Cuatro
Mi nombre, sin embargo, es Secundino. Tengo dos hijos mozos y una ex mujer (somos una de las 17.246 parejas rotas oficialmente en la Comunidad en 2003). Es cierto que tambi¨¦n dispongo de otras cosas para ir tirando, pero no se las voy a contar a usted, psic¨®loga, porque luego las memoriza y me busca las cosquillas cuando le venga en gana. Para que se haga una idea global de mi situaci¨®n, le juro por mis muertos que no tengo estr¨¦s, se?ora; lo m¨ªo es cuatro, o m¨¢s. Por eso acudo a su consulta. Abomino de los n¨²meros. Y es mentira que los sinsabores no sepan a nada. La palabra sinsabor significa exactamente todo lo contrario de lo que pregona, es un t¨¦rmino s¨¢dico, canalla y traidor que debiera ser perseguido de oficio.
Y ahora voy directamente al grano: el mundo me da v¨¦rtigo, se?ora, y Madrid, m¨¢s, porque vivo aqu¨ª. Desde que me abandon¨® la err¨¢tica de mi esposa (alegando que vivir conmigo era como ser la criada de Felipe II, sin a?adir que ella era como Isabel la Cat¨®lica y Agustina de Arag¨®n juntas, con toques de Gracita Morales) deliro con frecuencia y paseo por Madrid intentando inventar un sentido a la existencia. Acud¨ª a una academia de baile, pero me desenga?¨¦ cuando el profesor me espet¨® que yo, bailando sevillanas, parec¨ªa un asturiano tirando culines de sidra. Arremet¨ª alegando que los astures inventaron el flamenco, pero no cuaj¨® la tesis. Luego empec¨¦ a frecuentar locales multirraciales para dar marcha a los impulsos mestizos de mi libido perpleja. Pero todo va muy deprisa y a m¨ª, como no s¨¦ conducir, me adelantan hasta los patinetes. Entonces me refugi¨¦ en mi profesi¨®n.
Soy fil¨®logo y sufro al o¨ªr en los bares dar coces al ecumenismo. La Real Academia debiera intervenir. De ahora en adelante, jam¨¢s se deben coger turcas ni curdas, ni hacer el indio, ni trabajar como negros, ni comer suizos o brazos de gitano en el desayuno, ni beber como cosacos, ni jugar a los chinos, ni escaparse a la francesa, ni hacerse el sueco. Eso, por no hablar del queso de teta. Que tome nota Gallard¨®n. Se lo dije, lo m¨ªo es cuatro.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.