Alegato
-Deduzco de los informes que tengo ante mi vista que es usted un golfo.
-Su se?or¨ªa est¨¢ mal informado, se?or juez. Yo s¨®lo soy golfista de sal¨®n, un simple atleta de guardarrop¨ªa. ?Por qu¨¦ lastima as¨ª mi sensibilidad? ?Es que acaso no tolera el desd¨¦n de mi inocencia?
-No s¨¦ si admirar m¨¢s su intachable moral o su ejemplar cinismo, ciudadano.
-?Protesto! ?Mi moral no es intachable!
-No se admite la protesta, y adem¨¢s le advierto que est¨¢ usted pendiente de un hilo. ?Silencio en la sala!
-?Pendiente! ?sa es la palabra, se?or¨ªa. Lo que m¨¢s irrita a mis enemigos es que yo lleve un pendiente y variados tatuajes diseminados por el cuerpo. Estoy en el banquillo, oficialmente, por "cantar de madrugada y a deshoras, reiterada y sinuosamente" en una taberna de Madrid de cuyo nombre no voy a hacer publicidad alguna, porque ha sido su ingrato due?o quien pretende llevarme hasta la cima del abismo, a sabiendas de que, cuando esto pase, le parto las piernas. Pero lo que a ese tipo inculto le corroe es otra cosa mucho m¨¢s prosaica e inconfesable, se?or¨ªa: la envidia cochina, envidia de mi arte, de mi labia, de mi pendiente.
-?Silencio! Ruego al acusado que modere su insolencia y que sea menos barroco.
-Eso est¨¢ hecho, se?or¨ªa. El due?o del local susodicho parece hermano gemelo de Danny DeVito, raz¨®n por la cual es conocido con ese nombre entre la clientela. Danny DeVito es un indocumentado de firmes convicciones: no cree en nada. Es un peligro para la democracia. Intenta erradicar el cante de las tabernas, al igual que en la dictadura. ?No es cierto, por ventura, que las cantinas son lugares donde cantar y beber, como su propio nombre indica? Adem¨¢s, le doy un dato significativo: desde que me puse el pendiente le quito las novias, y cuando le doy a la buler¨ªa, ¨¦l se queda a verlas venir. ?Devuelva usted el cante en directo a las tabernas madrile?as, se?or¨ªa!
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