Pasta italiana

Un mano a mano indiscutible. Esto es lo que es el Campeonato del Mundo de este a?o, por lo que respecta a los constructores, entre Honda y Yamaha. Pero no hay dos sin tres. Aunque ya sin posibilidades de aspirar al t¨ªtulo, existe una tercera marca en discordia que va haciendo su camino: Ducati. Hace 30 a?os, desde los tiempos de Phil Read y Giacomo Agostini con la MV Agusta, que un gran fabricante europeo no alineaba oficialmente sus motos en la m¨¢xima categor¨ªa del Mundial. Los resultados de la hist¨®rica firma italiana, que el a?o pasado volvi¨® a los grandes premios tras casi medio siglo de ausencia, no son para tirar cohetes a pesar del brillante triunfo de Loris Capirossi el a?o pasado en Catalu?a ni de los destellos de Rub¨¦n Xaus, que esta primavera lleg¨® a encabezar la carrera bajo la lluvia en Mugello. Capi termin¨® cuarto la temporada pasada y Bayliss sexto, as¨ª que todav¨ªa les queda mucho por hacer. Sin embargo, Ducati sigue siendo uno de los equipos m¨¢s carism¨¢ticos. ?Qu¨¦ es lo que explica este magnetismo? La italiana no es una marca generalista como Honda, poderosa corporaci¨®n industrial en la cual las motos son una parte del negocio -enorme, por cierto-, o Yamaha, a la que algunos medios ingleses se refer¨ªan como "ese fabricante de pianos". Lo de Ducati es punto y aparte. Sin llegar al extremo de Ferrari, el esp¨ªritu viene a ser el mismo: la pasi¨®n por la competici¨®n. Y esto se nota hasta en la elecci¨®n de sus pilotos. Tal vez Capirossi no sea un fuera de serie como Rossi, pero tiene tres t¨ªtulos mundiales. Troy Bayliss procede del Mundial de Superbikes, en el que ha ganado infinidad de carreras sobre Ducati y fue campe¨®n en 2001. Tambi¨¦n los que alinea Luis d'Antin en el equipo sat¨¦lite, Neil Hodgson y Rub¨¦n Xaus, respectivamente campe¨®n y subcampe¨®n del mundo de Superbikes.

La Ducati Desmosedici es una de las m¨¢quinas m¨¢s peculiares. Su motor V4 tiene los cilindros abiertos en un ¨¢ngulo de 90? -75? en la Honda-, por lo que a menudo se le describe como motor en L; pero sobre todo es su sistema de distribuci¨®n desmodr¨®mica aplicado hace m¨¢s de medio siglo por el ingeniero Fabio Taglioni, autor de casi todos los propulsores de la marca. Sus 16 v¨¢lvulas -de ah¨ª su denomimaci¨®n- no son accionadas mediante muelles, sino de forma mec¨¢nica por el propio ¨¢rbol de levas, que empuja el v¨¢stago de la v¨¢lvula y luego tira hacia arriba de ¨¦l. Con m¨¢s de 250 CV declarados, podr¨ªa ser una de las m¨¢s potentes del Mundial y, de hecho, se ha mostrado alguna vez como la de mayor velocidad punta. R¨¢pida, pero delicada -su fragilidad ocasion¨® ayer la retirada por aver¨ªa de los hombres de D'Antin, que corren con la moto de a?o pasado- y con problemas de refrigeraci¨®n. La Demosedici de este a?o lleva una mejor canalizaci¨®n de los flujos internos y el escape modificado. Su distribuci¨®n de pesos es m¨¢s equilibrada y presenta una aerodin¨¢mica mejor estudiada. Todav¨ªa queda mucho camino por recorrer, pero basta recordar que, tras una largu¨ªsima traves¨ªa del desierto, Ferrari volvi¨® a saborear la gloria despu¨¦s de fichar a Michael Schumacher. Tal vez con la experiencia y las manos -y los pies- de un campe¨®n una marca como Ducati podr¨ªa alcanzar resultados hoy todav¨ªa insospechados. Nunca digas de este agua no beber¨¦ ni esta moto no la pilotar¨¦.