"Tuve mucho miedo"

El presidente del Comit¨¦ Ol¨ªmpico Brasile?o, el en¨¦rgico Carlos Nuzmann, interpuso ayer un recurso ante el Comit¨¦ de Apelaci¨®n de los Juegos para revisar la prueba del marat¨®n. El recurso pretendi¨® suspender la entrega de medallas para que se concedieran dos oros teniendo en cuenta los 17 segundos que le arrebat¨® a Vanderlei el espont¨¢neo que lo empuj¨® y lo retuvo contra el p¨²blico. Seg¨²n los t¨¦cnicos de la federaci¨®n brasile?a de atletismo, con Martinho Noble dos Santos, jefe de equipo, en primer t¨¦rmino, el incidente es "responsabilidad de la organizaci¨®n". El Comit¨¦ Ol¨ªmpico Internacional no habl¨® de dos oros pero se ofreci¨® al brasile?o la medalla al m¨¦rito Pierre de Coubertin.

"Si no me hubiera asaltado, habr¨ªa ganado, porque me cort¨® el ritmo y tard¨¦ en recuperarlo"

"Fue un italiano", dec¨ªa Dos Santos muy molesto. "Vamos a intentar suspender la entrega de medallas, porque el espont¨¢neo le quit¨® 30 segundos y estaba camino del oro. Podemos probar y cuantificar jur¨ªdicamente el perjuicio que ha sufrido nuestro corredor. Interpondremos un recurso en el Comit¨¦ de Apelaci¨®n, que est¨¢ en el propio estadio ol¨ªmpico".

El bronce de Lima supuso la primera medalla de atletismo en Atenas para Brasil. Los antecedemtes del corredor no eran para invitar al optimismo: fue el 47? en Atlanta y el 75? en Sidney. Sin embargo, es uno de los atletas mejor pagados de su pa¨ªs -cuenta con el parocinio de la Bolsa Mercantil y de Futuro-, adem¨¢s de haber vencido en maratones tan prestigiosos como el de Tokio o Hamburgo. El peque?o Vanderlei Lima, natural del estado del Paran¨¢ y de 35 a?os, parec¨ªa el hombre menos indignado de la delegaci¨®n brasile?a ayer en el estadio Panatinaikos. Cuando se encamin¨® por el t¨²nel que conduce a los salones de atletas, a Vanderley no se le ocurrieron reproches para su agresor.

"Me siento feliz por haber llegado el tercero en una prueba tan dura como ¨¦sta", dijo Vanderlei, actual campe¨®n panamericano de marat¨®n; "no quiero pensar en lo que habr¨ªa pasado si no me asaltaba aquel espectador. Me perjudic¨® mucho durante los kil¨®metros que restaron. Tal vez, si no me hubiera asaltado, habr¨ªa ganado porque me cort¨® el ritmo. Tuve mucho miedo".

Vanderlei apenas pod¨ªa caminar tras el esfuerzo que hab¨ªa realizado. Pero se sent¨ªa dichoso. Mucho mejor que la multitud de atletas que comenzaron a gotear por el t¨²nel del estadio, abovedado y sombr¨ªo, buscando un lugar en una de las camillas que se amontonaban contra la pared, como en un hospital de campa?a. El marat¨®n hab¨ªa secado a tantos buenos corredores, hab¨ªa tantos rostros chupados, tantas mejillas consumidas y tantos ojos saltones y tristes, que a Vanderlei, aunque perjudicado, nada le quitaba la sonrisa. Hab¨ªa ganado el bronce, y un bronce le colgaron al cuello en el Estadio Ol¨ªmpico, sin que el recurso del comit¨¦ brasile?o pudiese ennoblecer el metal.

"Jacques Rogge , me pidi¨® discuplas al darme la medalla", coment¨® el atleta brasile?o tras la ceremonia de entrega de premios celebrada en el Estadio Ol¨ªmpico, a 20 kil¨®metros del antiguo estadio Panatinaikos donde termin¨® la carrera. "Esto podr¨ªa haber ocurrido en cualquier otro lugar", agreg¨® el brasile?o; "no se puede poner un polic¨ªa por cada metro de carrera porque de esa manera se aislar¨ªa el p¨²blico y en un marat¨®n es muy importante que la gente est¨¦ cerca de los atletas. Mi objetivo era estar en el podio y lo he conseguido. Yo estoy muy contento con el bronce pero si me diesen el oro para subsanar lo que me ha pasado estar¨ªa mucho m¨¢s feliz".

El maratoniano brasile?o confes¨® que no esperaba que lo asaltaran y no supo escabullirse. El atleta italiano Stefano Baldini se?al¨® que el incidente no alter¨® el curso de la carrera. "Me sent¨ª muy bien y en ning¨²n momento tuve dificultades a lo largo de todo el recorrido", dijo Baldini; "en ning¨²n momento supe qu¨¦ le ocurri¨® a Vanderlei. Vi mucha polic¨ªa pero estaba concentrado en la carrera. No creo que lo ocurrido influyera".