Una pareja se lleva a la fuerza a sus tres hijos de un centro de menores de C¨¢ceres
Los padres protagonizaron una fuga similar hace meses de una instituci¨®n en Catalu?a
La polic¨ªa y la Guardia Civil buscan a una pareja que el pasado lunes se llev¨® por la fuerza a sus hijos, de siete, cinco y un a?o, de un centro de acogida de menores de C¨¢ceres tutelado por la Junta de Extremadura. Tras una visita programada a los ni?os, el padre agredi¨® con una cadena al vigilante que supervisaba la reuni¨®n, la pareja se apoder¨® de sus hijos y escaparon todos de la instituci¨®n. Algunos testimonios indican que huyeron en un coche con matr¨ªcula de Barcelona. Meses antes hab¨ªan protagonizado una fuga similar de un centro de la Generalitat de Catalu?a.
"No queremos separarnos de nuestros hijos". La frase la han repetido Julio P. B., de 40 a?os, y Sonia B. J., de 29, a las autoridades catalanas y extreme?as, a vecinos y familiares, para justificar sus dos huidas.
Julio naci¨® en Teruel, y Sonia, en Baracaldo, pero ambos tienen sus ra¨ªces en Mohedas de Granadilla, un peque?o pueblo de C¨¢ceres (1.124 habitantes), a la entrada de la comarca de las Hurdes. Julio ha estado en prisi¨®n por robo y lesiones.
El 26 de septiembre de 2003 la Generalitat de Catalu?a asumi¨® la tutela de los tres peque?os por desamparo. El r¨¦gimen de visitas permiti¨® a la pareja disfrutar de sus hijos fuera del centro, pero en una de esas salidas los peque?os no regresaron. Sus padres hab¨ªan tomado una decisi¨®n dr¨¢stica: huir a Francia.
Julio y Sonia regresaron a Espa?a y fueron a Moheda de Granadillas. All¨ª se asentaron primero en el hogar paterno, despu¨¦s en la casa materna de Sonia, y otra vez en casa de los padres de Julio. Una estancia marcada tambi¨¦n por las tensiones con otros miembros de sus familias. La vida de la mujer con los peque?os no pas¨® inadvertida para los habitantes de la localidad y comenz¨® a correrse la voz de que la pareja carec¨ªa de recursos, que los ni?os estaban mal alimentados, que pasaban demasiado tiempo en la calle. El padre, en paro, buscaba mientras tanto trabajo en M¨¢laga. Otros vecinos, en cambio, mantienen que "a los ni?os se les ve¨ªa bien".
La Junta de Extremadura envi¨® al pueblo a un equipo. Fue el primer paso para que, en aplicaci¨®n de un decreto de 2002, y tras el correspondiente expediente, el Gobierno extreme?o asumiera la tutela de los tres ni?os, otra vez por desamparo. Los peque?os ingresaron el pasado 24 de junio en el centro de acogida Juli¨¢n Murillo de C¨¢ceres.
"Si algo mal hicieron como padres, peor lo hicieron los funcionarios que vinieron al pueblo a quitarles a los cr¨ªos". A Emiliano Prieto, padre de Julio, guardia civil retirado, se le entrecortaba la voz ayer al recordar aquel momento: "Sonia le daba a¨²n el pecho al peque?o, y la enga?aron dici¨¦ndole que le iban a vacunar en el Ayuntamiento. Fue all¨ª con los peque?os y se llevaron a todos a C¨¢ceres. Ella casi se desmay¨®". Entre largos silencios, Emiliano afirma que Julio y Sonia atend¨ªan a sus hijos "lo mejor que pod¨ªan. Si acaso estaban un poco sueltos en la calle", admite. "Pero, como padre, Julio quer¨ªa a sus hijos a perder. Yo estaba viendo la manera de que pudieran tener una casa. Cuando vinieron al pueblo, hac¨ªa tres o cuatro a?os que no los ve¨ªa".
Ingresados los tres ni?os en el centro, los padres ten¨ªan la posibilidad de una visita vigilada, pero sin salir del centro. La situaci¨®n tom¨® otros derroteros el pasado lunes, fecha fijada para la cita mensual. Julio y Sonia se presentaron en el Juli¨¢n Murillo. El padre era la primera vez que lo hac¨ªa. Los ni?os fueron sacados de las dependencias interiores para que sus padres permanecieran con ellos entre las 11.00 y las 13.00.
Violencia
Entonces el guarda de seguridad apreci¨® un movimiento extra?o, observando que la pareja trataba de sacar del edificio a sus cr¨ªos y alert¨® a la direcci¨®n. "El guarda se puso en la puerta y el padre le golpe¨® dos veces con una cadena", coment¨® ayer el director del centro, Santos Ben¨ªtez. El vigilante, que sufri¨® contusiones en la espalda y el rostro, fue ingresado en el cercano hospital de San Pedro de Alc¨¢ntara, donde pocas horas despu¨¦s fue dado de alta.
La polic¨ªa comenz¨® a peinar la zona. La pareja y sus hijos pudieron utilizar para huir un Ford Ori¨®n, aunque este extremo no est¨¢ confirmado. En un comunicado, la Consejer¨ªa de Bienestar Social asegura que, "a pesar de que el centro cuenta con medidas de seguridad oportunas, este hecho no pudo evitarse dada la violencia utilizada por los padres de los menores".
Parece que Julio y Sonia hab¨ªan planeado largamente la acci¨®n: "Me llamaron hace 15 o 20 d¨ªas y dijeron que la abuela y yo no fu¨¦ramos a ver a los ni?os nunca". Emiliano, el abuelo, se enter¨® ayer de la fuga por los medios de comunicaci¨®n.
![Centro de menores Juli¨¢n Murillo, de C¨¢ceres.](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/FZHIMM3I7RWWLTPC7A3VDKA4RY.jpg?auth=f3e37d6d1cef5803c0f8e1c955ba047a09267ab74f05b11ed88b89e48771b376&width=414)
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