Decepciona el retrato de Spielberg del "rostro hostil" de Estados Unidos
Tom Hanks s¨®lo proporciona algunos momentos brillantes en su papel sobre sir Alfred en 'La terminal'
El pobre Merhan Karini Nasseri, m¨¢s conocido como sir Alfred, ha inspirado ya dos pel¨ªculas. La segunda, La terminal, dirigida por Steven Spielberg y protagonizada por Tom Hanks, promet¨ªa mucho. Pero ofrece muy poco. La historia de un hombre burocr¨¢ticamente bloqueado en la sala de tr¨¢nsitos internacionales de un aeropuerto se convierte, en manos de Spielberg, en un relato de dulzor met¨¢lico, sacarin¨¢ceo, decepcionante. La pel¨ªcula abri¨® ayer la Mostra y suscit¨® un silencio piadoso en la sala y comentarios m¨¢s o menos sarc¨¢sticos entre la cr¨ªtica.
El nuevo director de la Mostra de Venecia, Marco M¨¹ller, ha planteado la edici¨®n n¨²mero 61 del festival del Lido como un acontecimiento capaz de atraer a p¨²blicos muy diversos. Anoche hubo fiesta inaugural y cena de gala de esmoquin obligatorio restringida a unos pocos elegidos; m¨¢s adelante, habr¨¢ festejos populares en la playa. Algo parecido ha intentado hacer Muller con la programaci¨®n. ?Que la selecci¨®n de los filmes admitidos a concurso hab¨ªa acumulado fama de elitista y de vaciar cualquier platea? Pues ah¨ª est¨¢, para empezar, una pieza destinada a recaudar millones.
Spielberg sabe filmar. Y su amigo Hanks, con el que ya ha realizado otras dos obras como director (Salvar al soldado Ryan y Atr¨¢pame si puedes), m¨¢s otra como productor (Castaway), es un actor de extraordinaria solvencia. Ambos proporcionan momentos brillantes en la primera mitad de La terminal, cuyo arranque es vigoroso y traza un terreno de juego esperanzador.
Estamos hablando de un producto orientado hacia la campa?a navide?a y hacia un p¨²blico familiar y, por tanto, con unas reglas concretas. Hay resbalones, porrazos contra puertas de cristal y, en general, mucho humor f¨ªsico.
El director de La lista de Schindler reconoce haber echado mano de la herencia de Jacques Tati para resolver la tarea, y se nota.
Tom Hanks construye su personaje con minuciosidad, hace filigranas con el supuesto acento ruso-balc¨¢nico-b¨¢ltico (procede de un imaginario pa¨ªs de la Europa oriental) e incluso logra las facciones abotargadas atribuibles a alguien nacido y crecido a la sombra de un tel¨®n de acero. Luego esconde al personaje y se viste de Tom Hanks, o de Jimmy Stewart contempor¨¢neo, y conecta el piloto autom¨¢tico, porque a esas alturas la pel¨ªcula ha derivado hacia ¨¢mbitos que s¨®lo un gran pesimista considerar¨ªa previsibles.
17 a?os
Merhan Karini Nasseri, el hombre que inspir¨® la historia, lleva 17 a?os residiendo en la terminal internacional del aeropuerto parisino Charles de Gaulle. Un d¨ªa, en un control de pasaportes, le dijeron que su pa¨ªs de origen, Ir¨¢n, le hab¨ªa retirado la nacionalidad y era, por tanto, ap¨¢trida. No pod¨ªa volver a Ir¨¢n, ni pod¨ªa entrar en Francia. Deb¨ªa quedarse en tr¨¢nsito indefinido. Y se qued¨®.
Cuando este cronista le conoci¨®, hacia 1995, ya era universalmente conocido como sir Alfred en el aeropuerto, por su porte distinguido, su discreci¨®n y su condici¨®n de rey indiscutible del lugar: los dem¨¢s iban y ven¨ªan, volv¨ªan a casa al concluir la jornada, embarcaban, sal¨ªan; ¨¦l estaba siempre ah¨ª, en su banco, a mano derecha del McDonalds.
Hoy ya podr¨ªa haber abandonado el aeropuerto porque el Gobierno iran¨ª est¨¢ dispuesto a devolverle nacionalidad y pasaporte, pero ahora sir Alfred ya no quiere. La gente le invita a comer, el servicio de limpieza le tiene la ducha a punto a primera hora de la ma?ana, el quiosco le ofrece lecturas variadas (habla bastantes idiomas) y siempre hay alguien con quien charlar.
La primera pel¨ªcula inspirada en su caso, En tr¨¢nsito (1993), con Jean Rochefort y Marisa Paredes, no fue un gran ¨¦xito. En el segundo intento, avalado por lo m¨¢s potente de Hollywood, no se ha descuidado ning¨²n aspecto t¨¦cnico. Empezando por el escenario. Steven Spielberg se hizo construir una terminal de aeropuerto de tama?o real, el mayor set utilizado jam¨¢s, y lo rellen¨® con miles de extras. No hab¨ªa l¨ªmites. Salvo en el gui¨®n.
Spielberg asegura haber hecho un filme sobre los inmigrantes y haber mostrado "el rostro hostil hacia el exterior" de Estados Unidos despu¨¦s de sufrir los atentados del 11 de septiembre de 2001. Ambas cosas son muy discutibles.
Insustancial
Un personaje de la pel¨ªcula no es, ciertamente, todo lo tierno y simp¨¢tico que podr¨ªa ser, y otro maneja su vida de forma err¨®nea, pero si el "rostro hostil" de Estados Unidos se limita a eso, el mundo ha estado muy equivocado estos ¨²ltimos tres a?os. En cuanto a los inmigrantes, no son m¨¢s que caricaturas de fondo para la exhibici¨®n de Hanks, para las peripecias sentimentales de su personaje, V¨ªktor, con la azafata interpretada por Catherine Zeta-Jones, y para sostener puntualmente el inter¨¦s de un relato que desciende hacia lo insustancial.
Seg¨²n est¨¢n los precios de los cines y de los billetes de las l¨ªneas a¨¦reas de bajo coste, cabr¨ªa plantearse la alternativa de acercarse al Charles de Gaulle, sentarse al lado de sir Alfred y pasar dos horas conversando con ¨¦l. Ya saben: si no est¨¢ junto al McDonalds, all¨ª mismo se puede averiguar su paradero. Nunca se va demasiado lejos.
Babelia
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