Diesel sin plomo

Apuesta a caballo ganador: el 95% de los espectadores que esta semana han llenado los cines donde se proyecta Las cr¨®nicas de Riddick no han entendido nada. Ante la pregunta ?de qu¨¦ va la pel¨ªcula?, como mucho balbucear¨¢n un par de frases en las que la palabra clave ser¨¢ mamporro (o alg¨²n sin¨®nimo m¨¢s castizo), el sujeto corresponder¨¢ sin duda a Vin Diesel y probablemente se utilice el complemento los malos. Poco m¨¢s.

Hace cuatro a?os, una pel¨ªcula con alma de serie B llamada Pitch black destac¨® sobre el habitualmente desolador panorama del cine que mezcla acci¨®n y ciencia-ficci¨®n. No era ninguna maravilla, pero ten¨ªa imaginaci¨®n para alzarse sobre sus limitaciones. La oscuridad es siempre muy barata y el gui¨®n se basaba precisamente en eso, en las tinieblas. Ahora, con mucho m¨¢s dinero (han pasado de 23 a 110 millones de d¨®lares de presupuesto), el mismo director, David Twohy, ha construido un incomprensible ladrillo de dos horas en el que las pocas frases que suelta el protagonista (Diesel) no est¨¢n mucho m¨¢s elaboradas que el ya cl¨¢sico "?Sayonara, baby!" del Arnold Schwarzenegger de Terminator 2.

Gui¨®n demencial

No es que Las cr¨®nicas de Riddick sea dif¨ªcil de seguir por un exceso de claves, personajes o porque el tema sea elevado, es que el gui¨®n es verdaderamente demencial. Nunca se sabe bien cu¨¢les son los escenarios ni de d¨®nde vienen o hacia d¨®nde van los protagonistas. Al menos las pel¨ªculas de Jean-Claude van Damme (al que Diesel parece haber sustituido como figura del cine de arte y mamporro) iban a lo suyo: una venganza personal por una esposa y unos hijos muertos. Simple. Comprensible.

Por otro lado, el car¨ªsimo dise?o de producci¨®n demuestra una absoluta falta de originalidad. Una vez m¨¢s, qu¨¦ pesados, el vestuario y la ambientaci¨®n est¨¢n tan en la onda de El se?or de los anillos que parece que a nadie se le puede ocurrir nada diferente desde el estruendoso ¨¦xito de la saga de Peter Jackson.

Adem¨¢s, una voz en off ya ofrece suficientes pistas desde el inicio sobre la ideolog¨ªa que se esconde detr¨¢s de la historia: "Hubo un tiempo en el que las fuerzas que luchaban contra el mal lo hac¨ªan a trav¨¦s del bien. Pero ahora corren nuevos aires y quiz¨¢ se tenga que lograr a trav¨¦s de otro mal". Se aceptan paralelismos.