Trillo, a la reserva

La peor de las sospechas ha resultado certera. El equipo enviado por el Ministerio de Defensa para repatriar a las v¨ªctimas del accidente del Yak-42, en el que perecieron 62 militares espa?oles que regresaban de Afganist¨¢n en 2003, se limit¨® a distribuir los restos en los f¨¦retros y asignar una identidad al azar a los 30 cad¨¢veres que las autoridades turcas no hab¨ªan identificado. S¨®lo as¨ª cabe explicar que equivocaran el cien por cien de las identificaciones practicadas.

Ahora se entiende por qu¨¦ el ministerio que encabezaba Federico Trillo neg¨® a los familiares la posibilidad de ver los restos de sus deudos a su llegada a Madrid. Hubo negligencia en la identificaci¨®n y luego maniobras de ocultaci¨®n. A la justicia le corresponde investigar si se produjeron actuaciones delictivas (prevaricaci¨®n, falsedad en documento p¨²blico). A las dudas razonables de los familiares, de las que se hizo eco la prensa, respondi¨® Defensa con desmentidos rotundos y acusaciones de falta de "respeto a la memoria de las v¨ªctimas". El ministro Trillo empe?¨® su palabra en el Parlamento asegurando que la identificaci¨®n se hab¨ªa realizado "con todas las garant¨ªas". Un Aznar airado lleg¨® a pedir que se dejara en paz a los muertos.

El asunto provoc¨®, tras el cambio de Gobierno, el pase forzoso a la reserva de los dos generales enviados para preparar la repatriaci¨®n de los cad¨¢veres. Tambi¨¦n la sustituci¨®n de toda la c¨²pula militar que estaba en activo en el momento en que se produjeron los hechos. No es l¨®gico que, frente a esos efectos en la cadena de mando militar, el m¨¢ximo responsable pol¨ªtico del desastre -culminaci¨®n a su vez de una cadena de decisiones err¨®neas- no haya renunciado a su acta de diputado. Hace 10 a?os, el PP hizo constar en un voto particular al dictamen de la comisi¨®n de investigaci¨®n sobre el caso Ibercorp que consideraban que el ex ministro de Econom¨ªa, Carlos Solchaga, ten¨ªa responsabilidades pol¨ªticas en el esc¨¢ndalo "por negligencia y obstrucci¨®n, y por no investigar". Solchaga, que ya no era ministro pero s¨ª diputado, renunci¨® a su esca?o.

Si se aplicase el mismo criterio, hace tiempo que Trillo tendr¨ªa que haber entregado su acta de diputado por Alicante. Quienes le votaron ignoraban lo que luego se ha sabido, incluyendo la siniestra constataci¨®n ahora conocida. Cuando no es posible ofrecer una explicaci¨®n, la forma de pedir excusas es dimitir. Es el gesto de dignidad que cabe esperar de Trillo.