"No se puede apostar por las 35 horas y luego plantear 40 a los funcionarios"
Josep Maria ?lvarez (Belmonte, Asturias, 1956) lleva m¨¢s de 14 a?os como secretario general de UGT de Catalu?a, sindicato que no prev¨¦ la limitaci¨®n de mandatos. ?Seguir¨¢ al frente tras el congreso del a?o que viene? Asegura que tomar¨¢ la decisi¨®n en tres meses, pero da muestras de querer continuar. "Cansado no estoy y adem¨¢s disfruto". Pepe ?lvarez, sin embargo, prefiere que su futuro "no centre el pr¨®ximo congreso, sino la profundizaci¨®n de la actualidad".
Pregunta. ?Qu¨¦ es lo que m¨¢s le preocupa de la actualidad socioecon¨®mica de Catalu?a?
Respuesta. Ver si seremos capaces de superar nuestro actual modelo de competitividad. En los ¨²ltimos 20 a?os ni Catalu?a ni Espa?a han hecho los deberes. Ya me gustar¨ªa a m¨ª tener la crisis que tiene Alemania porque querr¨ªa decir que estamos en una situaci¨®n de desarrollo que seguramente Espa?a no alcanzar¨¢ nunca en su historia. En el siglo XXI, industria quiere decir tecnolog¨ªa, desarrollo, dise?o, valor a?adido, calidad, formaci¨®n del personal... y ¨¦stos son nuestros grandes d¨¦ficit. En algunos sectores ya hemos llegado tarde.
P. ?En cu¨¢les?
R. En la electr¨®nica de consumo, en la que tendremos dificultad para ser un pa¨ªs que tenga marcas de calidad reconocidas a escala internacional, o en el sector textil. Tenemos algunos casos de ¨¦xito, pero en ambos sectores hemos perdido el tren. Como tambi¨¦n lo hemos perdido en la industria del autom¨®vil. Tenemos un nivel de producci¨®n alt¨ªsimo de coches, una de las mayores industrias auxiliares del mundo, pero ninguna empresa con capital espa?ol, y la actividad en I+D [investigaci¨®n y desarrollo] es escasa. Nos dedicamos a ensamblar. En otros sectores estamos a punto de llegar tambi¨¦n tarde si no tomamos medidas. Pienso en el farmac¨¦utico, que no est¨¢ en crisis, pero que la situaci¨®n internacional requiere una nueva dimensi¨®n de los laboratorios.
P. ?Los sindicatos s¨ª han hecho los deberes?
R. Tambi¨¦n tenemos nuestra parte de responsabilidad porque en estos 20 a?os hemos estado aqu¨ª. Pero en el caso de UGT y espec¨ªficamente desde Catalu?a, no ser¨¢ porque no hemos ido advirtiendo. ?Que pod¨ªamos haber chillado m¨¢s? Quiz¨¢ s¨ª, pero invito a leer y releer las resoluciones de los congresos de UGT de Catalu?a desde 1990 para ver c¨®mo situamos los elementos clave de futuro, pero en aquellos momentos no estaban de moda.
P. Tambi¨¦n han pasado de reclamar las 35 horas a firmar convenios en los que se trabaja lo mismo con menos sueldo.
R. No es una pr¨¢ctica generalizada.
P. ?ltimamente s¨ª.
R. Se pueden contar con los dedos de una mano. Hay gente que nos quiere ubicar bajo el paraguas alem¨¢n. Como en Alemania se negocian aumentos de jornada y recortes de sueldo... ni de lejos. Es cierto que en alguna empresa se ha pactado reducir el sueldo, pero no es una pr¨¢ctica nueva, viene ocurriendo desde los a?os ochenta.
P. ?Qu¨¦ puede hacer un sindicato ante la decisi¨®n de una multinacional de deslocalizarse?
R. Depende. No todas las deslocalizaciones son iguales. Hay muchas que ten¨ªan que producirse. Cuando el presidente Maragall dijo eso creo que hablaba de un hecho real, algunas de ellas han sido muy positivas para la econom¨ªa catalana, como los casos de Roca o Indo. Han deslocalizado la producci¨®n de baja calidad y nos hemos quedado con la parte tecnol¨®gica, el dise?o, la comercializaci¨®n y los productos de mayor valor a?adido. La pena es que tenemos muy pocas multinacionales que puedan hacer este proceso. Hay otras deslocalizaciones debidas a que el producto no se puede hacer aqu¨ª por la competencia internacional, y ante esto s¨®lo podemos negociar las mejores condiciones y crear puestos de trabajo alternativo, que es lo que estamos haciendo. Luego hay otras multinacionales que toman las decisiones m¨¢s por razones estrat¨¦gicas y para ganar m¨¢s dinero que porque la planta en cuesti¨®n no sea rentable. En estos casos necesitamos una legislaci¨®n espec¨ªfica para evitar el cierre de estas empresas, cuyos beneficios proceden, en muchos casos, de las subvenciones que recibieron por instalarse aqu¨ª o de la especulaci¨®n inmobiliaria.
P. ?Qu¨¦ evaluaci¨®n hace de los nueve meses del Gobierno catal¨¢n?
R. Tengo una doble sensaci¨®n. Por una parte, est¨¢ haciendo bien algunas cosas, como el debate sobre el modelo de competitividad del pa¨ªs. Tengo muchas esperanzas en que surgir¨¢n medidas y pol¨ªticas para desarrollar. La prueba del nueve ser¨¢ ver c¨®mo las medidas del pacto se plasman luego en los presupuestos. Hay otros aspectos en los que andan m¨¢s desorientados, como en el asunto de vivienda. El Gobierno catal¨¢n no puede seguir manteniendo que va a construir 46.000 viviendas, una de las promesas estelares del acuerdo del Tinell, porque o inventan alguna f¨®rmula nueva que desconocemos o es imposible. Se requieren medidas de car¨¢cter urban¨ªstico que no se han tomado e invertir en suelo. Creo tambi¨¦n que el debate sobre el sistema sanitario se ha hecho con muy mala pata. No se puede llevar a cabo una pol¨ªtica de globo sonda, conviene mucho debate, poco ruido y conclusiones. Ah, y luego me parece inaceptable la posici¨®n del Departamento de Gobernaci¨®n en relaci¨®n con la negociaci¨®n colectiva de los funcionarios. No se puede firmar en el Tinell que se aboga por las 35 horas y luego plantear pasar de las 37 a las 40. No es de recibo, como tampoco lo es que en un Gobierno que se denomina catalanista y de progreso, los funcionarios no reciban sus aumentos de sueldo de acuerdo con el IPC catal¨¢n.
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