Los derechos emergentes

Hace casi 60 a?os se aprob¨® en la ONU la Declaraci¨®n Universal de Derechos Humanos. Si decimos que 25 a?os son muchos para el Estatut, y que necesita un profundo remiendo, esta claro que algo parecido sucede con esa carta universal. Se aprob¨® en el mundo de los mercados-Estados nacionales, tras la conmoci¨®n de la segunda gran guerra, y cuando a¨²n se estaba en pleno proceso de descolonizaci¨®n. Hoy estamos en un nuevo mundo. Ni m¨¢s f¨¢cil, ni m¨¢s justo, ni m¨¢s seguro que el de 1948. Pero tampoco peor en otros aspectos. De lo que no cabe duda es de que precisamos una nueva carta de derechos. Pero ya puede surgir de una asamblea de Estados. La voz y la renovada fuerza de diversos actores sociales de un mundo cada vez m¨¢s interconectado tiene que estar presente.

Necesitamos globalizar no s¨®lo el Dow Jones, tambi¨¦n los derechos. Globalizar la solidaridad y no s¨®lo la competencia. Frente a los no valores del dinero y el s¨¢lvese quien pueda, podemos impulsar otros principios. El derecho a la existencia en condiciones de dignidad. El derecho a la paz. El derecho a la democracia plural y paritaria. El derecho a la democracia participativa y solidaria. El derecho a una democracia que garantice internacionalmente justicia y protecci¨®n jur¨ªdica. En definitiva, el derecho a la utop¨ªa creadora de la ciudadan¨ªa global. El d¨ªa 18 se inicia en el F¨®rum una ventana a esa utop¨ªa con un proyecto de Carta de Derechos Humanos Emergentes. ?Es posible combinar las comunidades plurales en las que nos insertamos con esa hermandad universal de dignidad y justicia? ?Es factible una renta b¨¢sica de ciudadan¨ªa? ?Hemos de seguir confiando en los Estados como ¨²nicos actores de transformaci¨®n pol¨ªtica? ?Podemos seguir carg¨¢ndonos de raz¨®n y que nada suceda? Continuar¨¢.