Un nuevo informe responsabiliza a los mandos militares de las torturas en Abu Ghraib
M¨¦dicos estadounidenses, acusados de complicidad en el esc¨¢ndalo de la prisi¨®n iraqu¨ª
Las investigaciones que el Ej¨¦rcito estadounidense mantiene abiertas sobre los casos de malos tratos y torturas sobre presos iraqu¨ªes en la c¨¢rcel de Abu Ghraib, cerca de Bagdad, se reflejan en un nuevo informe en el que se dice que lo ocurrido no se debe s¨®lo a la acci¨®n de un grupo de polic¨ªas militares que se comportaron como gamberros, hasta ahora la tesis oficial. El informe, que se dar¨¢ a conocer la pr¨®xima semana, aborda las responsabilidades de los mandos "hasta los niveles m¨¢s altos". Sin embargo, no habr¨¢ ninguna recomendaci¨®n para que se abran procesos contra esos mandos.
El nuevo informe, anticipado por The Washington Post y otros medios, ampl¨ªa las acusaciones contra una veintena de personas, pero no se hace eco de la l¨ªnea de defensa hasta ahora m¨¢s utilizada por los acusados, la de que segu¨ªan ¨®rdenes. Coherente con este enfoque, el general de brigada George Fay no sugiere que se abran procesos contra altos responsables: se critica que no estuvieran al tanto de lo que ocurr¨ªa en las c¨¢rceles y que nadie, en la cadena de mando, fuera capaz de observar las se?ales de que algo estaba ocurriendo con el trato a los presos. Los nuevos acusados pertenecen a la inteligencia militar y civil y a la CIA. Ninguno de ellos son altos responsables.
En el informe se condena tambi¨¦n la indiferencia con la que el alto mando contempl¨® la denuncia hecha por el Comit¨¦ Internacional de la Cruz Roja en el que ya daban detalles de las torturas. Los mandos superiores, seg¨²n una fuente militar citada por el Post, "comparten la responsabilidad por no garantizar el liderazgo, la disciplina y los recursos adecuados". Esos mandos, dice la misma fuente, "deber¨ªan haber estado m¨¢s atentos".
En el diario se recoge tambi¨¦n el testimonio de un antiguo reservista, Ken Davis, que estuvo destinado en Abu Ghraib y que trata ahora de convencer a los investigadores militares de que los responsables de inteligencia militar del Pent¨¢gono que estaban en la c¨¢rcel tienen tambi¨¦n responsabilidad en lo ocurrido: "Se quiere utilizar a los siete soldados como chivos expiatorios de los errores de todo el mundo. Y aquellos que les abrieron el camino a esos soldados son tambi¨¦n culpables". Seg¨²n ¨¦l, cuando pregunt¨® a un responsable de inteligencia por las t¨¢cticas utilizadas, tras haber sido testigo de algunos abusos, la respuesta fue: "Sabemos lo que estamos haciendo". Cuando el soldado habl¨® con su superior, ¨¦ste le dijo: "Son de Inteligencia Militar y est¨¢n a cargo de lo que pasa aqu¨ª, d¨¦jales que hagan su trabajo".
Se espera que el informe del general George Fay se d¨¦ a conocer la pr¨®xima semana. Tambi¨¦n para entonces se prev¨¦ la presentaci¨®n del informe encargado a una comisi¨®n independiente por el secretario de Defensa, Donald Rumsfeld. Ambos ser¨¢n debatidos en sesiones p¨²blicas el 9 de septiembre en el Comit¨¦ de Fuerzas Armadas del Senado.
Adem¨¢s, un art¨ªculo publicado en la revista cient¨ªfica brit¨¢nica The Lancet acusa a los m¨¦dicos militares estadounidenses destacados en Abu Ghraib de tener tambi¨¦n responsabilidad en los malos tratos. El profesor de bio¨¦tica en la Universidad de Minnesota, Steven Miles, sostiene que algunos m¨¦dicos habr¨ªan falsificado certificados de defunci¨®n para ocultar las pruebas de las torturas. El profesor basa su acusaci¨®n en los testimonios de los soldados que aparecen en los informes y en las sesiones en el Congreso, entre otras cosas. El Departamento de Defensa considera imprecisa su denuncia.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.