Un club para los impares
Una asociaci¨®n re¨²ne a las personas sin pareja con el objeto de divertirse
Llaman la atenci¨®n y no es de extra?ar. Imag¨ªnese. Dos chicos y una chica, entraditos en a?os, en la Plaza de la Virgen de Valencia. Necesitan hacerse una foto, los tres juntos, con un sombrero en la cabeza. Como no tienen, se ponen un kleenex y piden al primero que pasa que les ayude a conseguir la instant¨¢nea.
Despu¨¦s de re¨ªrse un buen rato viendo la cara de sorpresa de los transe¨²ntes, les queda un nuevo desaf¨ªo, entrar en una farmacia a por una caja de preservativos. Los tres siguen el juego. Una vez pedidos los condones, la chica les pregunta a los dos hombres si creen que doce ser¨¢n suficientes. Vuelven a estallar las risas ante el estupor de la farmac¨¦utica. Adem¨¢s de superar la timidez, los tres compinches han pasado una tarde como no recordaban desde hac¨ªa tiempo.
?Cu¨¢ndo volvemos a organizar una gincana? Preguntan nada m¨¢s llegar al Club Impar, una asociaci¨®n que aglutina a aquellas personas solas, ya sean separadas, viudas o solteras, con ganas de pas¨¢rselo bien y relacionarse con los dem¨¢s. ?sta es la idea motriz del club.
Y as¨ª lo define su directora y alma m¨¢ter, Mercedes Villena: "No somos ni una agencia matrimonial ni un club de contactos. Tenemos muy claro que se vive muy bien solo. El problema es que hay personas que, despu¨¦s de mucho tiempo en pareja, no saben arregl¨¢rselas solas y tienen que aprender. Nosotros les ayudamos".
Por eso organizan excursiones, cenas, salidas de fin de semana y toda una serie de actividades en grupo. De momento, en Valencia hay unos 250 socios. "Y vamos en aumento porque cada vez hay m¨¢s gente que decide seguir su camino en solitario", argumenta Villena, que se siente muy orgullosa de los cambios que van realizando los socios.
"Al principio", explica la directora, "llegan aqu¨ª un poco acoquinados, como amedrentados y, poco a poco, ves c¨®mo se van soltando. Es sintom¨¢tico. Cuando les preguntas qu¨¦ tipo de actividades les gustan, casi todos responden: leer, visitar museos, senderismo. Es decir, aficciones que pueden practicarse en solitario".
Con el tiempo cambian. "Primero dicen que no les gusta bailar", analiza Villena, "por ejemplo, este fin de semana nos fuimos a Sagunto. Durante el d¨ªa hac¨ªamos excursiones para conocer el entorno y por la noche, nos ¨ªbamos a bailar a las discotecas de la zona, pero hasta las cinco o las seis de la ma?ana. Algunos estaban muy reacios a mover el esqueleto, pero, al cabo de un rato, algunos me dec¨ªan: 'Oye, pues no est¨¢ nada mal esto del baile'".
"Por eso", prosigue, "lo fundamental es conseguir que se desinhiban, que acaben siendo ellos y ellas mismas y pierdan el miedo al rid¨ªculo. Es importante inducirles a hacer cosas nuevas, diferentes. A la gente le gusta los cambios".
Unos cambios que algunas veces resultan complicados. "El principal problema", constata la directora, "es que esta sociedad est¨¢ totalmente enfocada hacia las parejas. Incluso las cuestiones m¨¢s nimias como la comida de los supermercados. Por eso, hay mucha gente que al quedarse sola no sabe c¨®mo salir del atolladero. Es hora de quitarnos de encima la frase de 'se ha quedado para vestir santos'".
Y eso que, seg¨²n Villena, sus socios son gente de nivel medio alto. "Hay m¨¢s mujeres que hombres y casi todos son personas con profesiones bien remuneradas, que trabajan y con gran capacidad laboral pero que se quedan solos el fin de semana. Nosotros les damos alternativas para pasar el tiempo libre".
S¨®lo hay que tener ganas de salir. "Yo hago los contactos para viajes, excursiones de fines de semana, espect¨¢culos... Cada uno de los socios decide d¨®nde quiere ir y paga la cantidad estipulada. En general, lo que m¨¢s les suele gustar son las cenas. Por eso, todos los jueves hacemos una. Como el d¨ªa de las churras de antes, vamos".
No es la panacea, pero el club impar puede ser una soluci¨®n mientras la sociedad empieza a asumir que cada vez es mayor el n¨²mero de seres humanos que deciden estar solos como una alternativa de vida.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.