Noticias
Las noticias dan cuenta de la realidad, pero tambi¨¦n la crean. Todo lo que ocurre sin convertirse en noticia pasa a nuestro lado como una sombra y desaparece en la cuneta del camino. Las cosas suceden, la vida fluye, la Tierra da vueltas con su cargamento de rutinas y de accidentes. Luego vienen las noticias y eligen sus piezas preferidas para componer el rompecabezas de la realidad, que no es exactamente lo que pasa en la calle o en las aguas del mar, sino lo que leemos en los peri¨®dicos, vemos en la televisi¨®n o escuchamos por la radio. La muerte de una reina del coraz¨®n, sorprendida por los fot¨®grafos de la oscuridad en su cuarto de ba?o, es m¨¢s real, porque es m¨¢s noticia, que los ahogados de las pateras. La muerte iguala a los pobre y a los ricos en la ilegalidad.
Unos llegan sin papeles y otros se despiden en brazos de una sustancia prohibida. Pero las noticias vuelven a fijar los asientos de preferente y los vagones de segunda, aquello que forma parte de la actualidad y aquello que es olvido incluso mientras sucede. El mundo es un gran olvido de desesperaciones clavado en el tiempo por los alfileres luminosos de la actualidad. Si alguno se rompe, los ciudadanos de la informaci¨®n se sienten descolgados en el vac¨ªo, temerosos de saber algo de todo lo que han conseguido encerrar en el silencio. Por eso hay guerras y guerras, muertes y muertes, uniformes y uniformes, secretos a voces y voces que ni siquiera han conquistado el derecho a guardar un secreto.
Nuestra sociedad est¨¢ representada por la telebasura porque hemos alcanzado el derecho a guardar un secreto o a venderlo. Otras partes del mundo se esfuerzan todav¨ªa por conseguir el derecho a la informaci¨®n. M¨¢s les valdr¨ªa conseguir el derecho a convertirse en informaci¨®n, a salir del anonimato de las encuestas de destrucci¨®n masiva.
El mundo se ha transformado en un gabinete de prensa. Para existir necesitamos convertirnos en noticia, dise?arnos para ser uno de los titulares que componen el puzzle de la realidad efervescente, esa pastilla que da vueltas en nuestro vaso de agua y que escoge los dolores que despu¨¦s intenta quitarnos. En su af¨¢n por ser materia de noticias inconsistentes, junto a los bufones de la telebasura, este verano brillan los terroristas y los obispos de Espa?a. Tal vez por eso nos sentimos inc¨®modos ante la repercusi¨®n medi¨¢tica de sus bombas y sus declaraciones. Parece como si nos hici¨¦semos c¨®mplices al convertir un petardo en una gran noticia, como si entr¨¢semos en su juego al dejar que especulen con las parcelas de la actualidad.
Unos amenazan con la muerte en medio de la vida y otros con la vida despu¨¦s de la muerte. En esta campa?a de verano, la iglesia se ha ganado las noticias con el sudor de su frente, ha colocado sermones en los p¨²lpitos m¨¢s variopintos y ha llamado a las redacciones para anunciar la hora y el lugar de su estallido. Sin duda exige un gran talento medi¨¢tico convertir al obispo de Mondo?edo en un referente intelectual de la Espa?a de hoy. La iglesia sale de los templos y ocupa los peri¨®dicos, las radios y las televisiones. Lo que no s¨¦ es por qu¨¦ los medios de comunicaci¨®n le hacen tanto caso, porque no colocan los anuncios de esta empresa en una secci¨®n de publicidad pagada. Estamos bordando sotanas medi¨¢ticas de forma gratuita.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.