy la final. Campe¨®n ol¨ªmpico en Barcelona 92 y Atlanta 96, campe¨®n del mundo hace tan solo un a?o en Barcelona, el ruso pareci¨® por fin lento, como si la edad le pasara una factura tanto tiempo demorada.
El mazazo es de tal calibre que marcar¨¢ para siempre a Ian Crocker y Jason Lezak
Era menos previsible el tortazo norteamericano que la ca¨ªda de Popov. Al fin y al cabo, ¨¦ste tiene 32 a?os. Siempre ser¨¢ una de las grandes referencias en las pruebas de velocidad. Quiz¨¢ fue ¨¦l quien definitivamente baj¨® a los estadounidenses del pedestal. Ning¨²n norteamericano ha ganado los 100 metros libres desde los Juegos de Barcelona, donde Popov se impuso a Matt Biondi. Luego bati¨® a Gary Hall en Atlanta. Le sucedi¨® el holand¨¦s Pieter van den Hoogenband con su victoria en Sidney 2000. Durante los ¨²ltimos doce a?os, Estados Unidos no ha sido capaz de producir un verdadero campe¨®n en los 100. No, al menos, uno consistente, capaz de ganar a Popov y Van den Hoogenband. El declive se consum¨® ayer en las series matinales ante la estupefacci¨®n general.
No hace un mes, Lezak logr¨® la segunda mejor marca mundial de todos los tiempos: 48,17 segundos. Por fin aparec¨ªa un campe¨®n en el horizonte. Pero la historia de Lezak es la de sus m¨²ltiples fracasos en las grandes competiciones. Con 27 a?os, no es un chiquillo precisamente. Nunca ha logrado confirmar las expectativas en unos Campeonatos del Mundo o en los Juegos. Su registro en las series result¨® c¨®mico: 49,87 segundos. Una veintena de nadadores lograron mejores tiempos. Crocker contin¨²o con su pesadilla en la piscina. Despu¨¦s de conducir al fracaso a Estados Unidos en la final del relevo de 4x100, Crocker no recuper¨® nada de su prestigio en las series eliminatorias de los 100. Su tiempo, 47,73 segundos, le impidi¨® clasificarse para la final.
Los problemas no s¨®lo proceden del descenso del nivel de los estadounidenses en la prueba. Tambi¨¦n han sido v¨ªctimas de la guerra que se desat¨® antes de la carrera de relevos con la pol¨¦mica en torno a la presencia de Michael Phelps en el equipo y la ausencia de Hall, cuyos continuos comentarios debilitaron la cohesi¨®n del grupo.
La derrota frente a Sur¨¢frica y el modo como se produjo ha tenido efectos devastadores sobre Lezak y Crocker, se?alados como nadadores de segundo orden por los norteamericanos. En esas condiciones de desmoralizaci¨®n era imposible una buena respuesta en los 100 metros. Pero hay un abismo entre una respuesta discreta y un desplome irremediable. Las heridas tendr¨¢n consecuencias sobre el grupo de entrenadores que dirigen al equipo. Un fracaso de esta magnitud no se perdona en el pa¨ªs que se considera bandera de la nataci¨®n mundial.
Ajenos a las contingencias de los estadounidenses, el surafricano Roland Schoeman y el holand¨¦s Van den Hoogenband anuncian un duelo fascinante en la final. Schoeman pag¨® por la ma?ana las emociones de la victoria en el relevo de 4x100. Se clasific¨® a duras penas para las semifinales. Por la tarde fue otra cosa. De nuevo apareci¨® el nadador irresistible que amenaza la supremac¨ªa de Van den Hoogenband. Logr¨® la mejor marca (48,39 segundos) y avis¨® al holand¨¦s: no lo tendr¨¢ f¨¢cil para repetir el triunfo de Sidney.
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