El 11-S atormenta a EE UU tres a?os despu¨¦s
Los atentados de Nueva York y Washington siguen en primer plano de la sociedad y la pol¨ªtica
Estados Unidos conmemora el s¨¢bado el tercer aniversario de los atentados del 11 de septiembre de 2001 en Nueva York y Washington con una fuerte sensaci¨®n de inmediatez, de proximidad de lo ocurrido. La memoria no se ha difuminado, por la dimensi¨®n de la cat¨¢strofe y la profundidad del trauma, y porque este pa¨ªs y el mundo han vivido en situaci¨®n de alerta desde entonces. La investigaci¨®n de la comisi¨®n independiente del 11-S ha reavivado hasta tal punto el relato de lo que pas¨® -y de por qu¨¦ pas¨®- que el informe es n¨²mero uno de ventas desde que se public¨®. Y las pr¨®ximas elecciones generales no hacen sino afianzar la presencia de aquellos atentados en la vida pol¨ªtica y personal de los estadounidenses y en su futuro.
El 11-S determina las opciones personales, sociales y pol¨ªticas de los norteamericanos
Seg¨²n los ¨²ltimos datos, murieron 3.020 personas y 2.337 resultaron heridas
La afirmaci¨®n tantas veces repetida de que el mundo cambi¨® despu¨¦s del 11-S es m¨¢s verdad en EE UU. Es un factor de la realidad que afecta a la vida cotidiana de sus habitantes y que determina sus opciones personales, sociales y pol¨ªticas. La seguridad es la primera preocupaci¨®n del pa¨ªs y, por si no hubiera sido suficiente con lo que pas¨® aqu¨ª y con la situaci¨®n de alerta en que se vive, la informaci¨®n que ha llegado desde el exterior no ha hecho sino confirmar que el mundo es un lugar peligroso en el que, s¨®lo por mencionar algunos casos, ha habido atentados como el del 12 de octubre de 2002 en Bali (con 202 muertos), el del 16 de mayo de 2003 en Casablanca (41 muertos), los de Estambul de noviembre del mismo a?o (81 muertos) y el de Madrid del 11 de marzo (191 muertos). El desenlace de la crisis del colegio de Besl¨¢n, en Osetia del Norte, no ha sido menor a la hora de reforzar esa sensaci¨®n, que no entra en matices ni diferencias, sino que almacena impresiones y consolida la percepci¨®n de la amenaza.
No se sabe a¨²n todo, pero se sabe mucho m¨¢s que hace un a?o y, desde luego, mucho m¨¢s que hace dos a?os, y eso, para Philip J. Crowley, que fue asesor de la Casa Blanca de Clinton para Asuntos de Seguridad Nacional, es una de las grandes novedades del tercer aniversario, un dato que no mueve precisamente al optimismo: "Hace un a?o est¨¢bamos empezando a tener las primeras claves de las incertidumbres y de los peligros que existen. Ahora tenemos una comprensi¨®n mucho m¨¢s amplia de las dificultades, en Irak y en el resto del mundo. Y en este tercer aniversario somos m¨¢s conscientes del significado del atentado de Madrid de marzo, porque demuestra que Al Qaeda se ha recuperado en buena medida de su derrota militar en Afganist¨¢n y mantiene la capacidad de golpear con gran precisi¨®n y poder en cualquier parte del mundo".
En el contexto de la campa?a electoral estadounidense, el 11-S ocupa un papel protagonista. Hay escasas diferencias entre George W. Bush y John Kerry en cuanto a su compromiso antiterrorista, pero un presidente siempre tiene m¨¢s capacidad de maniobra que un candidato para rentabilizar esta situaci¨®n. En opini¨®n de Crowley, que se ocupa de seguridad en el Centro Americano para el Progreso, un think tank cercano al Partido Dem¨®crata, "el Gobierno ha intentado incluir elementos diversos en la llamada guerra contra el terrorismo sin establecer distinciones entre grupos y razones". Crowley conf¨ªa en que los electores sepan discriminar y juzguen al Gobierno "por las respuestas que ha dado y por la credibilidad que merecen unas pol¨ªticas que no dijeron la verdad sobre las razones de la guerra y las dificultades de la misi¨®n".
Por ahora, la estrategia le es eficaz a Bush, seg¨²n el ¨²ltimo sondeo de Gallup: el 59% de los estadounidenses cree que "tiene la personalidad y la capacidad de liderazgo que un presidente deber¨ªa tener". El 51% piensa eso de Kerry. Cuando se pregunta sobre el preferido para luchar contra el terrorismo, Bush incrementa su ventaja -61% contra 34%-, e incluso las visiones negativas que hab¨ªa sobre Irak se han suavizado tras la convenci¨®n de Nueva York. Los efectos de la convenci¨®n republicana se disipar¨¢n y la cifra de los 1.000 soldados muertos volver¨¢ a poner en cuesti¨®n las decisiones de la Casa Blanca, pero Bush mantiene una c¨®moda ventaja -60% contra 32%- en la imagen de "l¨ªder fuerte que toma decisiones".
