Argentina degrada a la NBA

Argentina bail¨® ayer un tango hist¨®rico, de una manera espectacular. En un partido maravilloso, jugado con la m¨¢xima autoridad, Ginobili rompi¨® un mito, destroz¨® a Estados Unidos. Por primera vez, desde que en 1992 se form¨® aqu¨¦l maravilloso dream team de Magic Johnson, Larry Bird y Michael Jordan, el combinado de la NBA se queda sin la medalla de oro de los Juegos, sin la posibilidad de jugar siquiera la final. Estados Unidos ya no es el mejor. Con la misma medicina que los americanos utilizaron contra Espa?a en cuartos, la brava Argentina les arrebat¨® el puesto en la final. Juego duro, juego inteligente y gran acierto desde la l¨ªnea de tres. Estados Unidos fue incapaz de aplicar la receta m¨¢gica porque Argentina se lo impidi¨® para regocijo de la mayor parte del p¨²blico. Los americanos no s¨®lo han perdido el respeto de los rivales, sino tambi¨¦n la admiraci¨®n de un p¨²blico cansado de autosuficiencia y desprecio.

Como ya sucedi¨® en el Mundial de Indian¨¢polis, Estados Unidos nunca dio la impresi¨®n de poder ganar. Argentina se fue al descanso sinti¨¦ndose superior, mandando en el marcador (43-38). Durante los dos primeros cuartos hab¨ªa maniatado a los americanos de la mano de un Ginobili espectacular. El escolta argentino de los Spurs hizo lo que quiso y todo bien. Con batuta maestra dirigi¨® la armoniosa orquesta argentina. ?l bombarde¨® desde la l¨ªnea de tres y a Oberto lo mand¨® a sacar petr¨®leo bajo el aro estadounidense. Scola y Nocioni siempre estaban ah¨ª, para atrapar un rebote, para incordiar a Duncan. Desesperado, el p¨ªvot de los Spurs se march¨® al banco cargado con tres faltas nada m¨¢s iniciarse el tercer cuarto. Y de ah¨ª ya no se movi¨® hasta el ¨²ltimo periodo. Lista, Argentina meti¨® la directa. Estados Unidos se mare¨®. No sab¨ªa por d¨®nde atajar. Si tapaba a Ginobili, Oberto hac¨ªa un agujero en la zona. Si ataba a Oberto, Ginobili les destrozaba desde la l¨ªnea de tres. La misma r¨¦plica que Estados Unidos utiliz¨® ante Espa?a, le sirvi¨® a Argentina ante el equipo de Larry Brown. Ni Marbury, ni Jefferson, ni Iverson diron noticias. Consumidos tres cuartos, su equipo sumaba tres triples en nueve intentos. Se vieron obligados a bregar bajo el aro. Argentina se hab¨ªa escapado (56-40). No le fue del todo mal. Con la ayuda de Iverson y Marion, que por fin vieron aro, Estados Unidos se acerc¨®. Parec¨ªa que Argentina flaqueaba.

Fue una falsa impresi¨®n. Comenz¨® un nuevo bombardeo, que culmin¨® Ginobili con un triple imposible y Marbury, desesperado, haci¨¦ndole falta. 70-57 para iniciar la agon¨ªa final. Se resist¨ªa Estados Unidos, pero ya se sent¨ªa perdedor. Sali¨® Duncan para intentar arreglar el desaguisado y, a los cinco minutos, dijo adi¨®s al partido. Su rostro lo dec¨ªa todo. Estados Unidos se hab¨ªa hundido. Hab¨ªa tiempo y posibilidad de remontar (76-65) pero el suced¨¢neo del dream team ya no ten¨ªa recursos. Argentina los bail¨®. Montecchia tom¨® el relevo de Ginobili y Herrmann apareci¨® de forma estelar. Se hizo el amo de la zona, captur¨® rebotes y anot¨®. Y, como regalo, dej¨® una bandeja, elev¨¢ndose ante todos los p¨ªvots, at¨®nitos, de Estados Unidos, que s¨®lo Scola, con un gran mate final, pudo igualar. Argentina bail¨® el tango y toda la grada la acompa?¨®.