El debate que puede valer una presidencia
El pr¨®ximo mi¨¦rcoles tenemos fiesta mayor en las Cortes Valencianas. Se celebra el debate sobre Pol¨ªtica General que, como es de rigor, se atendr¨¢ a la liturgia establecida. En la primera sesi¨®n, el presidente Francisco Camps nos largar¨¢ un discurso hiperb¨®lico que se puede resumir en "cachis la mar, qu¨¦ bien lo hacemos". Su antagonista principal, por aquello de ser la opci¨®n alternativa, Joan Ignasi Pla, se aplicar¨¢ a demostrar lo contrario. Mientras, diputados y periodistas amenizar¨¢n su respetuoso silencio comprobando si los mentados oradores deslizan alguna morcilla en los textos de dichas intervenciones que se les ha facilitado previamente. El hemiciclo no se anima realmente hasta los turnos de r¨¦plica en los que el margen de improvisaci¨®n delata las cualidades ret¨®ricas, muleta pol¨ªtica y recursos intelectuales de los tenores.
Es posible que los citados protagonistas afronten sin cautela este envite, que por otra parte no es el primero de los que han resuelto con distinto acierto. Sin embargo, y aunque no lo parezca, ¨¦sta confrontaci¨®n concreta no es un tr¨¢mite m¨¢s del calendario parlamentario. Con diferente grado de riesgo, ambos se juegan una porci¨®n importante de su cr¨¦dito en tanto que l¨ªderes de sus respectivas formaciones. Con otras palabras: quien pierda este "galleo", tanto en la forma como en el fondo, ver¨¢ achicarse su estatura como dirigente y asimismo sus opciones para seguir si¨¦ndolo.
El presidente juega con ventaja porque en el debate anterior no sali¨® malparado y debe admitirse que ha ganado temple y seguridad en el ¨²ltimo a?o de gobierno. Resulta obvio que el poder sazona a los individuos. Pero andar¨ªa equivocado si cree que tiene consolidado el liderazgo. No hay m¨¢s que ver c¨®mo de alborotado tiene su entorno partidario. Ver eso y o¨ªr lo que opinan tanto empresarios como l¨ªderes sociales no demasiado convencidos a prop¨®sito del talante y coraje del molt honorable para manejar al PP y, sobre todo, dise?ar una estrategia pol¨ªtica acorde con los tiempos.
Pero estas reservas son irrelevantes al lado de las que suscita el l¨ªder socialista, que no acaba de despegar. Sus compa?eros -y cualquier observador objetivo- han de valorar los servicios rendidos al PSPV, al que ha pacificado, y tambi¨¦n deprimido, todo sea dicho. Sin embargo, es prodigioso encontrar a alguien -afiliado o no a esas siglas- que lo considere ganador en la carrera por la Generalitat. Incluso votantes suyos no creen que llegue a ense?orearse de esa poltrona. A lo peor para ¨¦l, ha sido un gran error no haber aprovechado este a?o pasado en blanco por el PP ind¨ªgena para postularse como alternativa mediante un surtido de propuestas tanto cr¨ªticas como creativas y hasta arriesgadas de cara a la pr¨®xima legislatura, pues ¨¦sta ya naci¨® hipotecada y sigue en precario. Opt¨® por la rutina, confiando en que el PP se desmoronase por s¨ª solo y es obvio que los populares valencianos van capeando mal que bien el temporal, como revelan las encuestas que manejan.
El mi¨¦rcoles volveremos a tener la ocasi¨®n de pulsar este proceso de consolidaci¨®n de ambos l¨ªderes, algo que interesa tanto o m¨¢s que los asuntos a debatir, ni nuevos ni sorprendentes. El modelo territorial, la reforma del Senado y del Estatuto, el plan de inversiones in¨¦dito por la revuelta de los diputados zaplanistas, el Plan Hidrol¨®gico y, acaso, la crisis latente del PP. No nos atrever¨ªamos a pronosticar que saliera por el toril el problema medioambiental que supone colonizar con adobe y cemento los mejores parajes que quedan en el Pa¨ªs Valenciano (por cierto ?qu¨¦ hay de las cien mil VPO prometidas? ?Est¨¢n en marcha? ?Cu¨¢ntas se han entregado o est¨¢n para entregar?), la crisis industrial, el modelo tur¨ªstico o la indefectible eurorregi¨®n mediterr¨¢nea.
Joan Ignasi Pla y sus asesores sabr¨¢n c¨®mo afrontar este lance parlamentario. Pero de tal como resulte puede ir pens¨¢ndose o no en la conveniencia de buscar un relevo al l¨ªder y quiz¨¢ soslayar los remilgos que se han hecho cuando se ha sugerido como candidato auton¨®mico al hoy ministro valenciano Jordi Sevilla. Todo ser¨¢ que la decepci¨®n y el desaliento aboquen a pensar en la alternativa. Tambi¨¦n podr¨ªa ocurrir que se hayan acomodado a vivir en la oposici¨®n.
UN DIRECTOR PARA TVV
Televisi¨®n Valenciana tiene una directora que el Gobierno auton¨®mico ha neutralizado mediante el nombramiento de un director general con m¨¢s mando en plaza. No se esperaban m¨¢s cambios, excepci¨®n hecha de los que ped¨ªa a gritos la programaci¨®n y la cancelaci¨®n de algunas bicocas y sinecuras. Pero tambi¨¦n nos llega el rumor de que se piensa en Alfredo Urdaci para dirigir el tinglado. No podemos creerlo. Ser¨ªa como un lastre descomunal para el centrismo pol¨ªtico que propende el presidente Camps. Menos mal que los Urdaci, como antes Sa¨¦nz de Buroaga, no pueden venir por tan caros como son. ?O nos equivocamos?
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