Incendiado un centro sefard¨ª de Par¨ªs en un presunto ataque nazi
Los autores dejaron pintadas antisemitas en las paredes
El Centro Cultural Sefard¨ª del n¨²mero cinco de la calle parisiense Popincourt ardi¨® la madrugada de ayer, entre las tres y media y las cuatro. El car¨¢cter criminal del incendio parece probado. "Cuando los bomberos apagaron las llamas y el humo se desvaneci¨®, pudimos leer en las paredes inscripciones antisemitas. El laboratorio de la polic¨ªa judicial las est¨¢ estudiando", explic¨® el rabino de una sinagoga vecina.
El texto, escrito con faltas de ortograf¨ªa, dec¨ªa que el mundo "ser¨¢ m¨¢s puro cuando no queden jud¨ªos", relat¨® el mismo rabino.
Anoche, un grupo islamista reivindic¨® la destrucci¨®n del centro jud¨ªo a trav¨¦s de un comunicado difundido en Internet, seg¨²n inform¨® la agencia France Presse. El ataque ha sido "en respuesta a los actos racistas cometidos por los jud¨ªos en Francia contra el islam y los musulmanes", rezaba el texto firmado por el grupo Jamaat Ansar Al Jihad al Islamiya (combatientes de la guerra santa isl¨¢mica).
Situado en una planta baja, con cinco pisos encima, el Centro Cultural Sefard¨ª se hab¨ªa instalado en un barrio popular, entre las plazas de la Bastilla y de Voltaire, durante la d¨¦cada de los veinte, procedentes la mayor¨ªa de sus miembros de la comunidad de origen judeo-espa?ol radicada en Turqu¨ªa. "Era el ¨²nico testimonio f¨ªsico de una historia que viene de muy lejos. Nuestra principal actividad consist¨ªa en prestar ayuda a la gente desvalida. Era un refugio, un lugar de paz conocido en todo el barrio", declar¨® Marcel Gotlib, que participaba en la vida del centro.
El alcalde de la ciudad, el socialista Bertrand Delano?, relacion¨® el atentado con la celebraci¨®n del 60? aniversario de la liberaci¨®n de Par¨ªs. "Es particularmente doloroso que esto ocurra en estas fechas, pero no hay que olvidar que la repetici¨®n de delitos de car¨¢cter racista tiende a banalizar el rechazo del otro. Se est¨¢ creando un clima malsano y peligroso", manifest¨®.
El presidente, Jacques Chirac, sostuvo que lo importante era "hacer llegar la mayor solidaridad a los responsables del centro y al conjunto de la comunidad francesa jud¨ªa", mientras que el primer ministro, Jean-Pierre Raffarin, recordaba que "los cr¨ªmenes con firma racista son susceptibles de penas de hasta 20 a?os de c¨¢rcel", una amenaza que no ha impedido este a?o, una progresi¨®n de atentados contra edificios o s¨ªmbolos que representan a las comunidades jud¨ªa y musulmana. Protestantes y cat¨®licos tambi¨¦n han sufrido algunos ataques, sobre todo contra sus cementerios.
Representantes de la comunidad jud¨ªa gala, como el gran rabino Joseph Sitruk, expresaron su escepticismo y cansancio ante tantos actos no castigados. "Hace falta que el Gobierno act¨²e", dijo. Un habitante del barrio, Michael Carlisle, fue m¨¢s lejos en sus acusaciones: "La polic¨ªa no quiere meter la nariz donde hiede. A 300 metros de aqu¨ª hay una librer¨ªa neonazi y todo el mundo lo sabe. Sin duda, quien ha hecho esto est¨¢ ahora mirando todos esos escombros".
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