El nuevo Fern¨¢ndez Ochoa
Gervasio Deferr, oro en salto, ha demostrado una inmensa calidad de competidor en la que corren paralelas su capacidad mental y la f¨ªsica
La sinceridad, por bandera. Gervasio Deferr es de esos tipos a los que se les acepta como son o se les detesta. Con 19 a?os, el gimnasta ya se puso los Juegos por montera gracias a un desparpajo ins¨®lito. Ha vuelto a hacerlo. Es de un pragmatismo extraordinario y en cuatro a?os que ha tenido para madurar disfrutando de su ¨¦xito ha sufrido el doble. Pero lo ha superado. Su f¨ªsico extraordinario para suelo y salto, con piernas potent¨ªsimas y centro de gravedad muy bajo (1,67 metros y 66 kilos) le ayuda much¨ªsimo. Pero, al igual que Rafael Mart¨ªnez, quinto en el concurso m¨²ltiple con s¨®lo 20 a?os, tiene una enorme capacidad mental que le catapulta mucho m¨¢s.
Gervi es el Paco Fern¨¢ndez Ochoa del siglo XXI. El esquiador madrile?o de Cercedilla gan¨® la ¨²nica medalla de oro de la historia alpina espa?ola en el eslalon de Sapporo 72. Era uno de los mejores de la ¨¦poca, de forma muy similar a lo que le sucede ahora al gimnasta. ?Por qu¨¦ gan¨®? ?Casualidad? ?Fortuna? Sin duda, porque ten¨ªa calidad. Pero, adem¨¢s, porque era y es un personaje genial, mentalmente extraordinario, incluidos sus defectos. Capaz de una haza?a as¨ª sin arredrarse ante rivales importantes, crey¨¦ndose que pod¨ªa ganar a cualquiera. Y eran tiempos en que los espa?oles no parec¨ªan tener dos brazos o dos piernas como los grandes.
Corren tiempos modernos, con los mejores m¨¦todos, pero Gervi tambi¨¦n es el gran competidor nato por excelencia. "Estoy triste porque, despu¨¦s de lo mal que lo he pasado, fallar yo me duele m¨¢s que te ganen o que los jueces te punt¨²en mal. Yo he perdido la final", dijo el domingo, tras quedar cuarto en suelo, su aparato maldito desde Sidney. Fueron declaraciones muchos minutos despu¨¦s de tener el error en la segunda diagonal. Pas¨® por la zona mixta como una exhalaci¨®n y fue s¨®lo un momento a llorar al vestuario y quiz¨¢ a pegar alg¨²n pu?etazo contra las paredes. "Lo de hoy me cost¨® l¨¢grimas ayer", record¨® tras ganar el oro en salto el lunes.
Pero el d¨ªa antes, cabreado, demostr¨® su solidaridad con la gente del equipo, como se le ha visto en todo el torneo ol¨ªmpico. Cogi¨® un cartel con el nombre de V¨ªctor, su compa?ero Cano, y se fue a animarle a la grada en su final de caballo con arcos. Luego, volvi¨®, se disculp¨® y repiti¨® lo que hab¨ªa dicho el primer d¨ªa del concurso por equipos, cuando se meti¨® en las dos finales de suelo y salto: "Para m¨ª, el hecho de haber podido venir aqu¨ª era ya un reto, suficiente, y estoy orgulloso". Pero estaba entre triste y decepcionado porque, aunque opina que un cuarto puesto no le doli¨® m¨¢s que si hubiese sido un quinto o un sexto, no volv¨ªa a saltar a la fama ni pod¨ªa reivindicar tanta carga emocional acumulada en los ¨²ltimos dos a?os como pudo hacerlo con el oro.
Tampoco daba mucho por el triunfo en salto, como en Sidney, pero el gran competidor resurgi¨® de todas sus cenizas. Ten¨ªa mucho por ganar para sus reivindicaciones, pero no le tembl¨® el pulso. Necesitaba clavar al menos uno de los dos saltos de dificultad de partida 9,90, m¨¢s que sus rivales, porque algunos ten¨ªan dos de 10 o uno de 9,90 y otro de 10. Y fall¨® la salida del primero. M¨¢s dif¨ªcil todav¨ªa. A cualquiera le habr¨ªa temblado todo y, de hecho, le pas¨® al rumano Dragulescu, que s¨ª clav¨® el primero, pero se qued¨® corto en la recepci¨®n del segundo y se fue fuera del tapiz y al bronce. Pero a Gervi, no. Demostr¨® que su capacidad de concentraci¨®n mental es paralela o incluso superior a la f¨ªsica.
No s¨®lo lo confirm¨® en la prueba, sino con su esfuerzo de preparaci¨®n, cuando se fue de Barcelona, dej¨® a su familia, su novia y sus amigos, y trabaj¨® duramente en Madrid con la selecci¨®n. No hab¨ªa podido ir a los Mundiales de Anaheim 2003 por unos problemas de espalda. Sus en¨¦simos problemas. Hab¨ªa perdido muchas cosas. En 2002, la medalla de plata de los Mundiales de Debrecen (Hungr¨ªa) por su cana al aire y dar positivo con hach¨ªs. Despu¨¦s, a su hermanastro en un accidente de coche. Por el medio, muchas cr¨ªticas sobre su proceloso futuro. Nunca se sabe lo que le deparar¨¢, pero Deferr ha confirmado la regla de que rectificar es de sabios y ganar lo que ha ganado ¨¦l de genios. Simpat¨ªas y filosof¨ªas aparte.
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