Argentino por despecho
El ciclista italiano Rebellin, especialista en cl¨¢sicas y que no conoce Buenos Aires, cambia de nacionalidad para poder correr el Mundial
Argentina, que no tiene apenas tradici¨®n ciclista en la carretera, que no tiene ning¨²n corredor entre los 500 mejores del mundo, cuenta con bastantes posibilidades de ganar el pr¨®ximo Campeonato del Mundo. Y no lo har¨ªa con Juan Antonio Flecha, espa?ol de origen argentino, sino gracias a un ciclista italiano con licencia monegasca y profesional de un equipo alem¨¢n que ni siquiera conoce Buenos Aires.
Siguiendo el camino inverso al de tanto futbolista o baloncestista argentino que haciendo valer sus ra¨ªces o su memoria italiana o espa?ola acaban con pasaporte de esos pa¨ªses, Davide Rebellin, un muy buen ciclista italiano, l¨ªder actual de la Copa del Mundo, se ha nacionalizado argentino para correr con sus colores el pr¨®ximo Mundial, que se disputar¨¢ en Verona, a cuatro pasos de San Bonifacio, el pueblo en el que naci¨® hace 33 a?os.
"Ser¨¢ mi homenaje especial a tantos italianos que tuvieron que emigrar a Argentina a buscarse la vida. Yo tambi¨¦n me he visto obligado a hacerlo", dice, por tel¨¦fono, Rebellin, que no habla castellano, que nunca ha estado en Argentina, que no tiene v¨ªnculos de sangre con ning¨²n argentino, que vive en Montecarlo por razones fiscales y que corre con licencia de la federaci¨®n de M¨®naco y para un equipo alem¨¢n, el Gerolsteiner.
Rebellin, monaguillo de ni?o, estudiante en un seminario de joven, religioso siempre, es el menos italiano de los ciclistas italianos. En sus 13 a?os de profesional -debut¨® tras los Juegos Ol¨ªmpicos de Barcelona 92- ha cambiado seis veces de equipo. Nunca se ha integrado en los clanes, en los grupos de poder, en las familias que controlan su deporte en Italia. Y ni siquiera la prensa, tan tendente a la mitificaci¨®n de Bettini, de Di Luca, de Cunego, de cualquiera que muestre algo, ha sido muy efusiva con ¨¦l. "He visto que en los ¨²ltimos a?os tampoco contaba para el seleccionador, Ballerini, que ni me convoc¨® para el Mundial de Hamilton el a?o pasado ni ¨¦ste para los Juegos pese a mis victorias y mi capacidad", comenta; "y, como me tem¨ªa que tampoco me iba a llevar a Verona, mi casa, tom¨¦ la decisi¨®n de pedir la nacionalidad argentina".
Aunque nadie, ni Ballerini, ni la federaci¨®n italiana, lo ha expresado con claridad, en la ra¨ªz del ostracismo del brillante Rebellin, que desde hace seis a?os es un fijo entre los diez primeros del r¨¢nking de la UCI, est¨¢ un asunto de dopaje. Su nombre figura en la lista de los encausados por la redada de San Remo en el Giro de 2001, que ser¨¢n juzgados en noviembre. Adem¨¢s, tambi¨¦n se le ha relacionado con el caso Santuccione, el m¨¦dico de Di Luca, del pertiguista Gibilisco y de decenas de deportistas italianos de los que se sospechan oscuras pr¨¢cticas. Ante esos elementos, en teor¨ªa, y para evitar un esc¨¢ndalo posterior, la federaci¨®n aconsej¨® a Ballerini no seleccionarle. "He le¨ªdo eso", asiente Rebellin, "pero creo que no tiene nada que ver, pues la federaci¨®n me envi¨® una carta habl¨¢ndome de una decisi¨®n tomada por causas 'puramente t¨¦cnicas".
La idea de circunvalar Italia, cruzar el Atl¨¢ntico y a?adir una raya blanca a su maglia azul fue cosa de Mirko Rossato, amigo suyo desde los tiempos juveniles y que, despu¨¦s de colgar la bicicleta, se convirti¨® en el director t¨¦cnico de Argentina. Rossato habl¨® con Gabriel Curuchet, presidente de la asociaci¨®n argentina, quien, emocionado por la posibilidad, movi¨® los hilos en Buenos Aires. A los pocos d¨ªas de iniciados los tr¨¢mites, el Gobierno concedi¨® a Rebellin la nacionalidad argentina "por relevantes m¨¦ritos deportivos". Y con su nuevo pasaporte, su nueva soledad argentina, el 3 de octubre, en su Verona, luchar¨¢ por ser el primer argentino que gane el maillot arcoiris.
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