Spike Lee realiza en 'Ella me odia' una comedia irregular con toques grotescos
'Trabajar con lentitud', de Guido Chiesa, evoca el movimiento revolucionario bolo?¨¦s de 1976
Ella me odia es una comedia de ribetes grotescos en la que se mezclan varios temas: la inseminaci¨®n artificial, los esc¨¢ndalos financieros, los estereotipos raciales y culturales, la pol¨ªtica y la hipocres¨ªa estadounidense respecto al sexo. El actor Anthony Mackie interpreta con talento a Jack Armstrong, un afroamericano empleado como ejecutivo en una compa?¨ªa de biotecnolog¨ªa. Armstrong es un negro-blanco, un afroamericano acomodado. Su vida cambia cuando denuncia a sus superiores por un esc¨¢ndalo financiero y es despedido. Su ex novia, lesbiana, le ofrece una tabla de salvaci¨®n: diez mil d¨®lares por dejarla embarazada. Es el primer paso de un negocio floreciente. Otras 19 lesbianas acuden al antiguo ejecutivo reconvertido en semental.
El cineasta sure?o afincado en Nueva York es ya un veterano y maneja con soltura todas las posibilidades t¨¦cnicas a su alcance. Los flash-back y las secuencias on¨ªricas del filme (hilarante el momento en que el espermatozoide cumple su misi¨®n fecundadora) est¨¢n rodados digitalmente y enriquecen la textura del producto.
Spike Lee (Atlanta, 1957), tambi¨¦n guionista de Ella me odia, explic¨® a la prensa que su intenci¨®n consist¨ªa en contar c¨®mo en su pa¨ªs se pod¨ªa hacer dinero f¨¢cil al margen de cualquier consideraci¨®n moral. Al final, dijo, lo importante es hacerse responsable de las propias decisiones. "No estoy en contra de la inseminaci¨®n en parejas homosexuales y opino que una pareja del mismo sexo puede educar bien a un hijo. Sin embargo, me opongo a la clonaci¨®n humana. ?se es el ¨²nico tema en el que el presidente George W. Bush y yo estamos de acuerdo", declar¨® el cineasta.
El filme utiliza estereotipos para darlos la vuelta y mostrar el reverso de la sociedad estadounidense. Jack, un afroamericano sofisticado y muy alejado del gueto y del t¨®pico racial y sexual, es considerado simplemente como un semental negro por un grupo de lesbianas deseosas de maternidad. "En realidad, el personaje es s¨®lo un miembro de la comunidad negra y no nos representa a todos. Me sirve, entre otras cosas, para invertir los papeles y utilizar al hombre como objeto sexual", explic¨® Lee.
El director insisti¨® en que su pel¨ªcula carece de ambiciones pol¨ªticas, aunque utilice un truco argumental y uno de los fogonazos digitales para evocar a Richard Nixon y criticar la falsedad de la clase dirigente en Washington. Precis¨® que respeta profundamente el trabajo de Michael Moore. "Creo que mi pel¨ªcula no tendr¨¢ ning¨²n impacto electoral. La de Moore, en cambio, s¨ª. Sus filmes son inteligentes y se distribuyen en el momento justo".
Radio Alice
La obra presentada a concurso por el italiano Guido Chiesa, Trabajar con lentitud, tampoco tiene ambiciones pol¨ªticas. Aunque su tema es Radio Alice, la emisora clandestina que galvaniz¨® los ambientes contestatarios de Bolonia durante unos meses cr¨ªticos de 1976. Despu¨¦s de Radio Alice cay¨® el diluvio: los a?os de plomo, la d¨¦cada en que se cruzaron los terrorismos rojo y negro, el choque violento que deslegitim¨® a las instituciones pol¨ªticas, Partido Comunista incluido.
Chiesa se queda en aquel breve periodo de efervescencia previo a la primera v¨ªctima mortal y lo hace con humor, ternura y buen pulso. Es la en¨¦sima batallita de los a?os setenta, s¨ª, pero se sirve con equilibrio (hasta los carabinieri salen relativamente bien parados), con sentido com¨²n (no hay nada m¨¢s c¨®mico que las gilipolleces proferidas por entonces en las asambleas) y con frescura. Se trata de una obra menor que no amargar¨¢ la noche a nadie, procurar¨¢ algunas risas y unos gramos de reflexi¨®n. Ya es mucho.

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