Autoestima adolescente
Una experiencia piloto a trav¨¦s del cicloturismo activa la comunicaci¨®n entre j¨®venes lejos de la individualidad
"No acepto eso de que los j¨®venes no tienen inquietudes, no se preguntan nada, no se mueven. No lo acepto porque no es verdad". Mar Cortina, maestra y profesora de yoga, bucea en el universo interior de los adolescentes y encuentra en ¨¦l la ilusi¨®n que no se manifiesta. "Esta sociedad competitiva, individualista, que ensalza valores superfluos hace que las diferencias no se vivan con naturalidad, que el silencio cubra a los t¨ªmidos y los extrovertidos tengan problemas de relaci¨®n", afirma. Durante 16 a?os, Mar Cortina trabaj¨® en Baleares. Es una pionera del cicloturismo, al que se enganch¨® en Valencia. Y de vuelta a D¨¦nia decidi¨® importar el trabajo con adolescentes para que descubran "el grupo, la cooperaci¨®n, las emociones, la solidaridad, el di¨¢logo y sus valores, fuera de los modelos".
La bicicleta es una t¨¦cnica. ?C¨®mo? Montando rutas en las que con un programa amplio, que no est¨¢tico, de actividades, los adolescentes se ponen a prueba, se ven a s¨ª mismos en otros entornos, con otras personas, atrapados por retos colectivos, descubriendo qu¨¦ les provoca un recorrido y c¨®mo se despiertan actitudes hasta entonces ocultas, explorando su autonom¨ªa.
El norte de Castell¨®n ha sido la experiencia piloto. Paco Tortosa, especialista en cicloturismo con varias gu¨ªas publicadas sobre paisajes de la Comunidad Valenciana, ha sido su aliado.
A mediados de agosto cuatro adolescentes, de entre 14 y 16 a?os, se aventuraron a un singular campamento sin tener mucha idea de qu¨¦ pod¨ªa salir de ah¨ª. "Casi siempre es una aventura, incluso para m¨ª, porque cada una de las personas que viene es distinta, no se conocen entre s¨ª y, como en este caso, digamos que hay desajustes en la comunicaci¨®n, pero el objetivo es que sean ellos mismos, que se suelten, que digan qu¨¦ quieren, que decidan y se pongan de acuerdo, que participen, por ejemplo en juegos de psicodrama, de autoconocimiento, de interacci¨®n, que manejen la flexibilidad y la armon¨ªa, que huyan del discurso de las imposiciones y que compartan", comenta Mar Cortina.
En ocho d¨ªas de convivencia en la experiencia piloto, por la que ya ha mostrado su inter¨¦s el Ivaj (Instituto Valenciano de la Juventud), las adolescentes han descubierto tambi¨¦n, como explica Paco Tortosa, otros modelos de adultos: "Tenemos el pelo blanco pero nos emocionamos como ellos, tenemos ilusi¨®n, flaqueamos como ellos, nos son sugestivas cosas muy similares, hay cosas que nos unen y la gente muy joven tambi¨¦n necesita vivir eso".
Esa terapia sobre dos ruedas, con perfectos mapas topogr¨¢ficos, en la que se incluye la fotograf¨ªa, el relato, las l¨¢grimas o la resistencia f¨ªsica, "tambi¨¦n sirve para descubrir otra forma de vivir la naturaleza", dice Tortosa. "Con ella se puede ser cr¨ªtico y divertirse, en ella se aprende a apreciar los elementos m¨¢s all¨¢ de la propia forma. Parece curioso pero hay quien descubre que en los r¨ªos tambi¨¦n puede uno ba?arse, no s¨®lo en las piscinas cloradas", contin¨²a.
Tortosa ya ha trabajado en terapias con adultos sometidos a tratamiento psicol¨®gico y ps¨ªquico. Incluir el mundo de los adolescentes supone "un aprendizaje en doble direcci¨®n", los adultos tambi¨¦n tienen "mucho que aprender de los m¨¢s j¨®venes, de c¨®mo viven las cosas, de qu¨¦ les pasa cuando se enfrentan a un mont¨®n de historias". Y despu¨¦s de viajar, sudar, tener heridas en los pies, mojarse bajo una lluvia imprevista o perder una comida para llegar al destino, hay resaca. "Los padres de una de las ni?as nos comentaron un d¨ªa despu¨¦s de regresar que nunca su hija hab¨ªa hablado tanto, cont¨® lo que le hab¨ªa pasado durante cuatro horas seguidas. ?Por qu¨¦? Porque ha descubierto que es capaz de relacionarse sin complejos con gente a la que no conoc¨ªa de nada siendo ella misma", cuenta Tortosa.
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