Adem¨¢s de la pol¨ªtica, el 11-S est¨¢ muy presente porque las v¨ªctimas lo est¨¢n. Seg¨²n la ¨²ltima actualizaci¨®n -aunque hay alguna discrepancia-, en los atentados murieron 3.020 personas y 2.337 resultaron heridas. El porcentaje mayor corresponde a las Torres Gemelas (2.792 muertos), que se desplomaron despu¨¦s de haber recibido el impacto de los dos aviones: contra la Torre Norte, el vuelo 11 de American Airlines, con 92 personas a bordo, y contra la Torre Sur, el vuelo 175 de United, en el que iban 65 personas. En un sondeo que acaba de hacer The New York Times con 339 familiares y amigos de fallecidos, la mayor¨ªa han recibido ayuda psicol¨®gica, pero creen que nunca -o todav¨ªa no- su vida volver¨¢ a la normalidad. La mayor¨ªa tambi¨¦n ha acudido a diversas conmemoraciones en la zona cero en la que estaban las Torres y est¨¢n de acuerdo en el dise?o del monumento elegido para el lugar, y tambi¨¦n la mayor¨ªa cree que son ¨²tiles las alertas del Gobierno sobre posibles nuevos atentados.
La vida sigue, Nueva York derrocha energ¨ªa y la econom¨ªa de la ciudad vive un nuevo boom, pero pasar¨¢n muchos a?os y el recuerdo seguir¨¢ presente, porque nadie que sepa que la mitad de los familiares de las v¨ªctimas a¨²n no consigue tener una noche de sue?o completa desde hace tres a?os, que la tercera parte ha dejado su trabajo, que el 20% ha cambiado de casa y que otro 20% cambiar¨ªa si pudiera, nadie que sepa esto se olvidar¨¢ de aquella ma?ana del 11 de septiembre de 2001.
"Es la seguridad, est¨²pido"
Las elecciones del pr¨®ximo 2 de noviembre ser¨¢n las primeras presidenciales que se celebren despu¨¦s de los atentados del 11-S. Las legislativas de noviembre de 2002 sirvieron para que los republicanos aseguraran su control de las dos C¨¢maras. Ya entonces predomin¨® la seguridad. Ahora, la preocupaci¨®n por el terrorismo sigue presente y comparte con la econom¨ªa las prioridades de los estadounidenses. Pero el estado de la econom¨ªa, a corto plazo y en t¨¦rminos generales, no es malo: aunque se ha ralentizado en 2004, sigue habiendo un crecimiento cercano al 3%, y el ¨ªndice de desempleo, del 5,4%, afecta a los estados que m¨¢s dependen de las manufacturas. La econom¨ªa siempre preocupa, pero este a?o no es lo ¨²nico, aunque haya un d¨¦ficit presupuestario monstruoso y aunque ning¨²n partido quiere abordar seriamente la crisis que sufrir¨¢ en los pr¨®ximos a?os el sistema de pensiones, cuando se jubile masivamente la generaci¨®n del baby boom.
Por lo tanto, parafraseando la frase m¨¢gica -"es la econom¨ªa, est¨²pido"- que fue bandera en el cuartel general del entonces candidato Bill Clinton en 1992 y que le hizo ganar las elecciones, la seguridad ocupa ahora un lugar parecido. Lo sabe Kerry, y por eso defiende en su programa -sin concretar demasiado- que "hay que ganar la guerra contra el terror, frenar el desarrollo de las armas de destrucci¨®n masiva y promover la democracia en el mundo, empezando por Irak". Lo sabe Bush, y por eso dise?a ante el electorado un esquema sencillo: el 11-S cambi¨® el mundo y cambi¨® nuestras prioridades; estamos en guerra contra el terrorismo, a esa guerra pertenecen las batallas de Afganist¨¢n e Irak y yo soy el que mejor garantiza la direcci¨®n. Kerry atac¨® ferozmente el lunes lo que ha hecho la Casa Blanca en Irak -"la guerra equivocada, en el peor lugar y en el peor momento"- y Bush contest¨® ayer: "Fue lo adecuado para Am¨¦rica, y es lo adecuado ahora, porque Sadam Husein ya no est¨¢ en el poder".
Y el electorado, ?c¨®mo responde? De manera contradictoria. Aunque cunden las cr¨ªticas sobre Irak y algo m¨¢s de medio pa¨ªs cree que las cosas van en la direcci¨®n equivocada, seg¨²n la ¨²ltima encuesta del Pew Center -elaborada entre las dos convenciones, a mitad de agosto- Bush est¨¢ mejor situado que Kerry en la percepci¨®n de qui¨¦n de los dos est¨¢ m¨¢s capacitado para enfrentarse al terrorismo y garantizar la seguridad nacional. Y aunque el dem¨®crata es el preferido cuando se habla de econom¨ªa, salud, educaci¨®n y medio ambiente, en los argumentos de car¨¢cter y personalidad Bush se ha afianzado: se le ve como un l¨ªder fuerte -57% contra el 34% de Kerry-, capaz de adoptar decisiones y mantenerlas -62% contra 29%- y preparado para abordar una crisis -50% contra el 38%-. Si estos datos se mantienen en las pr¨®ximas semanas y sigue siendo "la seguridad, est¨²pido", Bush tendr¨¢ m¨¢s probabilidades de ganar el 2 de noviembre.
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