La maldici¨®n de Lamela
Nuevo fiasco del asturiano, que, lastrado por una lesi¨®n en un pie, s¨®lo salta 7,98 metros
"No lo siento", dec¨ªa Yago Lamela; "no lo siento". El saltador de Avil¨¦s se acerc¨® a la primera fila de la grada para comentar a su entrenador, Rafa Blanquer, que hab¨ªa perdido la sensibilidad en el pie izquierdo, el que da la batida en la culminaci¨®n del salto. A¨²n no hab¨ªa comenzado la final y los atletas estaban calentando los m¨²sculos. Ya en ese instante, Lamela dio signos de inquietud. Despu¨¦s de los Juegos de Sidney 2000, en los que ni siquiera se clasific¨® para la final, los de ayer se convirtieron para ¨¦l en otro tr¨¢mite desagradable. Hizo dos saltos nulos y emprendi¨® el tercero con demasiadas precauciones para ganar distancia: 7,98 metros. Demasiado poco para entrar en la segunda fase de la final, que da derecho a otros tres saltos.
El pie con el que se bate debe ser para los saltadores de longitud como la mano para un ciego. Es el principio y el fin en la secuencia del gesto que les permite completar su obra explosiva. Sobre el pie izquierdo Lamela apoya el cuerpo y proyecta el impulso de la carrera hacia arriba, buscando altura y distancia. Ayer, su pie no le respond¨ªa bien, en parte porque lo hab¨ªan infiltrado para aguantar la bursitis que le incordia en el tend¨®n de Aquiles. "Adem¨¢s del pinchazo, Yago llevaba mucho tiempo sin competir y hab¨ªa perdido esa sensibilidad, ese ritmo que te da la competici¨®n", coment¨® Blanquer, su t¨¦cnico, al salir del estadio con aire abrumado. Al terminar su participaci¨®n, su aprendiz no hab¨ªa llegado a los ocho metros en el ¨²nico salto que no hab¨ªa sido nulo. "Creo que estamos malditos", se lament¨® Blanquer; "?Yago ha podido hacer 8,30 metros en el primer salto y ha sido nulo por un cent¨ªmetro!".
La nulidad del primer intento hizo que Lamela se sintiera ansioso. Fue un golpe insuperable para un atleta que desde hace cuatro a?os va justo de autoestima. Desde que gan¨® la plata en los Mundiales de Sevilla 99, Lamela ha luchado contra las lesiones y los miedos esc¨¦nicos. Los infortunios son cosas de las que Lamela no se recupera f¨¢cilmente. Un salto de 8,53 metros, el a?o pasado, lo hab¨ªa devuelto al lado de la luz. Tambi¨¦n fue bronce en los Mundiales de Par¨ªs. Pero, aunque se encontraba fuerte y anunciaba un regreso a las marcas que sol¨ªa, ayer, a sus 27 a?os, pesaron en su mente las desgracias tras el primer salto fallido y su ansiedad fue en aumento. Mientras ve¨ªa las marcas espectaculares de Phillips, Moffitt o su compatriota, el cubano nacionalizado espa?ol Lino Mart¨ªnez, su ansiedad fue en aumento. Se le vio abrumado, andando solo por la pista. Quiso marcharse del estadio tras el tercer salto, pero la organizaci¨®n le oblig¨® a quedarse hasta el final. Lo hizo sentado de espaldas al caj¨®n de arena.
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