El ¨¦xito de un peso pesado
De ser el peor infantil en la clase 'Optimist' por su exceso de kilos, Rafael Trujillo ha pasado a triunfar como tripulante solitario en 'Finn'
"Detr¨¢s de la medalla hay mucho sacrificio", afirma, emocionado, Rafael Trujillo. Gaditano de La L¨ªnea de la Concepci¨®n, comenz¨® a navegar a los cinco a?os, cuando su prima Lorena le llevaba de paquete en su Optimist dando bordos cerca de la playa. "El mar siempre me gust¨®", asegura, a sus 28 a?os, despu¨¦s de colgarse la plata en la clase Finn; "navegar, bucear, nadar... Tal vez ten¨ªa m¨¢s f¨ªsico para el baloncesto que para subirme a un barco porque, a los 14 a?os, med¨ªa 1,84 metros y pesaba 95 kilos. Pero yo s¨®lo quer¨ªa navegar".
La fiebre de las velas, el sonido del barco al cruzar el agua, el dominio de los vientos..., se convirti¨® en una obsesi¨®n. El reto era complicado. Por culpa de su peso, sus resultados siempre fueron malos en su etapa de formaci¨®n. "Tengo un a?o menos que Luis Mart¨ªnez y la misma edad que Gustavo Mart¨ªnez Doreste, pero, cuando naveg¨¢bamos en Optimist, siendo infantiles, ellos me daban siempre una vuelta", sonr¨ªe Trujillo; "siempre era el ¨²ltimo. Cuando ellos acababan la regata, a m¨ª me quedaba todav¨ªa una popa y una ce?ida. Mi problema era llegar dentro del tiempo l¨ªmite. Ellos iban en Optimist y yo en una especie de sumergible por culpa de mi peso".
"?Mi sistema? Si el que va a mi lado me gana y navega tres d¨ªas, yo navego siete"
Aquellas lecciones de humildad no las olvidar¨¢ nunca porque constituyeron la base fundamental de su filosof¨ªa de vida. "Mi sistema de trabajo es muy sencillo. Si el que va a mi lado me gana y navega tres d¨ªas, yo navego siete", reflexiona. Sin ser un superdotado para ella, la navegaci¨®n era su ¨²nica opci¨®n para salir a flote. Fue quemando etapas porque el problema que supon¨ªa su peso qued¨® pronto compensado por la fuerza f¨ªsica que pod¨ªa desplegar. A los 15 a?os, por ejemplo, fue el regatista m¨¢s joven que corri¨® el preol¨ªmpico de Barcelona 92 y que colabor¨® en la regata ol¨ªmpica.
Despu¨¦s naveg¨® con Jos¨¦ Luis Doreste y con Jos¨¦ Mar¨ªa van den Ploeg, con quien obtuvo un diploma ol¨ªmpico -fueron octavos- en la clase Star en Sidney 2000, en su primera participaci¨®n. "Para m¨ª fue muy importante colaborar con todos estos campeones ol¨ªmpicos", afirma; "iba siempre con los ojos bien abiertos y planchando oreja. Aprend¨ª mucho de ellos. Pero prefiero navegar solo. Mis aciertos o mis errores dependen s¨®lo de m¨ª mismo". Por eso se enrol¨® en la clase Finn, el barco ol¨ªmpico m¨¢s grande con un solo tripulante. Es una clase en la que Espa?a ha brillado especialmente a lo largo de la historia: Jos¨¦ Luis Doreste fue oro en Se¨²l 88 y Van den Ploeg en Barcelona. ?l mismo fue plata en los Mundiales de C¨¢diz en 2003. "Es muy exigente. En rumbo abierto, no te da descanso. Debes llevar la escota directa: piernas y tren superior a tope. Y, encima, debes pensar", cuenta Trujillo; "como es un barco tan lento y pesado, puedes perder velocidad si no est¨¢s atento a las rachas de viento".
Cuando este mes lleg¨® a Atenas, Trujillo hab¨ªa hecho un buen trabajo. Aunque los Finn son barcos iguales, hab¨ªa intentado bajar el centro de gravedad y mejorar algunas flexiones de los palos. Se sent¨ªa c¨®modo en su nave. Y, cuando las regatas ol¨ªmpicas le obligaron a abrir las velas, llen¨® su coraz¨®n de ilusiones y se lanz¨® mar adentro. En diez regatas s¨®lo tuvo un fallo: una descalificaci¨®n en la s¨¦ptima por una salida falsa. Lleg¨® ayer a la ¨²ltima siendo el segundo y... sufri¨®. Pero gan¨® la plata y descans¨® tranquilo. Toda su historia hab¨ªa valido la pena. Especialmente, las chocolatinas que le regalaba a su hermano peque?o para que le acompa?ara cuando el entrenador le obligaba a navegar con otro.
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