La Bolsa como juego de espejos
Dos te¨®ricos del mercado eficiente, la hip¨®tesis de que toda la informaci¨®n relevante sobre la Bolsa est¨¢ contenida en la cotizaci¨®n de las acciones, est¨¢n dando un paseo cuando ven un billete de 100 euros tirado en la acera.
"?Lo cogemos?", pregunta uno.
"?Para qu¨¦?", responde el otro. "Si fuera aut¨¦ntico, ya lo habr¨ªa cogido alguien".
?se es precisamente el problema de la hip¨®tesis del mercado eficiente, un engranaje b¨¢sico del tablero burs¨¢til. Cuanta m¨¢s gente se cree la hip¨®tesis, menos gente intenta ganar dinero analizando de verdad las empresas y los sectores, ya que esas complejidades del mundo exterior se pueden leer directamente en las cotizaciones de sus acciones, y todo el mundo tiene acceso a esa informaci¨®n. Pero, cuanta menos gente analiza la realidad, peor se entera la Bolsa de lo que pasa ah¨ª fuera, y por tanto la cotizaci¨®n de las acciones deja de ser un ¨ªndice fiable de la realidad.
UN MATEM?TICO INVIERTE EN LA BOLSA
John Allen Paulos
Traducci¨®n de Jos¨¦ Chab¨¢s
Tusquets. Barcelona, 2004
257 p¨¢ginas. 16 euros
La conclusi¨®n es una paradoja de manual de l¨®gica: si la hip¨®tesis del mercado eficiente es verdadera, no se la cree casi nadie. Si se la cree mucha gente, es falsa. O, retomando el chiste, si la hip¨®tesis fuera aut¨¦ntica, ya la habr¨ªa cogido alguien.
Es una de las mil historias, paradojas y experimentos mentales que John Allen Paulos, profesor de matem¨¢ticas de la Universidad de Temple, en Filadelfia, y brillante explorador de los ¨¢ngulos matem¨¢ticos de la vida cotidiana, utiliza para explicar el universo complejo, peligroso y un punto chulesco de los mercados de valores en su ¨²ltimo libro, Un matem¨¢tico invierte en la Bolsa.
Allen Paulos ya hab¨ªa publicado Un matem¨¢tico lee el peri¨®dico (en la misma colecci¨®n), donde demostr¨® ser un lector de prensa entregado y perspicaz. Pero en la Bolsa ha perdido hasta la camisa. Nunca hab¨ªa comprado acciones, pero recibi¨® una suma inesperada -no aclara si por las ventas de su anterior libro-, la puso en una "cuenta mental separada" y se enamor¨® de WorldCom, "la primera empresa de comunicaciones mundiales para la generaci¨®n digital", seg¨²n su propia publicidad. "Como sabemos", escribe ahora el matem¨¢tico con la irritaci¨®n del perdedor, "WorldCom es hoy sin¨®nimo de fraude empresarial. Me dej¨¦ seducir por los escritos l¨ªricos sobre el telecosmos y las glorias de las comunicaciones de banda ancha". (He aqu¨ª otra vez su faceta cr¨ªtica con el periodismo). El libro de Allen Paulos tiene algo de ajuste de cuentas con los mercados, pero es sobre todo una audaz, divertida y transparente exploraci¨®n de las claves matem¨¢ticas de la Bolsa.
John Maynard Keynes -el mejor economista del siglo XX, seg¨²n el autor- equiparaba el funcionamiento de la Bolsa con el de un concurso de belleza popular en sus d¨ªas. Un peri¨®dico publicaba las fotos de cien beldades para que sus lectores eligieran a cinco. Luego le daban el premio al lector que hubiera votado a las cinco ganadoras. Por tanto, la gente no votaba a las beldades que m¨¢s le gustaban, sino a las que cre¨ªa que m¨¢s le iban a gustar a los dem¨¢s. Allen Paulos cita a Keynes: "Los jugadores ten¨ªan que anticiparse a lo que la opini¨®n media esperaba que fuese la opini¨®n media". Un metajuego.
La Bolsa tambi¨¦n lo es. "Estimar el comportamiento de los inversores es tan importante en ocasiones como estimar el de las inversiones", afirma el autor. Ello hace al mercado proclive a las regresiones infinitas, como un juego de espejos. Un ejemplo es el ¨ªndice de confianza del consumidor (ICC), que es "un reflejo indirecto de las creencias de la gente sobre las creencias de los dem¨¢s". Otro es el "conocimiento compartido", un principio b¨¢sico de cualquier mercado limpio. Es la informaci¨®n que todos los inversores conocen y saben que los dem¨¢s conocen y que los dem¨¢s saben que los dem¨¢s conocen, etc¨¦tera. Las traiciones a este principio, por cierto, est¨¢n detr¨¢s de algunos movimientos bruscos e impredecibles del mercado.
Los movimientos tambi¨¦n pueden deberse al azar. En un mercado realmente eficiente, lo ¨²nico que puede mover las cotizaciones es una novedad imposible de prever, puesto que las novedades posibles de prever ya han sido traducidas al lenguaje de las cotizaciones. Como dice Allen Paulos, ning¨²n peri¨®dico public¨® en 1890: "S¨®lo faltan 15 a?os para que se descubra la relatividad".
Pero su principal argumento contra la hip¨®tesis del mercado eficiente no tiene nada que ver con las matem¨¢ticas. Los asesinos de esa hip¨®tesis son "los esc¨¢ndalos contables de Enron, Adelphia, Global Crossing, Qwest, Tyco, WorldCom, Andersen y muchas otras empresas de esta vergonzosa galer¨ªa de la infamia, que hacen dif¨ªcil creer que la informaci¨®n que se tiene sobre un t¨ªtulo burs¨¢til se transforme r¨¢pidamente en informaci¨®n conocida por todos". Una ecuaci¨®n, ciertamente, no puede resolverse si se ignora el n¨²mero de inc¨®gnitas.
He aqu¨ª un libro de matem¨¢tica econ¨®mica que puede leer con gusto un poeta. No le evitar¨¢ perder, pero le revelar¨¢ por qu¨¦ ha perdido, y los poetas saben que el conocimiento es poder.
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