La mayor¨ªa de las causas judiciales por incendios se archivan al ignorarse su autor

La mano del hombre est¨¢ detr¨¢s de la inmensa mayor¨ªa de los incendios forestales, ya que s¨®lo un 9% de los fuegos investigados este a?o por la Guardia Civil se origin¨® por causas naturales. Sin embargo, casi todas las pesquisas para aclarar la autor¨ªa acaban archivadas al no poder determinarse su autor. El Seprona -la polic¨ªa verde del instituto armado- y los fiscales advierten de "la gran dificultad" de probar la culpabilidad en un incendio y ofrecen datos para demostrarlo: de los 2.368 investigados este a?o, el 54% se consideran de origen desconocido y s¨®lo en un 8% se prob¨® la intencionalidad.

"La mayor¨ªa de los incendios son intencionados", afirma un alto mando del Servicio de Protecci¨®n de la Naturaleza (Seprona) de la Guardia Civil, "pero para asegurarlo es necesario reunir las pruebas -algo muy dif¨ªcil porque hay que llegar lo antes posible para que no se quemen las evidencias- y si no las tienes no tienes m¨¢s remedio que catalogar el fuego como de origen desconocido". Los datos recogidos hasta el 1 de agosto de este a?o reflejan que el 54% de los incendios tiene un origen desconocido, mientras que s¨®lo en el 8% se ha probado la intencionalidad. Un 18% son negligencias.

Esto motiva que la mayor¨ªa de las causas que llegan a los tribunales acaben archivadas. El fiscal de Medio Ambiente de M¨¢laga, Juan Carlos L¨®pez Caballero, reconoce que es "muy dif¨ªcil demostrar la autor¨ªa de un incendio. Todo son pruebas indiciarias y para iniciar un proceso penal, se necesita un informe muy s¨®lido que demuestre que una persona lo hizo".

L¨®pez Caballero muestra en su despacho varios atestados de incendios: "Son informes completos, con fotograf¨ªas, desarrollo del fuego... pero sin autor identificado". Los fuegos en los que se puede acusar, son generalmente, seg¨²n L¨®pez Caballero, aquellos producidos por imprudencia (una paella, las chispas de un tren...) que generalmente acaban en una multa.

El delito de incendio puede ser castigado con hasta cinco a?os de c¨¢rcel en el caso de que el fuego no haya puesto vidas en peligro. Si los humanos han visto peligrar su integridad, entonces la pena puede ser de entre 10 y 20 a?os de prisi¨®n, adem¨¢s de las multas. Pero conseguir una sentencia condenatoria es otro cantar. Un ejemplo de esto se puede encontrar en Huelva, una de las provincias m¨¢s afectadas este verano por los incendios.

En 2003, la unidad del Cuerpo Nacional de Polic¨ªa adscrita a la Junta de Andaluc¨ªa "investig¨® 239 incendios, de los que se esclarecieron 237", seg¨²n consta en la Memoria de 2003 de la red de fiscales medioambientales del Tribunal Superior de Justicia de Andaluc¨ªa. De estos 239 incendios, la fiscal¨ªa inici¨® 126 diligencias previas. De ellas, 90 (71%) se archivaron "en su mayor¨ªa por falta de autor conocido" y 12 pasaron a la Junta porque s¨®lo eran imprudencia leve.

El Seprona ha detenido este a?o a 130 personas por su supuesta implicaci¨®n en incendios forestales. "Pero, salvo que todo est¨¦ muy clarito en el caso de un incendio intencionado, los jueces suelen dejarlos en libertad", seg¨²n fuentes del instituto armado. El fiscal de medio ambiente Carlos Rueda, de la Audiencia de Ja¨¦n, asegura que "acusar a alguien de un incendio es muy complicado. En un proceso penal no es suficiente que la Guardia Civil tenga el convencimiento de que una persona ha causado el incendio. Por eso, muchos detenidos nunca son condenados".

La dificultad es tanta que Rueda asegura que no recuerda un solo juicio por incendio. Adem¨¢s lamenta que exista poca colaboraci¨®n ciudadana: "La gente de los pueblos sabe muchas cosas y podr¨ªa denunciar m¨¢s de lo que lo hace". El diputado por Sevilla de Los Verdes, Francisco Garrido, lamenta que la falta de pruebas directas impida las sentencias: "El derecho ha superado la necesidad de pruebas directas en delitos econ¨®micos y en otro tipo de delincuencia, pero no en delitos medioambientales". Un estudio de Los Verdes estima que menos del 15% de las denuncias por incendios forestales llegan a los juzgados y que en menos del 2% hay condenas.

Un mando de la Guardia Civil recuerda un ejemplo: "Hace dos a?os en ?vila, hubo un gran incendio y se detuvo a un pir¨®mano que, adem¨¢s, pertenec¨ªa a una brigada de extinci¨®n. Entonces descubrimos que en 2000 ya fue detenido por otro incendio y condenado a dos a?os, pero s¨®lo estuvo siete meses en prisi¨®n. En 2002 ya estaba otra vez quemando el monte".