Un presidente encantado
Rogge y el COI se refuerzan al afrontar con firmeza la corrupci¨®n y el dopaje
Jacques Rogge, el presidente del COI, se va reforzado de Atenas. Ha tenido que lidiar con numerosos problemas, pero ha demostrado firmeza, cintura y astucia, algo que le hab¨ªa faltado en sus comienzos en el cargo, al que lleg¨® en septiembre de 2001. Los casos de dopaje se multiplicaron y todo se magnific¨® con el esc¨¢ndalo de la desaparici¨®n de los atletas griegos Kostas Kenteris y Ekaterini Thanou para no someterse a un control antidopaje por sorpresa. Pero lo peor fue el torpedo b¨²lgaro, el asunto Slavkov [el miembro del organismo ol¨ªmpico que estaba dispuesto a vender su voto a Londres para los Juegos de 2012]. En ambos temas sali¨® airoso. El COI ha dado una muestra de seriedad que, aun dentro de sus carencias, le ha permitido ganar tiempo y prestigio en su dif¨ªcil camino de modernizaci¨®n.
A Rogge le satisfizo la organizaci¨®n. Las gradas se fueron llenando, las audiencias televisivas aumentaron entre un 15% y un 20% respecto a Sidney 2000 y la lucha antidopaje avanz¨®: "Ha sido la consecuencia de los esfuerzos que comenzaron en los Juegos de invierno de Salt Lake City 2002". All¨ª se descubrieron siete casos, entre ellos el del esquiador espa?ol de origen alem¨¢n Johann Muehlegg, cuando en toda la historia anterior s¨®lo fueron cinco: "Hemos aumentado el periodo de controles a 14 d¨ªas antes de los Juegos. Antes s¨®lo se hac¨ªan tras las pruebas y ahora muchos se efect¨²an tambi¨¦n fuera de la competici¨®n. Por eso han salido m¨¢s positivos que en Sidney. Y las muestras se guardar¨¢n ocho a?os por si se necesitan comprobar en el futuro con nuevos m¨¦todos de detecci¨®n. Los culpables perder¨ªan entonces sus medallas". Pero fue realista al a?adir: "Ser¨ªa ingenuo pensar que alg¨²n d¨ªa dejar¨¢ de haber dopaje. En cualquier grupo de seres humanos hay tramposos".
Respecto al esc¨¢ndalo de los jueces de la gimnasia, Rogge coment¨® que el COI hablar¨¢ con la federaci¨®n internacional (FIG) para tratar de evitar los problemas con las puntuaciones. Concret¨® luego que no se dar¨¢n medallas suplementarias para contentar a alguien como, al parecer, hab¨ªa pedido el presidente de la FIG en el caso Paul Hamm ante la indignaci¨®n de Estados Unidos, que quiere un ¨²nico oro, para su gimnasta, y de Corea del Sur, la damnificada. S¨®lo tres jueces, entre ellos Benjam¨ªn Bango, fueron suspendidos cautelarmente hasta que la FIG acabe su investigaci¨®n, pero no se corrigi¨® su error, que quit¨® una d¨¦cima a Yang Tae Yung y permiti¨® el triunfo de Hamm.
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